Rebeca bajó la mirada, nunca pensó ver a Alex luchar con dos hombres al mismo tiempo y quitárselos de encima. La sorpresa era tal que no solo quedó con su boca abierta, sino que algo dentro de ella creció, tal vez verlo de esa manera era realmente excitante. Los meseros rápidamente tomaron a los dos hombres y lo ayudaron a levantarse, mientras Rebeca caminaba hacia donde estaba Adriano con ganas de volver a caerle encima a los hombres nuevamente. El rostro de Adriano estaba realmente transformado, mientras que su mirada desprende fuego, en el que demuestra que puede quemar todo a su paso.Después de unos minutos Adriano giró una buena cantidad de dinero a los dueños del restaurante por los daños causados. Rebeca quien estaba furiosa salió rápidamente del restaurante, no iba a esperar a que Adriano solucionará todo.Adriano miró a todos lados y no la vio, así que salió corriendo a buscarla, solo que Rebeca ya iba caminando hacia el hotel.—¡Rebeca!, será que puedes dejar de caminar r
Jack llevó sus manos a la cabeza y rasgó en verdad esto iba hacer más difícil de lo que pensaba, pero era mejor hablar o de lo contrario no sabía cómo iba arrancar a Elena de las garras de Caruso.Alex tomo asiento, mientras su expresión en la cara cada vez era más preocupante, sabía que algo no estaba bien, y eso era frustrante.—¡Por favor!, ¿Dime dónde está mi madre? —dijo en un hilo de voz Alex.—Sé que tal vez no lo entiendas y tal vez me culpes por lo que está pasando, pero te juro que la vamos a traer otra vez junto a ti y tu hermano.La mandíbula de Alex se tensó de inmediato, no eran buenas las palabras de Jack, su corazón y su pecho lo sabían.—¡No estés con rodeos!, ¿Dime de una maldita vez en dónde está mi madre? —grito Alex lleno de impotencia.Jack estiró sus manos y le pasó unos documentos a Alex en dónde claramente evidenciaba que Elena estaba en Italia, además que en los documentos había imágenes de Elena siendo raptada por hombres de Caruso y Santorini.—¡No entiendo
Adriano respiró profundo, no tenía idea como todo le estaba afectando.—Padre, creo que es mejor hablar en otro momento, en este momento estoy en un viaje de negocios, pero te prometo que llegando te hablo nuevamente, este tema no se puede hablar así —hablo Adriano tratando de esquivar a su padre.—Adriano por favor, tienes que volver medítalo, pero no tardes mucho, recuerda que tu madre está bajo el poder del maldito de Caruso.Adriano resoplo, todo esto era como un balde de agua fría que le caía sobre todo su cuerpo.Pero aun así no pronunció ninguna palabra y prefirió colgar la llamada. Adriano recogió todo su equipaje, pues no quería estar más ahí, debía regresar a casa de Álex y buscar pruebas.Rebeca no puso objeción de volver de nuevo a la ciudad, claramente tampoco quería estar cerca de Adriano y menos después de lo que había sucedido entre los dos.Al llegar a la mansión Connor Adriano descargó sus valijas y corrió en busca de fotos para ver cómo era su madre.Revolcó práctic
Rápidamente negó, y movió su cabeza, Rebeca sonrió y no pudo soportar más la cara de Adriano se puso de pie y jalo Adriano.—¡Ven vamos a bailar! —dijo Rebeca sonriendo, Adriano no pudo negarse después de todo anhelaba tenerla cerca de el, no podía seguir negando lo que sentía por ella.Tanto así que no puede contener más y la sujeta de la cintura pegando más a él. Ella alzó su mirada y sonrió, para después enredar sus manos en el cabello de Adriano y pegar sus labios a los de Adriano el cual le correspondía al beso que Rebeca le brindaba.Sus labios jugaban sin cesar, sus manos subían y bajaban al igual que su pecho, solo que segundos después Rebeca se separó de él, en verdad su cabeza daba vueltas y sentía que se iba a caer.—¡Oye! Besas muy bien, ¿no se porque me desprecias tanto? —hablo Rebeca completamente inconsciente.Adriano intentó hablar solo que Rebeca llevó sus manos rápidamente a su boca al sentir que el vómito se iba hacer presente.—¿Te sientes bien? —pregunto Adriano s
