Los días parecían no ser tan buenos para Adriano Di Santis quien después de la salida de su casa de Rebeca, también había decidido evitarla durante unos días.Se había enfadado en recuperar varias bodegas a cargo de Oliver Davis, ahora sí estaba tomando el control de todo lo que Oliver quería arrebatar a Alex.Se puso de pie y caminó hacia la mesa en dónde sirvió un vaso de whisky, estaba agotado por el estrés del trabajo, y solo quería descansar un poco.Solo que el timbre de su celular llamó su atención, caminó hacia su escritorio, lo tomó y contestó al ver que era su padre.Jack quien había salido de viaje de negocios a Siena, lo cual le había traído miles de recuerdos junto a su amada.—¡Hijo! Que bueno escucharte —le habló Jack.—¡Padre! Para mí también es un honor poder escuchar tu voz —respondió Adriano sentándose de nuevo sobre el sofá.Oliver quien solo pasaba escuchó a Adriano llamar a otro hombre como padre, y eso llamó verdaderamente su atención, así que camino hacia la
Adriano escuchó unos gritos en el pasillo, pero prefirió no salir, ahora era más importante revisar todos los documentos.Después de varias horas, Adriano salió de su oficina para ir a la junta que estaba programada para horas de la tarde.—Señor como puede ver es necesario que usted viaje de inmediato —habló uno de los inversionistas.Adriano frunció el ceño, la idea de salir de viaje no le emociona mucho, pues esto de cumplir con juntas y compromisos no le llamaba mucho la atención—No creo que sea necesario que yo vaya, es mejor que vaya uno de ustedes, es un asunto de poca importancia —vociferó Adriano.—Lo siento señor, pero es de vital importancia que usted vaya, recuerde que usted es el presidente y debe asistir a todos los eventos —habló otro de los inversionistas.Adriano frunció el ceño y dirigió su mirada justo hacia Rebeca quien estaba rodando los ojos, era hora de volver a tenerla cerca o al menos eso pensaba.—Está bien, iré al dichoso viaje, pero la señorita Davis viene
Adriano alzó su mirada no podía evitar lo hermosa que se veía Rebeca, la cual trataba de no dirigirle la palabra solo para lo de estrictamente lo necesario.—¡Listo señor!, Estas son sus llaves —exclamó la recepcionista coqueteando abiertamente con Adriano, mientras movía su cuerpo de una manera sugestiva.Él no perdió la oportunidad de guiñar su ojo, Rebeca quien estaba también recibiendo sus llaves, rodó sus ojos y tomo las llaves y salió rápidamente hacia su habitación.Adriano sonrió pues era evidente que estaba celosa y eso lo hacía sentir superior. Era obvio eso y él lo podía utilizar a su favor, sin contar que esa mujer se veía sumamente hermosa y sensual al estar celosa, definitivamente era una de las mejores facetas que ella tenía.Rebeca estaba furiosa aún no entienden por qué se sentía de esa manera si él y ella no eran absolutamente nada.No obstante, tampoco se pondría pensar todo lo que le molestaba, era mejor meterse a darse un baño y cambiarse para salir a la junta que
Rebeca bajó la mirada, nunca pensó ver a Alex luchar con dos hombres al mismo tiempo y quitárselos de encima. La sorpresa era tal que no solo quedó con su boca abierta, sino que algo dentro de ella creció, tal vez verlo de esa manera era realmente excitante. Los meseros rápidamente tomaron a los dos hombres y lo ayudaron a levantarse, mientras Rebeca caminaba hacia donde estaba Adriano con ganas de volver a caerle encima a los hombres nuevamente. El rostro de Adriano estaba realmente transformado, mientras que su mirada desprende fuego, en el que demuestra que puede quemar todo a su paso.Después de unos minutos Adriano giró una buena cantidad de dinero a los dueños del restaurante por los daños causados. Rebeca quien estaba furiosa salió rápidamente del restaurante, no iba a esperar a que Adriano solucionará todo.Adriano miró a todos lados y no la vio, así que salió corriendo a buscarla, solo que Rebeca ya iba caminando hacia el hotel.—¡Rebeca!, será que puedes dejar de caminar r
