La pobre joven tomó su ropa y caminó directo hacia el baño, en dónde se vistió y salió de ahí azotando la puerta.Adriano pegó fuertemente con sus nudillos sobre la cama, aún no entendía cómo era que Rebeca no salía de sus pensamientos, ninguna otra mujer le había llamado tanto la atención como lo hacía Rebeca.Además, su padre le había enseñado muy bien que en las mujeres y en el amor no se puede confiar, así que enamorarse de Rebeca no era una opción.—Señor disculpa, que entré de esta manera sin tocar, pero me imaginé que estaba despierto y más al ver a esa joven salir como alma que lleva el diablo —hablo William entrando a la habitación.—Si, me fui imposible dormir —respondió Adriano mientras se colocaba de pie —Si, eso veo señor, y menos con esa mujer que salió de su habitación hace unos minutos —respondió sonriendo.—Me imagino que se fue hecha una furia —habló Adriano.—Si señor de eso no hay la menor duda, pero vine por qué solicitan su presencia en una de las empresas, el a
Evidentemente Alex se iba a convertir desde ahora en adelante en la piedra en el zapato de Oliver y eso lo estaba comprobando en ese mismo momento. —Quiero que vuelvas ahora mismo a la empresa, yo te lo ordeno —habló fuertemente Oliver, solo que el hombre al otro lado de la línea se negó rotundamente.Los gritos de Oliver inundaron la casa tanto así que terminó por despertar a Rebeca, por así decirlo pues Rebeca no había podido pegar el ojo en toda la noche.Y eso era lo que más le preocupaba pues en toda la noche pensó en Álex, y lo arrogante que se había convertido últimamente, pero no estaba dispuesta a darse por vencida y menos ahora después de que se percató de la forma en que la miraba Alex, era un punto a su favor el cual iba a saber utilizar a la perfección.Así que se puso de pie se ducho y se puso el vestido más atrevido que tenía, había empezado la guerra y Álex Connor se iba a arrepentir de meterse con ella.Bajo rápidamente las escaleras, estaba entusiasmada por alguna e
Era imposible no pensar en ella y más cuando Rebeca no colaboraba mucho, Adriano llevó una vez más el vaso a su boca, solo que por poco y lo escupe por completo al ver que la puerta se abrió de par en par.—¡Aquí estoy!, Debe ser algo muy importante para enviarme un mensaje para que viniera a tu oficina. —Adriano se puso de pie de inmediato al ver a Rebeca justo parada enfrente de él.—Por lo visto no te enseñaron a tocar la puerta antes de entrar —habló Adriano mirando de arriba abajo a Rebeca, tanto así que se la comía con la mirada.—La puerta estaba entreabierta, así que solo entré. —Rebeca caminó como toda una diosa en la oficina, sabía que Alex no le quitaba la mirada de encima, lo podía sentir.Adriano trago saliva, y se quedó en silencio por unos minutos, no sabía que decir, se había quedado sin palabras, en verdad Rebeca parecía una diosa y de eso no había duda y más en ese vestido que resaltaba a la perfección su figura y su enorme trasero redondo, cómo no desearla y querer
Rebeca no entiende esa obsesión de su padre con Alex, últimamente siente que su padre no tiene tranquilidad de nada y ella debe tratar de arreglarlo todo.—Papito, mejor por qué no te vas a casa, y así descansas un poco, y no me mires con ganas de quererme matar, pero es mejor —hablo Rebeca abrazando a su padre para que se tranquilice un poco.—Está bien hija, si mejor me voy a descansar, pero voy a ir al club, y de paso juego un rato con mis amigos —respondió Oliver, mientras dejaba un beso en la frente de Rebeca.Aunque a Rebeca no le gustaba para nada la idea que su padre se fuera a jugar al club, ella sabía muy bien cómo se ponía cada vez que lo hacía y la verdad no le gustaba para nada Además, sin contar que la última vez perdió mucho dinero y eso la preocupaba más que nada, pues no quería que su padre le llegase a pasar algo malo por apuestas de juego.Oliver salió de la oficina dejando con el corazón y alma a Rebeca, camino y bajo hasta el sótano en dónde sus ojos se abrieron
