Capítulo 5 Decisión

Noah no supo en qué momento dejó de controlar sus instintos y decidió besar a Sophia, fue un impulso que se salió de su conciencia. Pero ella correspondió y eso le agradó demasiado, pues antes se había mostrado fría ante él, y ahora parecía no tener ningún problema con que le hubiese robado un beso.

Mientras Noah acariciaba su mejilla,Sophia sentía cómo su corazón latía con fuerza y la sangre se le calentaba, provocándole sensaciones que ni siquiera con su ex había experimentado. Los labios de Noah rozaron los suyos con una delicadeza exquisita, eran gruesos y amplios. Sophia cerró los ojos instintivamente, dejándose llevar por la suavidad del contacto con la humedad de sus labios que se movían con delicadeza sobre los de ella. Sophia respondió con un suspiro contenido, permitiendo que la sensación de placer se intensificara.

Poco a poco, Noah sintió que la pasión se apoderaba de él. Nunca antes había probado unos labios tan exquisitos como los de Sophia, y eso que se había besado con cuanta doctora y enfermera se le atravesara en el camino. No pudo contener la urgencia de bajar sus manos y acariciar sus pechos que se revelaban con gran suavidad por la tela de la bata.

— Sophia, te deseo — logró decirle antes de bajar sus manos hasta su sexo

— Noah, yo también te deseo y mucho — Dijo Sophia a media voz cuando Noah se apartó para expresarse, ante el permiso concedido, ambos no pudieron resistirse y el beso se alargó al compás de las caricias que él le realizó desde el cuello hasta sus piernas, la tiró a la cama, levantó su bata apartó sus bragas e introdujo sus dedos, ella gimió demostrando el placer que le provocaba, Noah sonrió satisfecho mientras la observaba encorvarse por el orgasmo, ante eso la desnudó por completo mientras ella le desabrochaba los botones de la finísima camisa, con entusiasmo le arrebató la faja y bajó sus pantalones junto con su interior, para descubrir así su miembro, que Noah introdujo a lo inmediato dejándola completamente absorta.

Ahora entendía bien la fama que tenía Noah en ese aspecto, ella misma finalmente lo había comprobado, y en definitiva que ningún rumor de los que había escuchado era mentira, no podía creer siquiera como ese hombre tan rudo y serio que se mostraba en la clínica fuera tan romántico y apasionado, pero jamás imaginó que pudiera fijarse en ella, que también la deseara, cuando ella no se asemejaba a ninguna de las doctoras o enfermeras jóvenes que decían ser sus amantes, mucho menos con Kate, la lindísima doctora que habían mencionado el día anterior y la misma por la que Cris estaba discutiendo.

En ese momento, cuando pensó en ella y se comparó, Sophia volvió en sí justo cuando terminó su orgasmo y mientras que Noah terminaba dentro de ella.

— Qué maravilla, eres deliciosa — musitó cansado mientras se tiraba a su lado

Sophia se sintió miserable y confundida — Noah, yo… — titubeó, también estaba cansada

Noah se volteó hacia ella, la cubrió con sus piernas y luego sus musculosos brazos la abrazaron, eso le pudo contra todo el orgullo y culpa contenida, pero debía hablar

— Tu novia es Kate, no yo, no debiste venir y provocarme — dijo finalmente, al recordar lo que Cristopher había dicho, se sintió así: Como su amante, y se odió por eso, por no haberse aguantado, por no poner límites, Noah abrió los ojos como platos por lo que acababa de escuchar, no quedaba duda que ahora estaba en problemas, que Sophia lo estaba odiando, y él no podía tolerar ese tipo de situaciones, odiaba los reclamos

— Pero Sophia, ella es solo… — logró decir cuando Sophia lo interrumpió furiosa, levantándose de la cama

— Sí, tu amante, eso dirás verdad, que solo es tu amante, que solo te acuestas con ella, y quizá piensas que yo voy a ser lo mismo, quieres jugar conmigo de esa forma también — lo acusó mientras levantaba la ropa del suelo y se la ponía rápidamente

— Sophia no, no lo malinterpretes — se excusó Noah levantándose de la cama para dirigirse a ella — quiero decir que con Kate no tengo ningún compromiso formal — agregó ante su mirada acusadora

— Bien, pero te acuestas con ella, tu hermano lo ha dicho, entonces si ella es tu quita ganas, por qué me usaste a mí, no debiste entrar ni provocarme y yo, yo, yo no debí dejarme llevar por tus provocaciones — dijo con rabia y las ganas de llorar a flor de piel

Sophia era una mujer muy de hogar, no estaba acostumbrada a las aventuras pasionales de una noche, ni a esas relaciones en donde solo el sexo estaba de por medio, ella creía en el amor de otra forma, en eso de amarse únicamente y tener relaciones con un solo hombre, con el que se ama, pero definitivamente que los besos de Noah no la habían dejado pensar con coherencia ni con esa moral.

