Iván se quedó helado al escuchar el nombre, la presencia de la mujer le dio una mala sensación, se sintió inquieto, se arrepentía de haber abierto la puerta. Su postura, la expresión de sus ojos le hizo saber que su presencia allí no era nada positiva, todo lo contrario.—Marcelina Montiel… ¿La madre de Sara? —preguntó Iván con seriedad, mientras la mujer veía a un punto tras de la puerta sin fijar su mirada en él, eso lo molestó un poco y llamó su atención un poco brusca—, le agradecería que mientras hablamos fije su vista en mí, es una mínima norma de educación.No era un hombre que se comportara de esa manera, pero nadie podía sacarle la cabeza de que esa mujer venía a lastimar a Sara y eso lo ponía a la defensiva, porque no quería que nadie le causara daño a su esposa, con cada segundo que pasaba esa mujer le desagradaba cada vez más.—Si soy su madre y necesito hablar con ella —insistió.—¿Cómo llegó aquí? ¿Cómo sabe que Sara vive aquí?—Eso no tiene importancia, necesito hablar
Cuando Valentina vio a la recepcionista y sobre todo al gerente, no pudo evitar sentir una creciente rabia interior al recordar las humillaciones a las cuales la sometió el hombre, cuando la echó del trabajo delante de los huéspedes y sus mismos compañeros, ridiculizándola y no teniendo la mínima compasión por ella.No pudo evitar apretar sus puños a un lado de su cuerpo en un gesto de rabia, porque ellos fueron los responsables directos de sus desgracias, si no le hubieran ocultado la carta a Luke no habría vivido los momentos tan duros que le tocó vivir.Ella no era una mujer rencorosa, siempre procuraba olvidar lo malo que le hacían, sin embargo, en este caso esa herida estaba allí, nunca había cerrado y la rabia tampoco, se acercó lentamente al gerente con unas ganas inmensas de vengarse, pero a la vez tenía una profunda tristeza, porque por su causa nunca vería el rostro de su pequeño Ryan. Aunque ella había intentado por todos los medios poder superar ese momento, lamentablement
Sara se quedó paralizada, no podía creer que su madre estuviera allí frente a ella. No tenía idea de cómo reaccionar, estaba tan atónita que sus sentimientos habían quedado congelados, Habían pasado años, demasiados, diría ella desde la última vez que la vio y ahora estaba ahí, rogando por perdón. La mujer parecía visiblemente cansada, como si toda la ansiedad de los años de separación se hubiera apoderado de ella hasta aquel momento.Marcelina, al ver el rostro de su hija, se acercó tratando de decir algo y explicar todo lo que había pasado desde el día en que salió de casa, intentó acercársele, pero Sara retrocedió.—¿Mamá? No conozco esa palabra, no sé qué significa porque nunca tuve una madre ¿Qué haces aquí? ¿Por qué me buscas? —interrogó la más joven, tratando de controlar esos sentimientos encontrados.Tenía un nudo en la garganta, porque a pesar de todo mientras vivió en las calles, muchas veces se imaginó que sus padres recapacitaban y la iban a buscar, le pedían perdón, sin
Iván aceptó sin pensarlo dos veces, se sentía ansioso y nervioso con la mujer, quería que desapareciera de sus vidas, quería que no molestara a Sara, no deseaba en su vida nada que la perturbara y era evidente que su madre, era definitivamente un inconveniente para su felicidad, esa mujer se podía convertir en una desgracia en sus vidas, no le daba buen aspecto.—Voy a darle el doble, a cambio de que no aparezca más en nuestras vidas —propuso Iván, no tenía idea de que se estaba equivocando, porque esa mujer no se quedaría tranquila tan fácilmente y lo que estaba haciendo traería graves consecuencias.La mujer sonrió ante su propuesta.—Me encantan las propuestas que hace, con razón es un hombre de negocios —dijo la madre de Sara con una sonrisa.Iván le hizo dos cheques, y se los entregó. Marcelina sonrió feliz, luego recordó su papel y simuló una expresión de tristeza.—Esto servirá para ayudar con el tratamiento de mi esposo, definitivamente usted es un ángel.Iván le causó repulsi
Valentina no podía creer las palabras de su amiga, ella siempre había confiado en Iván, pues desde el principio Luke le habían dicho que era un buen hombre y ella misma lo había notado. Pero ahora no sabía qué pensar, ni cómo reaccionar. Enjuagó las lágrimas de Sara, mientras la consolaba porque no dejaba de llorar con un sentimiento tan profundo que le arrugaba su corazón.—No te preocupes, Sara —le dijo Valentina con cariño— vamos a encontrar la verdad. Hablaré con Luke y él me ayudará a investigar lo que sucedió. Debes tratar de tranquilizarte, no puedes acusarlos antes de estar segura —pronunció mientras la sentaba en el sofá e intentaba convencerla de que debían ser cautelosos.—Si no es lo que pienso, ¿Qué otra cosa puede ser? —preguntó un poco más calmada—, ¿Por qué se está escondiendo?—Debe haber una razón, yo no veo a Iván capaz de hacer cosas que te causen daño, ese hombre te ama —expresó Valentina—, si a la bruja de Fernanda nunca la engañó menos lo hará contigo que ve a t
Iván se tardó más de lo que imaginaba, estaba distraído, pensando de manera reiterada en su situación, no podía soportar esa profunda tristeza que tenía entre pecho y espalda, sentía que se ahogaba.Al llegar a casa de Luke, después de pasar la garita de seguridad, se dio cuenta de que solo había dos grandes focos iluminando el inmenso jardín, estacionó el automóvil en frente de la entrada, caminó hacia la puerta, apenas llego le abrió el propio Luke.—Amigo ¿Qué pasa? Pareces un fantasma de lo pálido que éstas ¿Te sientes bien? ¿Cómo está todo? —lo saludó como siempre de manera afectuosa.—Hola, aquí tratando de entender a Sara, necesito desahogarme contigo ¿Dónde están Iker y Paolo? —interrogó mientras caminaban a la sala de estar y ojeaba el lugar.—Los envié a acostar, una porque si llega Valentina y ve que están despiertos a esta hora me va a formar un lío, dicen que los niños deben acostarse más tardar a las diez de la noche y hoy se acostaron a la media noche y dos, porque te s
Valentina había ido con sus amigas a una tasca restaurante, aunque ellas estaban brindando con jugos de fresas, porque por razones obvias no podían consumir bebidas alcohólicas. Sara le contaba a Nidia sus sospechas, mientras esta se negaba a creerle.—No Sara, me vas a perdonar, pero Iván se nota que no es así, ese muchacho es un hombre bueno, centrado, no es capaz de montarte los cuernos —refutó Nidia.—Yo opino lo mismo, si no quiso tener intimidad contigo hasta no divorciarse de la bruja, porque no deseaba que nadie te señalara ¿Crees que se va a atrever a andar con otra por allí? No, ese no es Iván —lo defendió Valentina una vez más.—Definitivamente, ustedes son fans de Iván —dijo Sara con resentimiento, pero eso no limitó al par de mujeres quienes respondieron al unísono.—¡Siii! —luego soltaron las carcajadas.—¿Y cómo explican ustedes que le esté dando veinte mil euros a alguien que ni siquiera registró en el talonario de la chequera? ¿Por qué no los colocó? ¿En qué lo afect
Sara miró a Valentina con expresión preocupada. Sabía que tenía razón, independientemente que haya sido sin intención, la verdad es que allí estaba él totalmente ebrio producto seguro del despecho de no saber nada de ella. La mujer suspiró profundo, se acercó a Iván y besó con suavidad sus labios. Seguía durmiendo profundamente. Le tocó la frente, lo miró a los ojos y le habló en voz baja. —Iván amor, ya llegué, despiértate para que te pases a la habitación, así estarás más cómodo —pidió la chica. Valentina vio cómo Sara acariciaba tiernamente la frente de Iván, con su voz llena de amor y compasión y sonrió, sin embargo, él solo se giró y siguió durmiendo. —Creo que lo dejaré aquí, está demasiado borracho y no creo que yo pueda llevarlo hasta la habitación. Ella se levantó y caminó a la habitación, sin embargo, no pudo conciliar el sueño pensando en lo que había ocurrido. —¿Por qué no me dijo? Debió decirme la verdad —se dijo, y ahora se sentía culpable, porque había sido injust