Y ahora a pelear por la custodia¿ Creen que Alexa apoyara a Armando para quedare con la niña? ¿y Carlos ese padre genial se quedara con los brazos cruzados?, Gracias a todos por su apoyo, los amo
Armando Fernández. Alexa está a mi lado se que, no lo merezco… Siempre meto la pata con ella Los problemas en nuestro matrimonio son mi culpa, el hombre frente a mi tiene los ojos más extraños que he visto en mi vida, pero no son horribles como decía Alejandra, son de dos colores. Alexa me observa en silencio, como tratando de descifrarme, cuando discuto con el hombre frente a mí. —¿Y bien, que burrada piensas hacer ahora?— Cuestiona Alexa mirándome a la cara, pensando que tome una decisión a la ligera. —En los asuntos de mi hija no tienes permitido inmiscuirte.— Le respondo molesto me sale naturalmente, ella rueda los ojos por mi respuesta, estoy amargado y adolorido por el trasplante —No voy a permitir, que me separes de mi hija.—Continua parloteando el hombre, ami ni nadie me quita a mi mocosa de nuevo. —Es mi hija, y además le salve la vida.— Respondo viéndolo desafiante, no podrá conmigo. —Sí y no te la mereces.— Suelta Alexa, tomando partido por el enemigo, me siento i
Armando Fernández Desde la aparición de la mocosa en mi vida, todo mi mundo se desordeno, y se volvió un caos, pero no lo cambiaría por nada del mundo —Eres un idiota, no entiendo como continuas con tu empeño de quitarle la niña a su papá.— Espresa Alexa, peleando conmigo una vez más, esta mas que histérica, ¡esta histórica! Recordándome todos los errores de mi pasado. Chasqueo la lengua, comiendo sin muchas ganas lo que me preparo Kati, para mi recuperación, no puedo comer muchas cosas ahora que me encantaban como la pizza por la falta del riñón, e imagino como se la estará pasando mi pequeña, con los dolores en la cicatriz. — ¿Acaso me estas escuchando?, parece que en lugar de operarte el riñón, te sacaron parte del cerebro. — Pregunta Alexa, molesta, lo que me parece gracioso y solo sonrió. —Eres insoportable. — Me dice frustrada tapándose la cara con obtinación. —Eso no me lo decías anoche. — Le recuerdo, sé que me prohibieron muchas cosas, pero con eso no me pude aguantar, e
Armando Fernández—Llamo a Alexa por telefono para arreglar las cosas y no contesta, la muy necia lleva dos días fuera de la casa, eso me rompe el corazón, pero con respecto a mi hija no pienso ceder. Mi abuelo, está ansioso por conocer a Alejandra, hemos llenado la casa con muchos juguetes y peluches, también le arregle, mi antigua habitación, toda en blanco con rosa, como para una princesa.Le compre ropa, ¡de todos los colores!, zapatos, accesorios, cremas perfumes y todas esa tonterías que usan las niñas, me ayude con internet porque en realidad no se mucho de ellasAlexa no está, estoy seguro que me ama, como yo la amo y basados en la necesidad que tengo de ella de un momento a otro regresara, eso espero.—Cuando voy por mi hija, sale contenta a recibirme con besos y abrazos, mientras sus otros padres me ven con la cara larga,Me voy con ellos directo del tribunal a la casa donde viven con mi hija, los sigo en mi auto. –Querida, tienes que ir con Armando, a su casa unos días.
