Alexa —Le dije que no podía entrar. — Chilla la secretaria, respirando agitada, obviamente preocupada por su nuevo empleo. —Tienes que ayudarla, se va a morir si no lo hace. — Lloriquea impotente la mujer mientras es sacada cargada por los dos gorilas que cuidan las instalaciones del edificio, no hago nada por ella en ese momento, ¡me quede paralizada!. —Armando no reacciona, no hace nada por ayudarla. —Ayúdela si pudiera, daría mi vida por ella. — Solloza la mujer desde lejos,m esta desesperada, estoy segura que si la niña no estuviese en una situación de vida o muerte ella no hubiese venido a suiplicar nada. Después que la sacan pienso, tengo el poder de manipular, hasta el mismísimo diablo, la loba disfrazada de oveja soy yo, no voy a permitir que por falta de sensibilidad deje morir a su hija, ¡porque esa pequeña quiéralo o no él es su hija! Se perfectamente cómo lograr que haga lo que quiero, para él no hay nada más importante que el dinero, y luego estoy yo, eso creo, por
Armando Fernández — ¿Tu eres mi otlo papá?— Susurra, apenas pestañeando —Si cariño, vengo a salvarte. — Respondo, con voz cortada, apenas habla sé que estoy perdido, ella hará lo que quiera conmigo a partir de ahora —Y yo te salvale a ti. — Promete cerrando sus ojitos, se ve muy débil, unas lágrimas se me escapan de los ojos al verla en ese estado lamentable. —Debemos apresurarnos, que el señor tome control de todo lo que pase acá y los traiga de vuelta. — Ora el doctor quisiera burlarme Pero en este momento me aferro a toda fe perdida, a todo en lo que no creo… También le pido a ese Dios que nunca me escucho, que la traiga de vuelta a ella, es tan pequeña, tiene toda una vida por delante. Lloro en silencio pensando que no estaría aquí si no fuese porque Alexa me obligo. Señor, siempre me has dado más de lo que merezco, te pido por ella que es inocente de todo lo que su madre y yo hicimos. — suplico dentro de mí. Siempre pensé que no era mi hija, y es que Alejandra nunca insist
Armando Fernández. Alexa está a mi lado se que, no lo merezco… Siempre meto la pata con ella Los problemas en nuestro matrimonio son mi culpa, el hombre frente a mi tiene los ojos más extraños que he visto en mi vida, pero no son horribles como decía Alejandra, son de dos colores. Alexa me observa en silencio, como tratando de descifrarme, cuando discuto con el hombre frente a mí. —¿Y bien, que burrada piensas hacer ahora?— Cuestiona Alexa mirándome a la cara, pensando que tome una decisión a la ligera. —En los asuntos de mi hija no tienes permitido inmiscuirte.— Le respondo molesto me sale naturalmente, ella rueda los ojos por mi respuesta, estoy amargado y adolorido por el trasplante —No voy a permitir, que me separes de mi hija.—Continua parloteando el hombre, ami ni nadie me quita a mi mocosa de nuevo. —Es mi hija, y además le salve la vida.— Respondo viéndolo desafiante, no podrá conmigo. —Sí y no te la mereces.— Suelta Alexa, tomando partido por el enemigo, me siento i
Armando Fernández Desde la aparición de la mocosa en mi vida, todo mi mundo se desordeno, y se volvió un caos, pero no lo cambiaría por nada del mundo —Eres un idiota, no entiendo como continuas con tu empeño de quitarle la niña a su papá.— Espresa Alexa, peleando conmigo una vez más, esta mas que histérica, ¡esta histórica! Recordándome todos los errores de mi pasado. Chasqueo la lengua, comiendo sin muchas ganas lo que me preparo Kati, para mi recuperación, no puedo comer muchas cosas ahora que me encantaban como la pizza por la falta del riñón, e imagino como se la estará pasando mi pequeña, con los dolores en la cicatriz. — ¿Acaso me estas escuchando?, parece que en lugar de operarte el riñón, te sacaron parte del cerebro. — Pregunta Alexa, molesta, lo que me parece gracioso y solo sonrió. —Eres insoportable. — Me dice frustrada tapándose la cara con obtinación. —Eso no me lo decías anoche. — Le recuerdo, sé que me prohibieron muchas cosas, pero con eso no me pude aguantar, e
Armando Fernández—Llamo a Alexa por telefono para arreglar las cosas y no contesta, la muy necia lleva dos días fuera de la casa, eso me rompe el corazón, pero con respecto a mi hija no pienso ceder. Mi abuelo, está ansioso por conocer a Alejandra, hemos llenado la casa con muchos juguetes y peluches, también le arregle, mi antigua habitación, toda en blanco con rosa, como para una princesa.Le compre ropa, ¡de todos los colores!, zapatos, accesorios, cremas perfumes y todas esa tonterías que usan las niñas, me ayude con internet porque en realidad no se mucho de ellasAlexa no está, estoy seguro que me ama, como yo la amo y basados en la necesidad que tengo de ella de un momento a otro regresara, eso espero.—Cuando voy por mi hija, sale contenta a recibirme con besos y abrazos, mientras sus otros padres me ven con la cara larga,Me voy con ellos directo del tribunal a la casa donde viven con mi hija, los sigo en mi auto. –Querida, tienes que ir con Armando, a su casa unos días.
