¡Es lo menos que Armando se merecía!, le acaba de salir el tiro por la culata
Alexa Castro —Si sigues aquí, en los próximos cinco minutos, te saco con los de seguridad. — Le ordeno a Amanda —¡Eres una m*****a!. — Chilla ella con ganas de pegarme, pero Alejandra la sujeta. —Tal vez, pero esta empresa es mía y aquí no te quiero. — Respondo con tranquilidad fingida, saliendo seguida de un muy contento José Luis Él no disimula que le gusto, ya sacrifico su amistad de años con Armando por mí, él me puso como su prioridad. Aunque hay una cosa que no puedo negar, este hombre a pesar de lo guapo, no causa en mi ningún mal pensamiento. Después de encontrar a Amanda en la oficina de Armando, me voy a trabajar a la oficina, y es increíble como el estado de ánimo de una persona puede afectar en su desempeño por más que lo intente no logro concentrarme, en nada. Ya no debería sorprenderme nada que venga de Armando, es la persona más falsa que he encontrado en mi vida, tener a esa mujer acá, sabiendo como la detesto, y todo lo que me hizo pasar. Mis ideas, no
Alexa Castro Yo soy una buena alumna, y el destino del alumno es superar al maestro…No me agradan las mentiras, y Armando es un mentiroso, el problema no es él, ni sus planes. El problema soy yo, mi cabeza y cuerpo, que aun sabiendo de todas las cosas que es capaz no deja de temblar con un simple beso. Hoy me hice la borracha, no soy ninguna tonta para emborracharme por un hombre, aunque él lo crea, me encanto ver como se ponía celoso al ver a José Luis aquí. José Luis es un hombre con talento increíble igual que Armando, solo que él no provoca en mí, ni un mal pensamiento. Me doy un baño de agua fría después de ese beso, nadie me saca de mi eje como él, si él quiere usarme, yo no me quedo atrás, Me siento caliente y vibrante, si él piensa por un momento que se va a aprovechar de mí, no tiene idea de lo que pienso disfrutar experimentando con él Sé que él no vale la pena, sé que es un hombre que no sabe querer, he imaginado muchas veces sentir lo que me contaban mis amigas que e
Alexa Castro Camino junto a mi esposo a nuestras oficinas, y se me cae “accidentalmente” la cartera dentro del ascensor, el contenido queda regado por todos lados Inmediatamente, mi esposo comienza a recoger todo… Mientras lo observo en silencio, como ve que no estoy recogiendo nada levanta la mirada detallando mis piernas — ¿Te gusta la vista?— Cuestiono, mordiendo mi labio inferior con coquetería —Me encanta y tú ¿Me estabas viendo el trasero?— Pregunta, con los ojos entrecerrados entregándome la cartera con el contenido adentro. — ¿Tienes alguna objeción?— Pregunto descarada. —Para nada, señora Fernández ese trasero es suyo. — Asegura sin quitarme la vista de encima. Yo sonrió lamiendo mi labio inferior, el no pierde detalle del movimiento de mi lengua—¿Merezco un beso de recompensa no?— Pregunta Le doy un pequeño beso que como siempre que estamos juntos, ¡me mueve todo!, mi mano descarada aprieta su nalga cuando el ascensor se abre dejándonos a la vista de todos, besándon
Alexa Castro Disfruto las atenciones de Armando, es el mejor novio o marido que uno pueda tener, se desvive en atenciones que me resultan tiernas y divertidas… —Me encanto esa película.— Dice él, muy animado...¡Miente! se quedo dormido a la mitad, pero como quiere ganar puntos hace todo para complacerme Sobre todo, la parte donde bajan los extraterrestres en el ovni.— Bromeo —Fue divertido. — Dice él forzando una sonrisa, me encanta que lo intente, pero también conozco al verdadero Armando y esto me sigue oliendo a trampa… —Tonto. — Me río, lanzándole un puño de palomitas que no llegue a comer. —Fui un tonto al no darme nunca una oportunidad para conocerte antes. — Me dice viéndome a los ojos —Pero nunca es tarde. — Respondo sincera, me gusta mucho. —No me gustan las novelas, pero si se escribiera nuestra historia, tal vez se llamaría, destinado a ti o alguna cursilería por el estilo. — Asegura con las mejillas rojas —Eso es mucho chiche, yo preferiría inocente seducción, o ca
