Capítulo 146
Por suerte Mateo ya estaba preparado y logró esquivar antes de que dispararan.

—Javier, ¿te dio? —preguntó Mateo distraídamente.

—¡Por poco! —respondió Javier, mirando a su jefe que estaba pálido como un papel.

Nicolás, quien estaba en los brazos de Lucía, nunca la había visto tan feliz. Se quedó perplejo por un momento y con una suave sonrisa en los labios preguntó: —¿Ya no hay tanta prisa?

—No, ya no. Estoy muy contenta —sonrió Lucía.

El dueño del puesto también suspiró aliviado y dijo sonriendo: —¡Qué habilidoso eres, muchacho! ¡Muy pocos logran enganchar los de atrás!

Rápidamente tomó el Doraemon y se lo entregó a Lucía, quien al sostenerlo sintió una sensación de satisfacción, como si finalmente tuviera algo que le pertenecía.

—¿Qué hacemos con todos estos aros que nos quedan? —preguntó Nicolás.

—Ya tenemos el set completo, lo que sea que enganchemos está bien —respondió Lucía.

—De acuerdo —Nicolás siguió su consejo y demostró su destreza, enganchando pequeños premios uno tras otr
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