William atendió mi herida rápidamente. Carolina no se despegó de mí ni por un momento, y Valentino no paraba de preguntarle a William cómo podía él hacer ese tipo de sutura. Me gusta la idea de que le guste este campo; es bastante útil. — ¿Puedo hacerlo yo? — le preguntó Valentino a William. — Cuando tengas seis años, te enseñaré — le aseguré. Los ojos de Valentino brillaron de emoción, y su madre no se veía para nada contenta. — Creo que con esto es más que suficiente. No hagas ningún tipo de esfuerzo, o se reventarán los puntos y dolerá el doble — me advirtió William. Yo asentí y me levanté. Valentino levantó los brazos para que lo cargara, y así lo hice. — ¿Escuchaste lo que dijo William? — me regañó Carolina, quitándome al niño de los brazos. — Lo hice, pero Valentino no pesa mucho, así que no es ningún esfuerzo para mí levantarlo — le respondí. Carolina me miró muy mal. — Eres un imprudente, solo quédate quieto — me dijo. Yo bajé la cabeza y le di un beso. Esta mujer me
UNA SEMANA DESPUÉS. Carolina me tenía como un prisionero en la habitación. Ni siquiera mi padre se había atrevido a tanto, pero ella insistía cada vez que yo quería salir. Me daba un sermón, y no contenta con eso, ponía al pequeño demonio a vigilarme. — Tráeme algo de agua — le pedí a Valentino, que estaba tumbado en el suelo jugando con varios juguetes. Él negó con la cabeza de inmediato. — Entonces iré yo a buscarla — le dije. El pequeño se levantó de mala gana y salió de la habitación. Yo me levanté de la cama y llamé a Jacob. — Ten todo preparado para hoy — le pedí. — Todo está preparado desde hace días — me contestó. Colgué y salí de la habitación. Cuando iba bajando las escaleras, Valentino las subía con un vaso de agua en la mano. — Le diré a mami que te levantaste — me amenazó. Me encogí de hombros y seguí bajando las escaleras. Carolina apareció frente a mí, se veía cabreada. — Ya he descansado suficiente, vámonos — le dije. — ¿Irnos donde? — preguntó. Terminé de
Carolina y yo salimos de la habitación, ella estaba hecha un desastre y yo… bueno, me veía como un auténtico demonio. — Veo que se divirtieron — me dijo padre. Yo le sonreí de lado. — ¿Has hecho lo que te pedí? — le pregunté. Él asintió con la cabeza. Carolina me quedó mirando sin comprender. — ¿Pasa algo? — me preguntó. Yo negué con la cabeza. — Todo está bien. De hecho, todo está perfecto — le contesté. Ella solo asintió. — Ocúpate de Coppola, quiero que esté fresco para ese día — le dije. Mi padre volvió a asentir con la cabeza. Yo agarré de la mano a Carolina y la arrastré conmigo hasta el coche que nos estaba esperando. Cuando entramos, ella volteó a verme y empezó a limpiar mi rostro con un pañuelo. — Si Valentino te ve así, no nos dejará tranquilos hasta que no respondamos cada una de las preguntas — me dijo ella con una sonrisa. Yo tomé sus manos, las llevé a mi boca y las besé. — ¿De verdad me matarías? — le pregunté. Ella me miró a los ojos, y sonrió. — No nec
Mi padre tenía todo listo, y hoy por fin iba a poner todo en su lugar. Silvio iba a pagar muy caro por traicionarme, y todos aprenderían una gran lección. Miré a Carolina, que aún se estaba cambiando, y sonreí.— Cada vez que te veo, te encuentro más y más hermosa — le dije.Ella levantó la vista y me miró. Después de que Carolina me ayudó con Coppola, ella cambió. Su mirada dulce se convirtió en una completamente retorcida, y me encantaba. Ahora ella era perfecta, era como yo.— ¿Qué pasa si Silvio no va? — me preguntó.Yo tenía plena certeza de que él asistiría. Silvio tenía que actuar normal, y no ir a una reunión tan importante como esta sería muy sospechoso.— No te preocupes por eso, Silvio irá — le contesté.Ella sonrió y asintió con la cabeza.— ¿También puedo ir? — Me preguntó Valentino desde la cama.Yo negué con la cabeza. No quería sacar al niño de la casa, sería un problema si sucedía otro percance.— Después, hoy te quedas con Jacob — le contesté.Él puso mala cara y se
