Cap. 65: Estoy aquí—¿A que me refiero? Me refiero a que no estás bien, a que me ocultas algo y yo quiero que me digas ahora mismo que es lo que te pasa, María. Y es ya que me lo debes decir.María bajo su cabeza y al subirla sus ojos estaban aguados, se volvió y se encontró con los rostro rozagante y risueños de sus dos nietos que en una reacción inexplicable ambos le estiraron los bracitos y le mostraron los cuatro dientitos con sus risas sonoras, ella les tomó a ambos sus manitas.—Mira Lara, ya me extrañan, mira que quieren que los tenga conmigo aquí —la se volvió a ver a sus hijos y luego al ver a su madre se sorprendió notar los lagrimones que caían por las mejillas de ella.—Estás toda susceptible, mamá. Cada vez que digo algo lloras o enrojeces los ojos y luego desapareces para que yo no te vea llorar, pero mira, allí viene Egmont, los dejamos en la casa y luego me acompañas a tomarnos un café. ¿Te parece?María asintió. Egmont al subir le dio una carpeta a su mamá y esta
Cap. 66: Jugos fríos. Lara abrazó a su madre y la arropó con su cuerpo mientras sus lágrimas caían silenciosas sobre su cabeza.—Mamá estoy aquí, estoy contigo.Ya ha pasado casi un mes de que Lara está enfrentando la fuerte enfermedad de María, su madre. No hay día en que Lara deje de pensar en que su madre se irá pronto, pero sigue manteniéndose fuerte porque sus hijos y su madre la necesitan ahora más que nunca, sobre todo porque su hijo Egmont debe mantener el ánimo y la energía siempre en alta para seguir evolucionando bien en su enfermedad, estos seis primeros meses son primordiales y ya sólo faltan tres para el diagnóstico de cura total de la enfermedad.Ese sábado de mañana, Ritter los levantó temprano quería llevarlos a todos a conocer algunos sitios que Lara no conocía de su país y que les serviría de esparcimientos a todos, pero su madre llegó en un taxis con Berit, quien estaba presentando unas fiebres muy altas.—Mamá, tu deberías de quedarte en Hamburgo, es allí dond
Cap. 67: Es ella o tú nieta.Los niños corrieron a la cocina, y enseguida Egmont abrió la refrigeradora, Aby venía detrás, pero motivado a que ella todavía estaba asistiendo a terapias aún no podía correr, y obviamente los chicos llegaron primero.—Egmont, toma de tus jugos, busca él que te toca que es de albaricoque que tienes que tomarlo hoy.—Ya Aby, gracias.Egmont tomó el jugo que le dejó preparado el chef, pero Berit se lo quitó de las manos y corrió a la puerta de la cocina que da al patio, Egmont la siguió gritándole,—Berit0, no lo tomes que ese es para mí, tiene lo que yo necesito —pero nadie oía ni entendía lo que Egmont decía, ya que eran todas risas y jadeos ya que se seguían uno detrás del otro y Aby no podía alcanzarlos, Berit se detuvo y lo levantó la tapa de seguridad llevándose la pipeta a la boca e ingiriendo casi todo el jugo de una vez, bañándose la remera por las risas incontenidas. Aby le quitó lo que quedaba, pero se quedó en shock al ver como la niña blanque
Cap. 68: Es tu hija y tienes que estar con ella…—Lara, Ritter, busquen a Erika, fue ella quien me llamó para encontrarnos, me hizo tomar alcohol o quien sabe que, sólo recuerdo que le dije que no quería alcohol y me pidió un refresco, pero allí había algo, no era alcochol no le sentí alcohol era algo más, de hecho estoy muy soñolienta, tuve que haber puesto algún somnífero porque despues que tomé ese vaso en mis manos no recuerdo más nada, pero ella era la que estaba conmigo, las últimas llamadas son de ella y cuando entre en el lugar que ella le dio la dirección al taxi entonces la vi, llevaba una peluca roja y mucho maquillaje, pero era ella… tomé… Estoy segura.—Marlene, ¿Cuándo aprenderás a cuidarte por ti misma.—Ritter ¿Y no había nadie siguidendo a Marlene?—Recuerda que ella estaba en su chalet de Hamburgo. Ella tiene vigilancia aquí, y al llegar con la premura de la supuesta fiebre de Berit no alerte a los muchachos y ella se nos escapó.—Sí es cierto…—Búsca a Erika, ell
