Capítulo 1

Arabella

Luego del incidente que tuve está mañana no habido nada del otro mundo, llegue diez minutos tarde al hospital todavía no había llegado mi primer paciente así que no me pueden decir irresponsable e impuntual.

Estudié en la Universidad de Bolonia, una de las mejores escuelas de medicinas en Italia. Llegué aquí a España cuando tenía 21 años, ya que me gradué a temprana edad por ser la mejor de la clase. Soy el orgullo de mi familia ya que por ser la pequeña de mis hermanos y la única hembra me sobreprotegen.

Vivo sóla en Barcelona aproximadamente unos 6 años, me tuve que separar de mi familia cuando se me presentó la oportunidad de ejercer mi carrera en el Hospital Clínic de Barcelona unos de los mejores de la ciudad. Soy cirujana general pero me gusta mucho trabajar en emergencias.

Estoy tan ida con mis pensamientos que no escuché cuando tocaron la puerta.

— Joder tía estoy llama que llama y no contestais mi alma — Me dice Franco — pero bueno ya que saliste de tú ensoñación vengo a buscarte para almorzar.

Franco Sánchez es mi mejor amigo, nos conocimos el mismo día que empecé a trabajar aquí, él es un hombre muy guapo, alto, corpulento, ojos verdes y cabello castaño claro. Desde que nos conocimos nos llevamos de maravilla, parecemos hermanos por el parecido que tenemos,pero no el físico sino la personalidad. Nuestros ojos son muy llamativos, él los tiene verde agua y yo azules como el mar atlántico, muy intenso.

— ¡Buenas tardes! ¿Cómo estás querida Arabella?  — ironizo — yo bien gracias por preguntar.

— No me toques los cojones cielo, que no estoy de humor me mira algo tenso —  ven vamos almorzar tengo que hablar contigo.

— ¿Está todo bien?— indago preocupada

— Ss.. sí — responde nervioso — ¿Nos vamos?

— Claro cariño.

Algo no está bien, Franco es muy directo y el que esté nervioso no hace que me preocupe menos, pero ya lo voy averiguar y ayudar como siempre para eso soy su mejor amiga para levantarlo cuando caiga.

[...]

Media hora más tarde me encuentro en el restaurante Nirvana, el mejor de la ciudad, estamos viendo la carta para elegir.

— Solo quiero macarrones con queso — le digo al mesero — y una copa de vino blanco.

— Claro que sí señorita — me mira coqueto — lo que usted quiera.

— Yo quiero lo mismo que ella dice Franco sonriente — y de postre pastel de chocolate.

— Muy buena elección — dice el mesero — con su permiso

Franco ve como el chico se va algo ido y empieza a tocarse los dedos de las manos nervioso.

— ¿Cariño que tienes? — pregunto — me estás poniendo de los nervios

— Hay muñeca no sé cómo empezar — suspira — pero eres mi mejor amiga, la única familia que tengo y si no le cuento a alguien voy a explotar.

— ¿Qué pasa Franco? — me coloco impaciente.

— Ayer cuando estaba de turno en emergencia llegó un tipo con dos heridas de balas, lo tuve que intervenir ya que unas de las balas se encontraban dentro de su cuerpo todavía — dice — luego llega otro hombre trajeado con cara de pocos amigos, me amenazó que si su hermano no salía bien de la operación mataría a lo que más quiero — dice viendo a la mesa — pero... su hermano le dió un derrame cerebral y quedó en coma — suspira — su hermano me  culpa por ello y estoy amenazado cielo me están respirando por el cuello.

Me quedo callada analizando todo lo que me acaba de decir y paso saliva.

— Cariño mírame — le digo a Franco — todo va a salir bien además acuérdate que a mi nadie me destruye, yo los destruyo soy Arabella Duarte una mujer inalcanzable .

— Y no lo dudo muñeca pero tengo miedo de perderte — me mira triste — perdí a mis padres en un accidente hace 22 años y tú me ayudaste a salir de ese pozo sin fondo en el cual me encontraba, me niego aceptar que te pase algo por mi culpa.

— Guerra avisada no mata soldado...

— Y si lo mata es por descuidado — finaliza él.

— Exacto cielo — digo seria — ya veré que hago tú tranquilo y yo nerviosa — bromeo.

— Hay mi muñeca gracias a Dios por colocarte en mi camino. Eres única

Pues es algo que sé pero que me lo diga el, me da sentimiento al pensar que sólo me tiene a mí.

— El destino nos quería ver juntos y aquí estamos — le digo con una sonrisa

— Tenéis mucha razón muñeca.

El mesero llega y nos deja lo que pedimos. Al cabo de unos segundos empezamos a saborear la comida está exquisita.

— Moría de hambre — habla Franco — está divino.

— No hables con la boca llena — lo reprendo

— Si mamá — Bromea y nos reímos

— Hoy casi fui atropellada — suelto de repente — pero él frenó, el muy idiota se la quería dar de galán conmigo — volteó los ojos.

— Ujum mi alma, y cuéntame ¿era guapo?

— Es un Dios Olimpo cariño pero yo no quedo atrás — digo con obviedad

— Como tú nadie muñeca eres única — me elogia Franco

— Lo sé — digo divertida

Ese hombre con tan sólo verte moja las bragas, nunca me había pasado pero con él fue distinto. Esa mirada llena de tormenta me hipnotizaron, no lo voy a negar, una mirada llena de misterios y frialdad. Ese acento ¿Ruso? Me fascinó.

Déjate de tonterías Arabella me reclama mi subconsciente

Tiene razón, yo merezco algo mucho mejor. Yo soy Arabella Duarte, una mujer deseada.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo