Capítulo 5

Arabella

Suena el despertador a las 5 de la mañana, hoy tengo dos cirugías y cada vez que me toca hacer una, vuelvo a revisar el expediente médico de mi paciente para poder analizar cada detalle secundario. Yo no voy arriesgar la salud de mis pacientes y hasta la más mínima posibilidad de riesgo la examino.

En unas de las dos cirugías de hoy me toca operar a corazón abierto a un niño de siete años que sufre de aterosclerosis, hay un riesgo mínimo pero no menos importante, por eso observo que puedo hacer si se presenta esa situación.

Mujer prevenida vale por dos

Pasadas una media hora me dispongo a ir a la ducha, me veo en el espejo y sonrío.

Dios se pasó conmigo, me hizo toda una belleza, sensual e inteligente mujer, bueno también tengo que darle créditos a mis padres.

Siempre he sido de esas mujeres que llaman la atención. En la prepa era eso como la "Popular" solamente por mí belleza, cosa que me enfurecía, toda mujer tiene que llamar la atención es por su inteligencia y desempeño, una cara bonita tiene sus ventajas pero a la hora de hablar quedarás en blanco y te empezarán a decir la "Burra o la tonta" por no saber nada de la vida. Esas siempre fueron unos de los motivos para querer superarme en todo lo que hacía y hago.

[...]

— Bisturí — le digo a la enfermera que ayuda en esta ocasión.

Empiezo hacer la incisión en todo el medio del pecho, a medida que voy cortando la piel, va apareciendo sangre a chorros por lo que la enfermera coloca el tubo de drenaje Hemovac bajo la piel por todo lo que queda de cirugía, para eliminar cualquier rastro de sangre u otros líquidos que se puedan acumular en esta zona.

12h después la cirugía ha sido un éxito por lo que me encamino a la sala de espera donde se encuentran sus padres.

— Familiares de Fabián Lopez — secundo, veo a sus padres acercarse.

— Dígame que mi niño ha salido bien de la operación — susurra la madre.

— La cirugía ha sido todo un éxito — digo con una sonrisa de boca cerrada — Fabián es un niño muy fuerte, lo pasaremos a una habitación y lo tendré en observación todo este día para ver como va su recuperación. Si todo sale bien, mañana por la tarde lo doy de alta.

— Doctora Duarte muchas gracias — me agarra de las manos el padre del niño — usted a sido comprensiva y dedicada al caso de mi hijo, siempre está al pendiente de él y pues también gracias por cubrir la mitad del presupuesto de la operación, sino no hubiera sido por usted mi hijo no estuviera aquí con nosotros.

Que bien se siente tener complacidos a los pacientes y Fabián ha sido un caso que me llegó al corazón, cuando vi que yo tenía en mis manos una nueva oportunidad para él, no lo pensé dos veces.

— Señor Lopez no tiene nada que agradecerme. Dios colocó a su hijo en mi camino para poderlo ayudar — le digo con sinceridad.

Una enfermera se lleva a los señores Lopez, por lo que me dispongo a ir al piso 3, donde tengo a mi otra paciente. A ella le tuvieron que hacer un trasplante de riñón donado por su mejor amiga. Este caso médico lo tenía Issabela Guzmán.

Mi compañera de trabajo》. Pero por un fallo que tuvo en unas de las sesiones de diálisis, el director del hospital me pasó el caso a mí.

Espero a que el elevador llegue al piso donde me encuentro. Cuando llega, está un hombre alto, buen cuerpo, simpático, ojos azules, rubio y con una barba bien cuidada. Entro al cubículo y marco el piso 3, siento como se me queda viendo con una sonrisa ladeada. Me enferma cuando los hombres se me quedan viendo como un pedazo carne, por lo que me volteo para encararlo.

— ¿Se te perdió algo? — Lo miro seria

— Créeme que si te hubiera perdido, en menos de 24h ya estuvieras en mis brazos preciosa — me regala una sonrisa ladeada, no voy a negar que ese acento español sensual tan marcado me estremece.

— Te deben llamar Romeo — me burlo

— Y yo encantado que fueras mi Julieta — me guiña un ojo.

Definitivamente que con estas labias tan baratas, haría un poemario y sería famosa. En el momento en que iba a responder se abren las puertas del ascensor, mostrándonos un pasillo con mucho movimiento entrando a una de las habitaciones.

En seguida salgo para ver de qué paciente se trata y cuando veo, es el de la habitación 166. Me encuentro a Franco preocupado viendo nervioso al hombre con el que venía en el elevador. Por lo que empiezo atar cabos, este es el hombre que lo amenazó de vengarse de él por "no auxiliar a su hermano".

Cariño necesito tú ayuda pero ¡ya! — me ruega Franco, por lo que lo aparto y me adentro en la habitación.

— Carguen a 200 — le digo a la enfermera.

Al hombre que se encuentra acostado en esta cama le acaba de dar un infarto. Así que le abro la bata a la medida del pecho, la enfermera me pasa el electrochoque, empiezo a afrontarlo rápidamente.

— Despegue — ordeno.

La electricidad pasa por su cuerpo haciendo que se levante de golpe, pero nada.

— Carguen a 250 — vuelvo a ordenar

Hago el mismo procedimiento y lo coloco en su pecho.

— Despegue — repito.

Su cuerpo se vuelve a sacudir, pero sigue sin hacer ningún efecto. Lo vuelvo hacer y nada.

— Tú eres fuerte, vuelve con nosotros   — le digo — Carguen a 350, se que va a volver.

La enfermera hace lo que le pido inmediatamente.

— Despegue — le grito

Lo vuelvo a colocar en su pecho y el monitor empieza a pitar. Estas son algunas cosas que me conmueven, pensar en que una vida se va y no pudiste hacer nada encoge el corazón.

— Llévalo hacer unos exámenes neurológicos para ver si por los minutos que su cerebro no tuvo ninguna oxigenación le ha dejado algunas secuelas — le digo a la enfermera — cuando estén listos los resultados me los hace saber de este caso me encargo yo. miro a Franco.

— Como usted ordene doctora — la enfermera se lleva en la camilla al hermano del rubio.

— Ahora toda duda que tenga al respecto a la recuperación de su hermano, se comunica conmigo — le digo al gilipollas .

— Con mucho gusto me comunicaré con usted....

— Arabella  — Lo corto — Arabella Duarte para servirte.

[...]

Aterosclerosis: Es un trastorno común de las arterias en el cual la grasa, el colesterol y otras sustancias se acumulan en las paredes arteriales. Las acumulaciones más extensas se llaman ateromas o placas y pueden dañar las paredes arteriales y obstruir el flujo sanguíneo.

Electrochoque: Es una terapia que consiste en el pasaje de corriente eléctrica a través del cerebro, buscando una activación neuronal.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo