—Mamá ¿Podemos parecernos a una persona si no somos familia? —preguntó la niña a su madre mientras desayunaban.—¿Por qué preguntas eso Roxy? —preguntó la mujer.—Es que vi en el parque a… —hizo una pausa como si tuviera sopesando la conveniencia o no de hablar y prefirió decir la verdad a medias— una niña que parecía una copia exacta de mi amiga, me asombré tanto que salí corriendo asustada.—¿Cómo sabes que no era tu amiga? —interrogó su madre.—Porque le dije el nombre y dijo que no se llamaba así —pero sentí un susto al verla.—Roxy, todos tenemos un doble en el mundo, de hecho hay páginas donde puedes agregar tu fotografía y te puede decir si hay otra persona parecida a ti —le dijo Iker con seriedad.—Entonces yo quiero que me enseñes cómo hacer para buscar un doble mío y también podemos buscar un doble tuyo.—Roxy, puedes dejar de hablar y terminar de comer —le dijo su padre.—No quiero comer mucho, deseo que el traje de la fiesta de esta noche me quede bien —dijo la jovencita d
Sara hizo amago de ir al baño, miró hacia los lados y corrió para subir las escaleras, sentía como si el corazón se le fuese a salir del pecho, las piernas le temblaban, parecían un flan.—Vamos Sara, no tengas miedo, debes llegar al fondo de la verdad, por Valentina y tu sobrino —se dijo animándose a sí misma.Mientras subía las escaleras no dejaba de mirar hacia atrás, temiendo que alguien la encontrara, porque si eso pasaba seguro terminarían echándola de allí y no es que eso le importara, sino que perdería la oportunidad de investigar.Dio una plegaria al cielo pidiendo que no la descubrieran, cuando estaba llegando al último escalón de la parte superior de la escalera, vio los cabellos de un hombre que venía corriendo por el pasillo del piso inferior, ella terminó de subir y comenzó a abrir las puertas una por una, esperando encontrar una abierta para poder entrar.Detrás escuchaba los pasos corriendo, abrió una puerta y entró, cuando se dio cuenta, vio a la niña que había visto
Sara no sabía qué hacer, cualquier decisión que tomará, le parecía contraproducente para ellos, si continuaba escondida podían encontrarla en cualquier momento y si salía también lo harían, la única solución viable era llamar a Iván y pedirle que fuera allí a buscarla, sin embargo, le parecía que eso podía ponerlo también en riesgo a él y no quería eso. Justo cuando se estaba armando de valor para salir, escuchó unos pasos en la puerta de la habitación donde estaba escondida y por eso decidió mantenerse donde estaba. Unos segundos después, los sintió entrar y escuchó sus voces. —¿Debe haberse escondido en algún lugar? —dijo una voz con impaciencia, la cual reconoció como la del señor Herrero. —Sí, pero no sabemos dónde —respondió el hombre que andaba con él. —Debemos volver al salón, quizás haya regresado a la fiesta. Hay que estar pendiente de cada uno de los movimientos tanto de Amorín, como de ella, no sabemos lo que puedan hacer —dijo Amancio. —Disculpe la indiscreción jefe,
Luke y Valentina salieron a entrevistarse con el investigador que llevaba el caso del doctor Castro. —Buen día, mi nombre es Luke Ferrari y ella es mi esposa Valentina Almeida —luego de saludarlo le planteó el motivo de su visita—, fuimos a conversar con el doctor Zabala y él nos dio sus datos, vinimos a denunciar que mi esposa también fue víctima del doctor Ernesto Castro, lo supimos gracias a la información suministrada por una enfermera que fue testigo de cuando ella dio a luz y nos dijo que había tenido trillizos. Enseguida le contó todo lo ocurrido, lo que habían investigado y la declaración de la enfermera, el hombre tomó nota para entrevistarla. —También giré instrucciones a mi abogado, para que solicitara la exhumación del cuerpo presuntamente de nuestro hijo y pedimos que le fuera practicada una prueba de ADN. —Me parece bien, hay algo más… en los documentos que fueron encontrados en posesión del doctor en su apartamento, están unos informes con su nombre. Se levantó y c
