¿Que les parece entrar en las profundidades de Armando?, no es tan malo después de todo, pero Alexa aun es muy joven para un bebe ¿que dicen ustedes?
Armando Fernández He pasado tres semanas increíbles con Alexa, nunca la pase tan bien con una mujer y sin sexo de por medio. Tengo los pensamientos nublados, por mi esposa, a pesar de eso, no creo que llegue a ser el hombre que ella se merece. Demás está decir que mis planes han cambiado…Ahora mi objetivo es hacer que mi mujer quiera quedarse conmigo después que termine el año, por lo que aunque me cueste cambiar, tengo que hacerlo, me siento bien, completo nunca antes me sentí así. Me muero por hacerle el amor, pero quiero esperar el momento indicado, sé que ella inconscientemente se ha guardado para mi, pero debo contenerme para hacer que sea tan inolvidable como para dejar una huella imborrable en su piel... Me siento tonto pensando estas cosas, no he hablado con José Luis, ya no somos amigos pero tengo que dejar claro algo, por lo que toco la puerta de su oficina. —Adelante.— Responde, el no me ve está viendo hacia la ventana —Mañana, me voy a Milán.— Intento iniciar la con
Armando Fernández Llego a la casa a las siete de la noche y me encuentro a mi abuelo con los ojos brillantes, y abrazado a Alexa, siempre voy a envidiar esa conexión que ellos tienen, pero ya no siento rabia. —Creí que no llegarías a cenar. — Dice un poco molesta haciéndome reír, me encanta verla molesta y más si está sintiendo algo similar a celos — ¿Estás loca?, tengo una esposa toxica y me puede golpear si llego tarde— Bromeo. —Qué bueno que estas aprendiendo, así te evitaras muchos problemas entre nosotros. — Responde. Mi abuelo se carcajea con nuestros juegos —Me hace feliz que al fin se dieran cuenta que son el uno para el otro. — Menciona mi abuelo — ¿Te sientes bien?— Le pregunto al verlo como algo decaído, me siento culpable que haya pasado malos momentos por mi culpa. —Me cuesta salir de casa. — —No podemos dejarte, solo y este negocio es muy importante. — Le dice Alexa —Solo serán seis meses. — Le expreso. —Si lo que sea. — Responde —Si llegabas después de la cena
Armando Fernández Despertamos juntos y tarde nos arreglamos apresurados y la veo correr de un lado a otro, seleccionando las cosas indispensables para el viaje, tan organizada que es y no tuvo las maletas hechas con antelación. —¡Ya creo que es todo!. — Supira agitada observando sus tres maletas, ¡pero aun esta en pijama!. — ¿Y tú no piensas arreglarte?— Cuestiona señalándome. —Me tengo que bañar, ¿Me acompañas?— Pregunto mirándola con deseo. —¿No es muy tarde?. — Me pregunta con los ojos brillantes, mientras se muerde los labios, no tiene idea de lo loco que me vuelve ese gesto, quiero morderlo también —Solo vamos a bañarnos. — Aseguro fingiendo inocencia, me encanta verla desnuda, ella sabe que es mentira, por lo menos voy a acariciar todo su cuerpo —Ya sabes, ¡nada de propasarse!. — Me advierte quitándose la poca ropa que cargaba delante de mi, tiene una sonrisa maliciosa sabe que no podremos contenernos por completo. —Trato hecho. — Susurro con la garganta seca, viéndola ca
Alexa Castro. La empresa con la que hicimos trato, exige que los dueños sea un matrimonio estable, por que pase lo que pase, debemos ser un matrimonio perfecto. Leo me bloqueo, por todos los medio cuando le confesé que le di una oportunidad de Armando, pero no sin antes advertirme — Cada una de las lágrimas que te haga derramar, tiene una sola culpable, tú misma. — Abordamos en avión a las ocho de la mañana, el viaje tarda dos horas, mi abuelo luce contento, mientras Armando se encuentra muy pensativo y Alejandra parece disfrutar el viaje... — ¿Qué ocurre?— Le pregunto llamando su atención. —Nada, no me hagas caso, me duele un poco la cabeza. — Me dice él. — ¿Desea una pastilla?— Le pregunta Alejandra, no entiendo que pasa acá, sé que no está con ella, pero por algún motivo la mantiene a su lado. —No es necesario, ya me tome una. — Responde sin verla, él está ubicado a mi lado, tomándome la mano. La azafata, da instrucciones para que nos coloquemos el cinturón de seguridad que
