Arabella
Veo como sale del consultorio sin mirar atrás, no voy a negar que me ha gustado su propuesta de acompañarme pero tengo que pensarlo bien antes del lunes. Mi vida cambiaría completamente, son más responsabilidades; sería la imagen, la representación de este hospital y para hacerlo me comprometería al cien.
— Mi niña no quiero que te sientas obligada — me mira Iván comprensivo — quiero que la decisión que tú escojas sea porque en realidad te sientes cómoda y no algo que te impusieran.
— Daddy sabes perfectamente que yo puedo con esto y mucho más, pero sabes muy bien que cuando yo me vaya de congreso no podré estar pendiente de mis pacientes — secundo — esta es una oportunidad que cualquier doctor desearía, pero sabes como soy entregada a mi profesión.
Ser dire
ArabellaMe desperté sobresaltada, tuve una pesadilla sobre un secuestro, había mucha sangre por todo el suelo; yo lloraba como las cascadas de Niágara. Todo se sintió tan real que me asusté mucho. Yo no soy mujer de llorar, pero verme ahí como me rompía poco a poco me alteró mucho.Cojo mi móvil que está en la mesita de noche, veo que son las 18h, me levanto con pereza y me meto en la ducha. Observo en el espejo que tengo ojeras.Doblar turno me pasó factura.No me arrepiento de nada. Agarro el cepillo, lo lavo, le coloco crema de dientes y empiezo a cepillarme, al cabo de diez minutos ya he terminado. Abro el chorro del jacuzzi, pongo algunas esencias frutales, echo un poco de jab&oac
AkemLuego de darme una ducha de agua fría, decido ir a mi nuevo Club "Fantasy". Es un sitio donde puedes revelar tus talentos sin ser juzgado, apenas lo inaugure y me ha ido bien. En cuestión de seguridad no coloqué mi verdadero nombre para no levantar sospechas con el enemigo. De todos los clubs que he hecho, este no lo utilizo para el lavado de dinero.Mi identidad falsa es《Mauricio Ruíz Palacios 》. Así aparezco en los papeles de club.Estoy en la zona VIP, desde aquí puedo observar mi creación; sale el presentador invitando a todos a ver a una tal " La enmascarada misteriosa".Se apagan todas las luces, quedando solo un reflector encendido, sale una mujer con máscara dorada y un traje muy provocativo
AkemEstábamos súper conectados en ese beso lujurioso, pero mediante le dije que era mía se aleja de mí.— No mi lindo — dice seria — yo no soy de nadie, soy solamente de mi y si tú pensabas que nuestra reunión de mañana era marcar territorio estás muy equivocado — se voltea para agarrarse de la baranda y ver la ciudad — estoy malditamente agotada de que me vean como un trofeo, sabes... — me encara — mi instinto de cagna me decía que esto iba a pasar, pero quise averiguar si estaba equivocada, pero ya veo que no.— Si te ofendí de verdad disculpas, pero Arabella no creas que si vas a estar conmigo, también vas a estar con otro — explico — y metelo en tu pequeña cabecita; yo
Arabella Él toca el piano con destreza, concentración y pasión; tiene una manera de desenvolverse increíble que hasta cautiva el movimiento de sus manos. Conozco perfectamente la melodía, mi hermana me la tocaba cuando era niña, la extraño tanto. Mi hermana, la primogénita, Emily Duarte D' angelo era diez años mayor que yo, murió a los quince años de edad; fue asesinada a sangre fría, de una manera que cuando lo recuerdo me duele. Yo era sólo una niña y me arrebataron a lo que yo más quería en el mundo, si yo tuviera la oportunidad de tener frente de mi al desgraciado que le quitó la vida, él no viviría para contarlo. Esta melodía me recuerda a ella, mientras ella tocaba yo bailaba. Akem termina de tocar y me queda viendo fijamente; aparto la mirada para que no visualice mis ojos cristalizados.
AkemVoy conduciendo a toda mecha, Arabella ha dejado de delirar; le coloco dos dedos en el cuello para tomarle el pulso y no se siente nada.¡No me puede dejar joder!.Hago lo mismo con su muñeca, nada, acelero más; pasandome por los huevos los semáforos. Llegamos al hospital y Boris me está esperando afuera. Salgo del coche, corro hacia el lado del copiloto y cargo a mi diosa. Boris corre hacia mí.— ¿Qué pasó hermano? — dice preocupado.Lo ignoro totalmente, me adentro en emergencia.— Por favor, necesito una camilla — grito desesperado. — Soy el puto dueño asi que muevan
IssabelaEstoy cansada de que esa perra se quede con todo, primero me quita unos de los casos más importantes de este hospital, luego me enteré que va ser la nueva directora y por último anda como una perra faldera detrás de Akem.Me alegro demasiado que haya quedado en coma, todo lo malo le llega su hora. No voy a negar que desde que estuve con Akem no lo he dejado de pensar, esa forma de follar como un animal me vuelve loca. Me estremece.¡Lo quiero solo para mí!.Me dirijo a la habitación de Arabella, quiero ver con mis propios ojos cómo ha quedado; abro la puerta y me adentro en ella. La muy estúpida está conectada a varias máquinas, estuve leyendo su informe médico y tuvieron
Akem Todavía me encuentro en la jodida sala de espera, he pasado aquí toda la noche, obviamente no me arrepiento pero me frustra no poder hacer nada. Me enteré por Iván que sus familiares se encuentran en la cafetería, no sé cómo van a reaccionar ellos; tal vez me culpen, cosa que estaría de acuerdo, si yo no la hubiera llevado al ático, esto no hubiera pasado. Pero el hubiera no existe, solo queda la continuación. Boris se fue a cambiar a su departamento, hubo un problema en la empresa, a mi siempre me gusta resolver mis asuntos pero esta vez hice la excepción; no podía dejar a mi diosa aquí. De repente el parlante empieza anunciar que solicitan al doctor Franco Sánchez. Durante la madrugada le pregunté a una enfermera sobre el nombre del doctor que tiene e
AkemYa han pasado dos días del atentado de Arabella, por los momentos está estable; pero para ser sincero necesito a mi diosa, la mujer arrogante que no se inmuta por cualquier cumplido. No me quería separar de ella pero tengo otras obligaciones que necesitaban mi supervisión.Tocan la puerta y entra mi secretaria Vanesa, ella es una morena muy simpatica, cabello castaño oscuro, ojos negros y un cuerpo voluntoso. He tenido sexo con ella, más que todo cuando estoy estresado.— ¡Buenos días señor! — entra con una camisa blanca escotada en la parte de los senos y una falda de tubo negra— ¿Le traigo el café primero o le digo los asuntos pendientes? — dice con una sonrisa coqueta.— Los asuntos pendientes — le digo, ella cambia su postura a una más formal —. ¡Ahora Vanesa! — le grito — no tengo todo el día.