Alexa Fernandez Conocer a Alejandra fue algo impactante para mi, ver a Armando en el papel de padre es algo que nunca saldrá de mi cabeza Reconsidero todo lo que él hizo, si fuese querido les quita a la niña sin importarle nada. Por otra parte, la mocosa como le llama él estaba feliz de estar a su lado, no tiene nada de su madre, es como ver a Armando renacido, es perfecta. La llevamos juntos a casa de sus otros padres, ella es toda parlanchina durante todo el camino, no deja de hablar con su papá y yo de observo atenta la interacción entre ellos. La entregamos juntos a sus padres que salen emocionados a recibirla, ella se despide de nosotros con besos y abrazos. Nos despedimos con apretones de mano, aunque su otro padre nos veía con mala cara. Cuando subimos al auto, sin su hija de por medio comienzo a hablar — Me sentí mal ayer, por lo que fui al médico.— —¿Estás bien?.— Pregunta preocupado. —No mucho, me está subiendo la tensión y debo estar tranquila para evitar que el
Alexa Castro Estamos almorzando juntos mi abuelo, Armando y yo cuando suena el teléfono de él en un tono infantil que me llama la atención —La vaca loca, la vaca lola tiene cabeza y tiene cola.— El responde sin importar que siempre hemos respetado la mesa, pero sé que es su hija. —Hola papi.— Saluda ella —Hola mocosa ¿Cómo estás?.— Responde el —Bien, te llamo pala invitalte, mañana cumpleaños mi helmanita y le van a hacel una fiesta.— —¿Tus papas no se molestaran porque yo vaya?.— Le pregunta él —No ya les dije que vendrías ¿vendrás verdad?.— —¿Tú quieres que valla?.— Pregunta. —Por eso te llamo, porque quielo velte, te amo.— Le dice la niña, hasta a mi me derrite, pero como soy necia no voy a ceder tan fácil —Dile que yo también la amo.— Dice el abuelo dejando de comer, es increíble como estos dos besan el suelo que pisa la niña, Una risita inunda el comedor con el altavoz, me imagino cómo será esta casa llena de niños riendo y llorando, un cielo y una pesadilla a la vez.
Alexa Castro Después de hacer el amor con mi esposo me siento muy bien, tal vez solo tengo que dejar que las cosas fluyan, pienso que fue un error ponerme del lado contrario a él con respecto al tema de su hija Es una situación muy delicada, pienso estirándome en la cama y escuchando la regadera en el baño…Creo que es buena idea acompañarlo. Me levanto decidida, pero mi reflejo en el espejo me detiene, jadeo frustrada, ¡parezco una vaca!, por lo que espero vestida con mi pijama hasta que el salga, secando con una toalla su trabajado cuerpo sin percatarse que lo observo. Trago grueso antes que fije su mirada verde en mi —Te extrañaba. — Me dice viéndome con deseo ¿Cómo le puede gustas una bola con patas?, el es muy buen actor ja, pero cuando él va yo vengo. — ¿No vas a la oficina?— Cuestiono, evadiendo un pico que intentaba darme, me avergüenza mi aliento mañanero, no me veo nada bien en la mañana. —No me quedo contigo disfrutando de nuestra reconciliación. — Susurra él —Ok. —Re