Armando Fernández, Compre online antes de venir a Milán, una cabaña cerca de la mansión y contrate un personal para limpiarla y decorar todo de la forma más romántica posible bajo mi supervisión. Soy tan estúpido para estas cosas, ¡ni siquiera sé cuáles son sus flores favoritas! por lo que compro orquídeas y rosas rojas, margaritas, jazmines… Estoy mas que nervioso emocionado, intento hacer todo perfecto, quisiera cambiar mi pasado, pero no tengo una máquina del tiempo para hacerlo, sin embar hare que nuestro futuro sea algo que valga la pena Con las rosas ordeno hacer un camino de pétalos y velas aromáticas encendidas, cuando amas das hasta lo que no creías tener, nunca he hecho algo así. Globos rojos flotan sobre la cama, también compre comida suficiente para dos días, ¡pienso secuestrarla durante ese tiempo!, solos los dos sin interrupciones de ningún tipo. No me gusta mucho la música pero como a ella le encanta, instalo un teatro casero, los muebles los traía la cabaña, nunc
Alexa Castro Estoy a punto de violar a mi esposo, nos bañamos juntos y aunque estaba excitado se contuvo, parece un maldito microondas, me tiene super caliente, intento tocarlo y no me deja, se me hace agua la boca de tan solo verlo. Me vuelve loca, verlo desnudo, me encanta cada parte de su cuerpo, quiero comérmelo a pedazos ¡No se que espera! Salimos hacia un lugar que según él va a ser especial para los dos, yo creo que no me importaría que él me tomara en el asiento trasero del auto… ¡Cualquier lugar puede ser especial! ¿Qué tanto? Alejandra me ve con ganas de matarme, por tener la atención de mi esposo, lo único que me molesta es que no la haya eliminado por completo de su vida, no lo entiendo, ¿Qué demonios hace aquí? Nunca había estado así, ni había tenido ganas de experimentar el sexo con otra persona, cada uno de sus besos ha despertado mi cuerpo como nunca antes en verdad lo necesito Si así se sentían todas entiendo porque tenía tantas mujeres detrás…Entiendo porque una
Alexa Castro Regresamos a casa al día siguiente, no me pasa desapercibida la mirada de celos mal disimulados de Alejandra. Me ocupo de las cosas pendientes de la empresa, y de pronto mi teléfono comienza a repicar, es un número desconocido, pero igual respondo —Nunca te ha amado—Dice sin saludar, la voz de una mujer que no logro ubicar Estoy confundida —Está equivocada—Respondo —Solo está contigo por la herencia, el me lo dijo— Y solo hasta ese momento la ubico, es Amanda —Tú solo estas envidiosa—Respondo y cuelgo, con el coazon latiéndome de forma apresurada, vuelve a marcar pero no contesto, la semilla de la duda ha sido sembrada. Cuando bajo a la cocina, Armando discute con Alejandra. —¿Qué sucede?.— Cuestiono seria —Nada cariño, es una tontería.— Responde nervioso —Muero de hambre.— Suelto y me preparo un emparedado —¿Quieres?.— Le ofrezco a mi esposo. —No gracias.— Me responde, esta muy sospechoso. Ella está a punto de llorar apenas logra contenerse Subo con mi abue
AlexaEn este momento no estoy lista para una relación de nuevo, razón por la cual no lo desmiento.—Tenemos mucho trabajo por delante. — Señalo caminado hasta lo que supongo es la sala de juntas, mi asistente no vino, ya que ella junto con José Luis se ocupan de la empresa en España.—Me siento en mi puesto comenzando a trabajar mientras Allan me ve como si fuese un ser de otra dimensión y Armando se incomoda ¡Yo no estoy haciendo nada! Y además soy un desastre ahora mismo, mi cabello parece un nido de pájaros y las profundas ojeras oscuras evidencian mi mala noche.— ¿Quiere un café preciosa?— Ofrece Allan, levantándose después de al menos dos horas de trabajo—Gracias. — Respondo amable—El mío negro con dos de azúcar, por favor. — Dice Armando tratándolo como un trabajador y no como nuestro socio.—Necesitamos hablar. — Dice, cruzando sus dedos en gesto nervioso.— ¡Por favor! estamos trabajando. — Le digo yo—Siempre el trabajo es más importante que nosotros. — Se queja, hacién