Una semana después.El funeral de Silvio fue bastante emotivo, demasiado para un traidor como él, y me molestaba muchísimo, ya que mi familia ni siquiera pudo tener uno.— ¿Estás bien? — me preguntó Fabien, que estaba a mi lado.— Ni siquiera sé dónde están sepultados mi padre y hermanos — le dije con un nudo en la garganta.Fabien me acercó a él, yo oculté mi cara en su pecho y lloré, yo ni siquiera había tenido tiempo de llorar su partida, me habían arrebatado todo eso. Fabien me apartó, me tomó de la mano y me arrastró con él, yo caminé a su lado mientras todos allí nos quedaban viendo, Fabien y yo caminamos por un par de minutos, hasta que nos detuvimos.— Se merecían tener cristiana sepultura — me dijo Fabien.Yo miré las tumbas a mis pies y caí de rodillas en el césped, me abracé con fuerza y seguí llorando.— Si pudiera devolver el tiempo, te juro que cambiaría tantas cosas. Perdón, Carolina, perdón por haberte arrebatado a tu familia — me dijo él.Yo levanté la vista y lo qued
4 AÑOS DESPUÉS Hoy Fabien cumplía años, y yo me había encargado de hacer una pequeña reunión con algunos socios y familiares. Desde hace un par de años, yo empecé a encargarme de algunos negocios, no tan grandes e importantes como los de Fabien. Entre mi florería y la crianza de Valentino, me tenían muy ocupada. — Señora Salvatore, ya le eh traído lo que pidió — me avisó el hombre que ahora se encargaba de mi seguridad. Yo asentí con la cabeza. — Vamos — le dije. El y yo nos dirigimos a una de las habitaciones que se utilizaban para hacer interrogatorios, mi guarda espalda abrió la puerta y yo entre. Sonreí un poco, y me acerque a mi invitado. — Que bueno verte, ¿estas cómodo?— Le pregunté. Mi guarda espaldas me alcanzó una silla y yo me senté, cruce las piernas y sonreí más ampliamente. Berluscone que estaba frente a mi, amarrado de pies y manos me miro con odio. — Cuando salga de aquí voy a matarte, y también mataré a tu hijo, pero primero me lo voy a follar frente a ti — Me g
Tenía que hablar bien con Muriel, ella no podía llevarse una mala impresión mía. Yo era un hombre culto, educado, bueno en la cama, sexy, millonario y un muy buen besador. Yo era casi perfecto. Le iba a demostrar que no iba a encontrar un mejor hombre en esta tierra. La puerta del sauna se abrió y entró Vlad con su típica mala cara. Yo lo miré y respiré profundamente. — Mikha, Salvatore quiere hablar contigo — me dijo. ¿Qué carajo quería Salvatore? ¿Y por qué tenía que venir a molestarme a estas horas? — ¿Pero qué m****a quiere ese hombre? ¿Por qué no envía un mensaje como una persona normal? — me quejé. Salí del sauna junto a Vlad. Salvatore estaba en el recibidor de mi casa. Él me miró y desvió la mirada inmediatamente. — ¿Qué haces aquí? — Yo le pregunté mientras ponía mis manos en la cadera. Odiaba que interrumpieran mi momento de relajación. Él me miró muy mal. — Uno de mis socios te quiere conocer. Sería un buen negocio hacer trato con ese hombre — me comentó. Salvatore p
Hoy la casa estaba completamente llena, la familia de mi padre estaba de visita, tenían algún tipo de reunión, de la cual yo no podía participar, y posiblemente nunca lo pueda hacer, mi padre en realidad no era mi padre, yo solo era un huérfano del cual él tuvo piedad.Mi padre adoptivo es la cabeza de una de las familias más importantes entre la mafia, y yo solo soy la vergüenza de la familia de mi madre; mis abuelos me odiaban, siempre me recuerdan que yo no debería estar vivo. Mi madre se suicidó cuando yo nací, según lo que me han contado y he escuchado. Ella fue raptada meses después de casarse con mi padre. Nadie sabe realmente qué vivió allí, pero está claro que abusaron de ella, y de esos abusos, nací yo. No era de extrañar que nadie me quisiera, ¡yo era el hijo de nadie! Un mal chiste, el hijo bastardo.Mi hermano, el verdadero hijo de mi padre, se acercó a mí, me miro y sonrió de oreja a oreja, el tan solo era un año menor que yo, pero siempre vivía atormentándome.— ¿Qué ha