Capítulo 2

Akem

Estoy desconcentrado desde que me crucé con esa mujer, es altanera, prepotente y muy preciosa. Es toda una fiera como a mí me gusta, quise seguirla para saber cuál era su paradero pero tenía otros asuntos que resolver.

— Boss — me llaman — ya tengo lo que me pidió.

— Perfecto, ¿Dónde se encuentra esa rata de alcantarilla?

— Le seguí los pasos ayer y entró al Hospital Clínic de Barcelona — dice viendo su móvil  — Por lo que averigüé Sebastián Medina quedó en un coma, por lo tanto Santiago Medina amenazó al doctor de turno.

— Puedes retirarte — le digo

Santiago Medina es unos de mis rivales, nosotros teníamos algunos acuerdos pero el muy hijo de p**a se los pasó por los huevos. Yo advierto y si no cumplen que se atente a las consecuencias.

Soy el boss de la mafia rusa (La Bratva) pero tengo algunos negocios en España. Todo el mundo me ve como un empresario ejemplar, pero tan solo es una tapadera. Mi empresa se encarga de fármacos, yo no quise tener la vida que tengo a mi me lo impuso el destino.

Cuando mataron a mi padre, todo quedó a mi cargo apenas estaba saliendo de la Universidad estudié farmacología; mi padre me entrenó desde pequeño para cuando esto pasara él necesitaba expandirse por toda Europa y cuando le dije lo que quería estudiar me apoyó incondicionalmente porque sabía que eso iba ayudar a la bratva.

No me arrepiento de nada, no soy ese tipo de persona que va lamentándose por todo lo que le pasa, más bien eso me llena de experiencia. Tengo que ver que hago con las escorias de Sebastián y Santiago Medina, no voy a permitir una traición.

[...]

Estoy sentado en mi Ferrari color negro, es toda una preciosidad, voy en camino para el Hospital Clínic de Barcelona a enfrentarme con esos canallas. De repente se me viene a la mente esa mujer con la que me crucé hoy, noté que era doctora por la bata blanca que llevaba.

La quiero para mí

No hay mujer que se me resista, yo voy por lo que quiero sin ningún impedimento. La voy a encontrar y la doblegaré a mis pies, tengo que bajarle esos aires de grandeza.

Voy conduciendo por la ciudad de Barcelona, a esta hora del mediodía hay un poco de tráfico, mis hombres me siguen en una camioneta negra, no me agrada mucho la idea de tener a varias personas pisandome los talones pero tener tantos enemigos detrás de mí, no me deja mucha opción.

Llego al estacionamiento subterráneo del hospital, voy a tener una "amistosa" charla con esos capullos. Apago el motor del auto y me bajo, no se encuentran muchos autos estacionados aquí abajo por lo que inmediatamente ubico el ascensor. Voy caminando a paso seguro hasta que las puertas de este se abren, marco el tercer piso y espero hasta que se cierren.

Sin embargo una mano muy delicada no deja que estas se cierren, cuando alzo la vista me encuentro con una pelirroja de ojos verdes muy bien formada en todos sentidos de la palabra, tiene unas piernas de infarto.

Ella se me queda viendo con una sonrisa muy coqueta.

— ¡Oh disculpe! es que tengo que llegar a mi turno pero a la de ya — Dice algo sonrojada.

— No tiene que disculparse por nada krasivaya zhenshchina.

— Bol'shoye spasibo za prekrasnyy ser me responde en ruso

— Habla usted perfectamente mi idioma — le sonrío — Felicidades

— Se hablar y hacer muchas cosas — me guiña el ojo la muy suka.

— Eso no lo pongo en duda preciosa

— Me llamo Issabela Guzmán — me estrecha la mano, la cual acepto muy gustoso — un placer.

— Akem Ivanov — me presento — el placer es todo mío — en un ágil movimiento volteo su mano y le doy un casto beso en el dorso de la mano.

— ¿Eres el presidente de la empresa Fármacos Industry International Ivanov? — me mira sorprendida

— No sabía que era tan reconocido — digo con una sonrisa torcida — pero si soy yo.

En ese momento que la pelirroja iba a responder se abren las puertas del ascensor. Le dedico una última mirada y me decido a seguir con mi camino.

Nada mal para una noche me dice mi subconsciente. Sonrío a la nada. Llego a recepción y pregunto por la habitación de Sebastián Medina, la cual me dicen que es la número 166. Continuo con mi objetivo hasta que me la vuelvo a encontrar, esa mirada tan hechizante de color azul zafiro me envolvió. Ella no se percata de mi presencia por estar hablando con una señora de tercera edad.

Esa mujer prepotente y amargada que casi atropello esta mañana, no tiene nada que ver con la que miro en este instante. Le sonríe a la señora con ¿Ternura? Algo que me está descolocando. Lo único que pienso es que está Diosa me va a llevar a la locura.

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Traducción:

krasivaya zhenshchina: Bella dama

Bol'shoye spasibo za prekrasnyy ser: Muchas gracias por el bella señor.

Suka: Perra

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