Los dos cayeron cansados en verdad era el mejor sexo que los dos habían tenido, solo que Adriano sentía miles de cosas pasar por su cabeza, eran miles de preguntas. Muchos sentimientos de por medio.Rebeca se dejó caer sobre el pecho desnudo de Adriano, lo amaba y de eso no cabía la menor duda, se había entregado en cuerpo y alma a Adriano Di Santis. Estar al lado de él, hacía que su cuerpo y su corazón actuara diferente, eso que él provocaba en ella era algo que no se explicaba, pero que sin duda era lo mejor que le había pasado.Adriano bajo su mirada y vio como ella respiraba tranquilamente, eso hizo que su cabeza explotara de angustia y sin pensarlo se puso de pie.Rebeca, quien estaba envuelta en las sábanas, lo miró con curiosidad.—¿A dónde vas? —le pregunto alzando una ceja, al ver que él se colocaba sus pantalones.—Adriano movió su cabeza no sabía que decir, se sentía como un completo idiota.—Me voy, tu padre debe estar por llegar y no quiero tener otro problema más con él
William respiró profundo, después de todo, pues sabía muy bien cómo era el genio de Adriano.—¿Y bien?, ¿Te piensas quedar ahí parado, viéndote? —habló Adriano, William se sobresaltó.—Señor Connor, es que la reunión que había hoy en la tarde y que el señor Oliver debía ir directamente —dijo William tragando saliva.—Sí, sé muy bien cual es la dichosa reunión, ¿qué sucede? —habló Adriano mientras mira los documentos que sostenía en sus manos.—Lo que sucede es que el señor Davis llamó hace unos minutos para avisarle que no piensa ir —habló William.Adriano bajo los documentos, y arrugado uno de ellos, en verdad Oliver sabía la importancia de dicha reunión y por lo visto quería echar a perder todo, solo que Adriano siempre llevaba las de ganar.—¡Señor debe ir a la reunión!, Usted sabe que es muy importante —hablo William.—Está bien, alista el auto y salimos en cinco minutos. —William salió de la oficina de Adriano rápidamente.Mientras tanto Adriano maldice y jura a con hacerle pagar
Charlotte llevó rápidamente sus manos a la cabeza, era obvio que su padre estaba planeando rescatarla, " pero como no se le pasó por la mente" no tuvo de otra que correr pues al preguntar a uno de los hombres por su padre le dijo que su padre ya estaba en una de las camionetas.—¡Padre! —le gritó Charlotte, mientras respiraba profundamente para volver a tomar aire.Caruso, quien acababa de colocar el pie en el acelerador, frenó en seco al ver a su hija parada justo al frente de la enorme reja que comunicaba con la calle.La mandíbula de Caruso se tensó y su pulso empezó acelerarse, ¿Acaso era una broma? Él abrió la puerta y bajó aún con sus manos temblando, pues pensaba que su hija ya estaría totalmente golpeada o en el peor de los casos "muerta".—¡Hija!, peee… ¿Pero cómo fue que lograste escapar? —habló caruso tartamudeando.Charlotte sintió una opresión en su pecho, en verdad su padre estaba mal, pero lo mejor era tranquilizarlo, así que lo abrazo fuertemente.—Es algo que te conta
ItaliaCharlotte había escuchado el disparo en su habitación, pero prefiero no bajar, ya estaba acostumbrada a escuchar disparos de los hombres quienes ensayaban tiro al blanco, así que para ella era normal.Los ojos de Charlotte se centraron en la pantalla del celular, la cual vibraba, sus ojos se iluminaron por completo, y contesto de inmediato.—¡Hola bonita! —le habló Alex al otro lado de la línea.—¡Pensé que nunca ibas a llamar! —respondió Charlotte, mientras enredaba sus dedos en la sabana de su cama.—¡Quiero verte!, Sé que apenas unas horas que te tuve junto a mí, pero quiero tenerte de nuevo a mi lado —vocifero Alex, quien observa la foto de Charlotte, la misma que le había tomado hace unos días, la cual lo hacía suspirar de amor.—Yo también deseo verte, pero ahora mi padre se hará sospechoso, es mejor vernos mañana. —Charlotte sabía que su padre nunca aprobaría el amor entre ellos y la idea de no volver a ver a Alex le aterraba.—Te prometo que muy pronto estaremos juntos,