Era imposible no caer rendido ante la belleza de Rebeca, y más cuando el que tuvo que separarse de inmediato fue Adriano y no Rebeca, la miró fijamente a los ojos, y sonrió, sonrisa que se le borró a sentir la mano de Rebeca estamparse en su mejilla.—Es un bruto, que piensa que todo gira a su rededor, no se crea tan importante Connor, porque créeme que no va a lograr nada tratando de seducirme, a y le prohíbo que vuelva a colocar un solo dedo encima de mi —hablo Rebeca totalmente furiosa.Adriano la miró con bastante picardía, en verdad esta mujer era candela pura, pero se quedaría quieto por ahora la dejaría marcharse.Rebeca prefirió marcharse, no está dispuesta a seguir discutiendo más con Álex, subió a su auto y aceleró como alma que lleva el diablo, no podía ocultar su disgusto, y más cuando en el rostro de Alex había satisfacción.Rebeca nunca se había enamorado de alguien, y no estaba dispuesta a sentir cosas por Alex, un ser cobarde y poco hombre como se decía en su mente.Al
Vaya que se venían problemas más grandes y más con la nueva orden de Oliver Davis. La noticia rápidamente se propagó como una ola.Adriano quien todavía se encontraba en las bodegas terminando de revisar casi todos los documentos, levantó su mirada al ver a uno de los empleados justo de pie mirándolo con bastante desesperación.—¿Qué haces ahí parado?, ¿Acaso no tienes trabajo que hacer? —vociferó Adriano con su arrogancia.—Sí, señor solo quería decirle que el señor Oliver acaba de comunicarnos por medio de unos de los empleados que no debemos hacerle caso —hablo el pobre hombre quien temblaba ante la apariencia firme de Adriano Una apariencia que nunca antes le había visto pero que ahora le aterraba.—Así que Davis quiere seguir fastidiando la vida —habló mientras caminaba hacia donde el hombre lo miraba de arriba a abajo.Camino justo detrás de él, para después colocar sus manos en el hombro de aquel hombre que pegó un brinco.—¡Señor Connor no me vaya a despedir!, en verdad yo ne
Los días para Jack al lado de Alex eran lo más anhelado para el, y como no si llevaba años soñando con tener a su hijo de nuevo junto a él.—Alex, sé que quieres marcharte cuanto antes de este país, y más por todo lo que hizo Caruso —habló Jack sacando de sus pensamientos a Alex, quien miraba como entrenaban todos los guardaespaldas de la casa.—Disculpa no prestaba atención —le respondió cómo siempre Alex, con gentileza.—Que me gustaría que te quedarás por un tiempo aquí en Italia conmigo —habló Jack moviendo sus dedos.—La verdad me preocupa mis empresas, usted sabe que los negocios no se pueden abandonar por mucho tiempo —respondió sinceramente.—No deberías preocuparte, Adriano es muy bueno en los negocios, y más cuando se trata de administrar, el lleva mucho tiempo a cargo de este gran imperio y estoy seguro que hará un buen trabajo —hablo Jack, con la firme esperanza de que aceptará.—Está bien señor, la verdad me gustaría saber un poco más de este mundo, solo pido una sola con
ItaliaEstos días en casa de Caruso no iban para nada bien, sus ánimos no estaban para buenos, pues su humor estaba de los mil demonios después que Charlotte había dejado escapar a Di Santis.Por eso Charlotte había decidido salir a respirar un poco de aire, y dejar a un lado las quejas y reclamos de su padre.—¡Señorita Charlotte!, Si su padre se llega enterar que usted salió sin escoltas nos mata —habla uno de los guardaespaldas totalmente nervioso.—Tranquilo yo me hago cargo de las consecuencias —le respondió.Acto seguido puso el pie en el acelerador, condujo por más de una hora, pero nada le llamaba la atención, así que prefirió ir a su café favorito y sentarse a leer, hace mucho que no lo hacía así que prefiero hacerlo.Una camioneta se había estacionado varios metros adelante de ella, el conductor la observaba con bastante inquietud, no sabía si debía bajarse, o marcharse.Solo que optó por la primera, quitó el seguro de su camioneta y bajo de ella ante la mirada atónica de un