— No te usé, en verdad me gustas, te deseaba mucho

— Sí, pero de eso no se va a pasar a más, es decir, no es que quiera que te cases conmigo mañana mismo, solo pienso que esto no debió pasar, no había motivo — contestó finalmente con la voz más calmada

Noah sintió que el corazón se le marchitaba, entendía bien lo que Sophia quería decirle, y comprendió que había hecho mal también al besarla, aunque en el fondo no se arrepentía de nada, haberla tenido en sus brazos había sido maravilloso para él.

— Tú también dijiste que me deseabas — intentó excusarse, quería consolarla, darle una respuesta, pero no la tenía, no sabía qué decirle para hacerla cambiar de opinión ¿Acaso ella no era como las otras que se sentían feliz por haberse acostado con él? La actitud de Sophia le pareció igual a la de una adolescente

— Sí, pero, no debimos, Noah, tú eres mi jefe y no tenemos ningún vínculo como para haber hecho esto, además tú ya estás con Kate, sea cual sea la relación que tengas con ella, están juntos, ella es la que se acuesta contigo — le dijo con un tono de voz normal intentando que no pareciera un reproche

Noah se sintió fastidiado, en verdad acostarse con ella le había encantado, pero era solo eso, el deseo, no iba a confesarle amor eterno después de eso, y entendió que quizá eso era lo que Sophia esperaba para acostarse con un hombre, y él ahora no podía decir eso ni siquiera lo sentía, ni siquiera sabía que era eso de amar a alguien para tener relaciones sexuales, y él estaba acostumbrado a otro tipo de mujer, esas que disfrutaban del sexo sin prejuicios sin importar si las quería o no, si eran amigos o novios.

— Bien, Sophia, no pensé que esto te provocara daños, solo creí que disfrutarías del placer — aclaró Noah mientras buscaba su ropa con total desánimo

— Y lo hice, pero

— Pero nada, Sophia, ahora estás frustrada, por lo cual no importa si sentiste placer o no, lo mejor será que me largue de aquí — contestó enfadado, a Sophia le golpeó su indiferencia

— No, quien se larga soy yo — dijo antes que Noah pudiera abrir la puerta

— No puedes irte a esta hora — espetó él

— No, irme de aquí no, me iré de tu clínica — advirtió Sophia, ni siquiera supo en qué momento tomó esa decisión tan drástica, pero algo si tenía claro, y es que no podría soportar seguir trabajando ahí después de lo que había sucedido, pues no estaba dispuesta a convertirse en la amante de su jefe y sabía bien que él no la ocuparía para otra cosa.

— ¿Cómo? — Dijo Noah volteándose hacia ella totalmente sorprendido

— Sí — musitó ella cuando se encontró con sus ojos café que la miraban llenos de furia y preocupación

— Esto no es un motivo para que te vayas, nadie te está quitando el trabajo, además tú eres la mejor asistente que tengo, acaso no te das cuenta de lo que logramos hoy, no habría sido posible sin ti, sin tu idea, Sophia, no vas a marcharte por esto — Explicó Noah intentando mantener la calma y llenándose de paciencia, algo que casi no tenía

— Pero es que Noah, será horrible — se defendió

— Te comportas como una adolescente, no deberías complicarte la vida por algo tan sencillo como el sexo, es solo eso, eso fue lo que pasó, deberías sentirte satisfecha y relajada — Dijo Noah, referente a la actitud de Sophia

— Para las mujeres como yo, para mi cerebro, mi corazón y mis valores, las cosas no funcionan así — Se defendió Sophia demostrando su perspectiva sobre las relaciones.

— Si te quieres ir, yo mismo te despido — Dijo, después de resoplar, indispuesto a seguir discutiendo.

Anne Fountain

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