Caminando por el pasillo a dirección contraria que los demás, se ato el cabello en una cola de caballo y se detuvo en la puerta de enfermería. Desde que vio a Jean con el rostro golpeado, no hubo nada mas en su cabeza que eso. Dio dos toques y espero. La mujer que le abre la puerta la recibe con una sonrisa amable y pregunta si la puede ayudar en algo.

—Busco a Jean Monnet, vino hace un par de horas.

—Ah, el chico del rostro golpeado.

Laura asiente. —¿él está bien? —preguntó con preocupación.

—Si, no fue nada grave por suerte.

—¿Puedo pasar a verlo? —Sus ojos se iluminaban de tan solo pensarlo, de imaginarlo. Siempre se preguntó sobre ese tipo tan extraño, tenia algo raro que no podía dejar de lado aunque quisiera. Había algo en él que llamaba su atención, y aquello lo estaba confundiendo con el comienzo de un sentimiento inocente.

—Él ya se fue, junto a Julien. —El brillo desvaneció.

—Ah, seguro se fue a su casa mucho antes qu