Jack llevó sus manos a la cabeza y rasgó en verdad esto iba hacer más difícil de lo que pensaba, pero era mejor hablar o de lo contrario no sabía cómo iba arrancar a Elena de las garras de Caruso.Alex tomo asiento, mientras su expresión en la cara cada vez era más preocupante, sabía que algo no estaba bien, y eso era frustrante.—¡Por favor!, ¿Dime dónde está mi madre? —dijo en un hilo de voz Alex.—Sé que tal vez no lo entiendas y tal vez me culpes por lo que está pasando, pero te juro que la vamos a traer otra vez junto a ti y tu hermano.La mandíbula de Alex se tensó de inmediato, no eran buenas las palabras de Jack, su corazón y su pecho lo sabían.—¡No estés con rodeos!, ¿Dime de una maldita vez en dónde está mi madre? —grito Alex lleno de impotencia.Jack estiró sus manos y le pasó unos documentos a Alex en dónde claramente evidenciaba que Elena estaba en Italia, además que en los documentos había imágenes de Elena siendo raptada por hombres de Caruso y Santorini.—¡No entiendo
Adriano respiró profundo, no tenía idea como todo le estaba afectando.—Padre, creo que es mejor hablar en otro momento, en este momento estoy en un viaje de negocios, pero te prometo que llegando te hablo nuevamente, este tema no se puede hablar así —hablo Adriano tratando de esquivar a su padre.—Adriano por favor, tienes que volver medítalo, pero no tardes mucho, recuerda que tu madre está bajo el poder del maldito de Caruso.Adriano resoplo, todo esto era como un balde de agua fría que le caía sobre todo su cuerpo.Pero aun así no pronunció ninguna palabra y prefirió colgar la llamada. Adriano recogió todo su equipaje, pues no quería estar más ahí, debía regresar a casa de Álex y buscar pruebas.Rebeca no puso objeción de volver de nuevo a la ciudad, claramente tampoco quería estar cerca de Adriano y menos después de lo que había sucedido entre los dos.Al llegar a la mansión Connor Adriano descargó sus valijas y corrió en busca de fotos para ver cómo era su madre.Revolcó práctic
Rápidamente negó, y movió su cabeza, Rebeca sonrió y no pudo soportar más la cara de Adriano se puso de pie y jalo Adriano.—¡Ven vamos a bailar! —dijo Rebeca sonriendo, Adriano no pudo negarse después de todo anhelaba tenerla cerca de el, no podía seguir negando lo que sentía por ella.Tanto así que no puede contener más y la sujeta de la cintura pegando más a él. Ella alzó su mirada y sonrió, para después enredar sus manos en el cabello de Adriano y pegar sus labios a los de Adriano el cual le correspondía al beso que Rebeca le brindaba.Sus labios jugaban sin cesar, sus manos subían y bajaban al igual que su pecho, solo que segundos después Rebeca se separó de él, en verdad su cabeza daba vueltas y sentía que se iba a caer.—¡Oye! Besas muy bien, ¿no se porque me desprecias tanto? —hablo Rebeca completamente inconsciente.Adriano intentó hablar solo que Rebeca llevó sus manos rápidamente a su boca al sentir que el vómito se iba hacer presente.—¿Te sientes bien? —pregunto Adriano s
Los dos cayeron cansados en verdad era el mejor sexo que los dos habían tenido, solo que Adriano sentía miles de cosas pasar por su cabeza, eran miles de preguntas. Muchos sentimientos de por medio.Rebeca se dejó caer sobre el pecho desnudo de Adriano, lo amaba y de eso no cabía la menor duda, se había entregado en cuerpo y alma a Adriano Di Santis. Estar al lado de él, hacía que su cuerpo y su corazón actuara diferente, eso que él provocaba en ella era algo que no se explicaba, pero que sin duda era lo mejor que le había pasado.Adriano bajo su mirada y vio como ella respiraba tranquilamente, eso hizo que su cabeza explotara de angustia y sin pensarlo se puso de pie.Rebeca, quien estaba envuelta en las sábanas, lo miró con curiosidad.—¿A dónde vas? —le pregunto alzando una ceja, al ver que él se colocaba sus pantalones.—Adriano movió su cabeza no sabía que decir, se sentía como un completo idiota.—Me voy, tu padre debe estar por llegar y no quiero tener otro problema más con él