Alexa Fernandez Conocer a Alejandra fue algo impactante para mi, ver a Armando en el papel de padre es algo que nunca saldrá de mi cabeza Reconsidero todo lo que él hizo, si fuese querido les quita a la niña sin importarle nada. Por otra parte, la mocosa como le llama él estaba feliz de estar a su lado, no tiene nada de su madre, es como ver a Armando renacido, es perfecta. La llevamos juntos a casa de sus otros padres, ella es toda parlanchina durante todo el camino, no deja de hablar con su papá y yo de observo atenta la interacción entre ellos. La entregamos juntos a sus padres que salen emocionados a recibirla, ella se despide de nosotros con besos y abrazos. Nos despedimos con apretones de mano, aunque su otro padre nos veía con mala cara. Cuando subimos al auto, sin su hija de por medio comienzo a hablar — Me sentí mal ayer, por lo que fui al médico.— —¿Estás bien?.— Pregunta preocupado. —No mucho, me está subiendo la tensión y debo estar tranquila para evitar que el
Alexa Castro Estamos almorzando juntos mi abuelo, Armando y yo cuando suena el teléfono de él en un tono infantil que me llama la atención —La vaca loca, la vaca lola tiene cabeza y tiene cola.— El responde sin importar que siempre hemos respetado la mesa, pero sé que es su hija. —Hola papi.— Saluda ella —Hola mocosa ¿Cómo estás?.— Responde el —Bien, te llamo pala invitalte, mañana cumpleaños mi helmanita y le van a hacel una fiesta.— —¿Tus papas no se molestaran porque yo vaya?.— Le pregunta él —No ya les dije que vendrías ¿vendrás verdad?.— —¿Tú quieres que valla?.— Pregunta. —Por eso te llamo, porque quielo velte, te amo.— Le dice la niña, hasta a mi me derrite, pero como soy necia no voy a ceder tan fácil —Dile que yo también la amo.— Dice el abuelo dejando de comer, es increíble como estos dos besan el suelo que pisa la niña, Una risita inunda el comedor con el altavoz, me imagino cómo será esta casa llena de niños riendo y llorando, un cielo y una pesadilla a la vez.
Alexa Castro Después de hacer el amor con mi esposo me siento muy bien, tal vez solo tengo que dejar que las cosas fluyan, pienso que fue un error ponerme del lado contrario a él con respecto al tema de su hija Es una situación muy delicada, pienso estirándome en la cama y escuchando la regadera en el baño…Creo que es buena idea acompañarlo. Me levanto decidida, pero mi reflejo en el espejo me detiene, jadeo frustrada, ¡parezco una vaca!, por lo que espero vestida con mi pijama hasta que el salga, secando con una toalla su trabajado cuerpo sin percatarse que lo observo. Trago grueso antes que fije su mirada verde en mi —Te extrañaba. — Me dice viéndome con deseo ¿Cómo le puede gustas una bola con patas?, el es muy buen actor ja, pero cuando él va yo vengo. — ¿No vas a la oficina?— Cuestiono, evadiendo un pico que intentaba darme, me avergüenza mi aliento mañanero, no me veo nada bien en la mañana. —No me quedo contigo disfrutando de nuestra reconciliación. — Susurra él —Ok. —Re
Alexa FernándezMe siento un poco incomoda en la fiesta de cumpleaños de la hermanita de la hija de Armando.Los adultos, nos tratan con distancia, Armando finge que no le importa, busca llevar una buena relación con la pareja, yo entiendo que no nos pasen, nos invitan por madurez y por el bienestar de Alejandra.Si estuviera en su lugar yo no los dejaría acercarse a mi familia, eso dice mucho de ellos son muy buenas personasComienzo a contar los niños en la sala, todos se mueven haciendo que sea imposible, lloran, saltan y me siento mareada, creí que quería muchos hijos, pero al ver este caos me retracto.Solo comenzare a cuidarme, nada pasara no le contare a Armando que no se hizo ninguna vasectomía y todos en paz.El abuelo Alexander, juega con los pequeños, mientras Alejandra no quiere despegarse de Armando, esto hace que García lo mire mal, ¡esta celoso!, es normal Armando es un imán para las mujeres sin importar la edad el tiene ese no se qué…— ¿Quieres pastel?.— Me pregunta
Alexa Fernández. Nunca pensé en lo difícil que sería el proceso de la maternidad, no duermo desde hace tres meses, estoy por volverme loca, cuando no llora Ámbar, lo hace Armando y el abuelo tratan de ayudarme pero no son de mucha ayuda. Algunas mujeres se quejan del sobrepeso, en cambio en mi caso las niñas y parecen estar consumiéndome viva, estoy muy delgada, me da pena que Armando me vea desnuda, el está muy frustrado por eso. Estoy agotada y dándole pecho a Ángel, mientras Ámbar duerme, el me mira con sus preciosos ojos verdes mientras le doy mi pecho, en ese momento entra Armando se ve cansado pero sonríe Se acerca a nosotros, siento esa mirada sobre mí, como si quisiera comerme, lo he rechazado muchas veces, no quiero que me vea de esta forma, no quiero que me mire con asco. —Mi niño hermoso. — Susurra dándole un beso a Ángel pero rozando mi pecho, ¡me hace estremecer de pies a cabeza!, sus ojos brillan de esa forma, no entiendo cómo puedo llamar su atención en el estado e