Armando Fernández He pasado tres semanas increíbles con Alexa, nunca la pase tan bien con una mujer y sin sexo de por medio. Tengo los pensamientos nublados, por mi esposa, a pesar de eso, no creo que llegue a ser el hombre que ella se merece. Demás está decir que mis planes han cambiado…Ahora mi objetivo es hacer que mi mujer quiera quedarse conmigo después que termine el año, por lo que aunque me cueste cambiar, tengo que hacerlo, me siento bien, completo nunca antes me sentí así. Me muero por hacerle el amor, pero quiero esperar el momento indicado, sé que ella inconscientemente se ha guardado para mi, pero debo contenerme para hacer que sea tan inolvidable como para dejar una huella imborrable en su piel... Me siento tonto pensando estas cosas, no he hablado con José Luis, ya no somos amigos pero tengo que dejar claro algo, por lo que toco la puerta de su oficina. —Adelante.— Responde, el no me ve está viendo hacia la ventana —Mañana, me voy a Milán.— Intento iniciar la con
Armando Fernández Llego a la casa a las siete de la noche y me encuentro a mi abuelo con los ojos brillantes, y abrazado a Alexa, siempre voy a envidiar esa conexión que ellos tienen, pero ya no siento rabia. —Creí que no llegarías a cenar. — Dice un poco molesta haciéndome reír, me encanta verla molesta y más si está sintiendo algo similar a celos — ¿Estás loca?, tengo una esposa toxica y me puede golpear si llego tarde— Bromeo. —Qué bueno que estas aprendiendo, así te evitaras muchos problemas entre nosotros. — Responde. Mi abuelo se carcajea con nuestros juegos —Me hace feliz que al fin se dieran cuenta que son el uno para el otro. — Menciona mi abuelo — ¿Te sientes bien?— Le pregunto al verlo como algo decaído, me siento culpable que haya pasado malos momentos por mi culpa. —Me cuesta salir de casa. — —No podemos dejarte, solo y este negocio es muy importante. — Le dice Alexa —Solo serán seis meses. — Le expreso. —Si lo que sea. — Responde —Si llegabas después de la cena
Armando Fernández Despertamos juntos y tarde nos arreglamos apresurados y la veo correr de un lado a otro, seleccionando las cosas indispensables para el viaje, tan organizada que es y no tuvo las maletas hechas con antelación. —¡Ya creo que es todo!. — Supira agitada observando sus tres maletas, ¡pero aun esta en pijama!. — ¿Y tú no piensas arreglarte?— Cuestiona señalándome. —Me tengo que bañar, ¿Me acompañas?— Pregunto mirándola con deseo. —¿No es muy tarde?. — Me pregunta con los ojos brillantes, mientras se muerde los labios, no tiene idea de lo loco que me vuelve ese gesto, quiero morderlo también —Solo vamos a bañarnos. — Aseguro fingiendo inocencia, me encanta verla desnuda, ella sabe que es mentira, por lo menos voy a acariciar todo su cuerpo —Ya sabes, ¡nada de propasarse!. — Me advierte quitándose la poca ropa que cargaba delante de mi, tiene una sonrisa maliciosa sabe que no podremos contenernos por completo. —Trato hecho. — Susurro con la garganta seca, viéndola ca
Alexa Castro. La empresa con la que hicimos trato, exige que los dueños sea un matrimonio estable, por que pase lo que pase, debemos ser un matrimonio perfecto. Leo me bloqueo, por todos los medio cuando le confesé que le di una oportunidad de Armando, pero no sin antes advertirme — Cada una de las lágrimas que te haga derramar, tiene una sola culpable, tú misma. — Abordamos en avión a las ocho de la mañana, el viaje tarda dos horas, mi abuelo luce contento, mientras Armando se encuentra muy pensativo y Alejandra parece disfrutar el viaje... — ¿Qué ocurre?— Le pregunto llamando su atención. —Nada, no me hagas caso, me duele un poco la cabeza. — Me dice él. — ¿Desea una pastilla?— Le pregunta Alejandra, no entiendo que pasa acá, sé que no está con ella, pero por algún motivo la mantiene a su lado. —No es necesario, ya me tome una. — Responde sin verla, él está ubicado a mi lado, tomándome la mano. La azafata, da instrucciones para que nos coloquemos el cinturón de seguridad que