Los niños se quedaron viendo sorprendidos, ni siquiera pudieron pronunciar palabras durante unos segundos, estaban impresionados de su parecido, tenían la sensación de estar viéndose a sí mismos, no les quedó duda de quien se trataba el otro. Se miraron fijamente hasta que finalmente uno de ellos habló: —Eres Paolo —dijo Iker con una voz suave. —Tú eres Iker —replicó Paolo con un tono igual de suave. Ambos niños se vieron sus caras, por un momento en completo silencio, intentando asimilar lo que estaba sucediendo. Estaban tan asombrados por su encuentro, por su exactitud que era difícil asimilar que eran dos personas diferentes. No pudieron evitar preguntarse cómo podían ser tan exacto, no salían de su sorpresa. Pasó algún tiempo antes de que pudieran salir de su estado de shock. Iker fue el primero en moverse, la suave brisa acarició sus mejillas y no pudo evitar emocionarse. A cortó la distancia y enseguida los dos se abrazaron fuertemente, nunca se habían visto en su vida, p
Paolo asintió con la cabeza y comenzó a narrar por segunda vez, pero esta vez explicando todo con detalle. Inició contando cuando vio a la niña, la llamada de su tío a un conocido para identificar el propietario del auto cuyas placas había memorizado su tía Sara. Agregó que sus tíos fueron a una fiesta en casa de Amancio Herrero, el hombre que había criado a sus hermanos, y por último les indicó que el mensaje de su tía era una clave. —La cerda es mamá, dos cerditos le fueron robados, o sea mis hermanos y yo me quedé con ella, el lobo Herrero que hace espadas que se los llevó y que ahora quiere hacerles daño a los amigos de su padre, es el tal Amancio que tiene a mis hermanos y al parecer tiene retenido a mis tíos. —Necesitamos regresar a Valencia de manera urgente —declaró Luke. —Yo te acompaño —dijeron a unísono Renaldo y Alessandro. —Creo que no deberían enfrentarlo de una vez, debemos averiguar que sea cierta la información sobre su paradero, en qué lugar encontrarlos, es mej
Nidia no podía creer lo que Iker le decía, sacudió la cabeza incrédula, eso era una locura, eso no podía ser verdad, se repetía una y otra vez en su mente. —¿Cómo es posible? —preguntó mientras su mente intentaba comprender aquel descubrimiento —¿Qué me estás diciendo? ¿Estás seguro de que este niño es tu hermano gemelo? ¿De dónde sacaste eso que me dices? —preguntó con voz temblorosa—, eso es mentira, debe ser un error, no hay ninguna explicación lógica Iker para eso que dices ¿Quién te dijo? A pesar de hacer decenas de preguntas, no esperaba la respuesta del chico, si no que negaba una y otra vez, al mismo tiempo que las lágrimas le caían en cascada por su rostro. Él se acercó y empezó a contarle toda la historia, lo que supo por su hermana y lo que él pudo averiguar por las noticias en la red sobre robo de niños a mujeres de escasos recursos, mientras le decían que sus hijos habían muerto, eso lo hizo ante de que su padre le quitara las redes. El cuerpo de Nidia comenzó a tembla
Nidia lo miró con tristeza, por más que intentaba comprender su forma de actuar, no lo podía hacer, era demasiado turbio lo que estaba ocurriendo, no podía evitar preguntarse ¿Si la hubiese seguido engañando durante el resto de su vida si esa gente no hubiera aparecido?, se pasó la mano por la cabeza en un gesto mezcla de desespero e impotencia, en su interior rogaba al cielo que eso fuera una pesadilla de la que pronto despertaría. —Te juro que trato de ponerme en tu lugar y no veo una razón lógica que me permita justificarte frente a lo que hiciste, jamás pensé que fueras capaz de hacer algo así, siempre creí y confié en ti… no tienes idea de cuánto dolor me ha causado descubrir esta verdad, saber que he vivido en una mentira, todo lo que construí me cayó encima ¿Y qué tengo? ¡No tengo nada! Porque perdí mi vida… esto es demasiado fuerte, me siento herida de muerte y si no es porque aun esos niños están aquí, te juro que me habría volado los sesos —terminó llorando desconsolada, cu