Cap. 69: ¡No es tu hija!—Berit está delicada, vamos a su habitación, Ritter autorizó tu salida, pero debes estar conmigo. Podrás verla y estar con ella un rato —Adalia tomó ropa del estante y se la apresurada, unas sandalias bajas y se peinó un poco.—Gracias Lara, gracias por decírmelo y estar conmigo.— Yo también soy madre. Finalmente Berit es tú hija y tienes que estar con ella en estos momentos.Adalia aguó sus ojos.—Vamos…—¿Y Derek?—Estaba en América en un viaje de negocios, pero ya debe estar por llegar porque temprano tomó un vuelo de regreso a Berlín.Las dos mujeres llegaron a la UCI. Las enfermeras encargadas les entregaron las batas protectoras y luego las dejaron pasar. Ritter estaba adentro con la niña, la tenía tomada de una de sus manitas. Al entrar las mujeres se alejó tomando a Lara de la mano y sacándola de la unidad, sin embargo se quedó pegado al vidrio observando a Adalia, quien llorosa besó las mejillas de su hija y le hablaba.—Berit, mi amor. Mami esta aq
Cap. 70: ¿Hasta cuándo me ganará la ira?——¡¿MALDITO IMBÉCIL POR QUÉ LA DEJASTE SOLA, POR QUÉ NO LA CUIDASTE?…! ¡Sí, es cierto que Berit no es tú hija, pero la usaste para obtener un alto cargo en las clínicas Wolf! ¿Entonces por qué me encerraste aquí para dejarla sola con la alcohólica de tu madre?Zav levantó su mano antes de entrar, y volviéndose a Janea, y esta le dio vuelta al escuchar aquella horrible discusión y ver el bochorno en el que estaba Derek.—No entremos, vamos a bajar y esperamos a mi hija abajo, no es apropiado ver ni oír esa discusión.Los ojos de Zav se aguaron, él como hombre tenía razón sería muy vergonzoso si Derek lo veía ahí presenciando su más bochornosa escena, mientras que Lara sí que corrió hasta allá y sosteniendo a Adalia por los brazos la inmovilizó llevándoselos afuera de la habitación.—Lara, suéltame. Este desgraciado se merece esto y más, entonces Lara notó los ojos apretados de Berit. Ella empujó a Adalia afuera mientras Derek trataba de recupe
Cap. 71: Sólo es mi hija.Después de todos los tratamientos a Berit al fin regresó a casa. Marlene corrió a tenerla en sus brazos. Adalia quien vino a pasar el fin de semana con su hija en la mansión de Ritter, la apretó fuerte para que Marlene no se la arrancara de sus brazos. —Adalia por favor, es mi nieta amada —Adalia quería sacarle los ojos, así que reaccionó gritándole:—¡No quiero que tú te acerques a mi hija… Ella en esta casa sólo es “mi hija”.Ritter intervino:—Mamá, espérate un poco, déjame hablar con ella y luego te la damos —pero la niña se puso a llorar.—¡Abuela! —tratando de ir a los brazos de Marlene.—Adalia, por favor Marlene es su abuela, y ella es quien la esta cuidando.—Berit, mi amor ¡perdóname! No volverá a pasar. Abuela no te dejará sola nunca más…María venía bajando con los niños, que aplaudían y Egmont gritaba.—¡Berit! Berit! Berit! —La niña mostró sus pequeños dientecitos en una gran sonrisa , entonces Adalia la bajó y los niños corrieron al jardín,
Cap. 72: Puedes acabar conmigo.Tres meses después…En las clínicas todo parecía haberse nivelado. Mía Koch había sido aceptada sin objeción como accionista de las clínicas, sin embargo ella puso todas sus acciones a nombre de Ritter, lo que lo hacía el socio con mayoría en las decisiones y firmas, esta vez Derek se vio sincero al felicitar a su hermano. La armonía entre ellos pareció llegar a partir de entonces. Adalia aún estaba en tratamiento fármaco – psiquiátrico sólo que iba lento. Marlene, a pesar de lo poco emocional que suelen ser los alemanes, ella estaba siendo amorosa y expresiva con todos en la familia, sobre todo con sus nietos haciéndose muy a pegada a los pequeños morochos que no dejaban de hacerle travesuras que le hacían reír mucho.Por los resultados de Egmont, ya estaba bien, así que Lara estaba incluso viajando a otras ciudades e inaugurando las nuevas farmacias…Después de una reunión de captación de nuevos socios, Lara y Emil invitaron a todos los nuevos socio