Cap. 14: Una persona.Lara con su hijo en brazos se acercó a María.—Egmont, ve con la abuela a tu habitación, te duchas y te quedas a descansar un poco, que él y yo tenernos una conversación pendiente, se volvió a ver a Ritter.—¡Nos vemos al rato! —dijo el niño y caminó detrás de su abuela.Ritter carraspeó y fue al sofá otra vez. Lara se sentó a su lado. Entonces preguntó:—¿Entonces puedes decirme que es todo esto? ¿Cómo sabes mi dirección? y… ¿Por qué estabas hablando con mi hijo?—Lara, vine porque quería conocer a mi hijo, también buscaba razones que me dijeran que realmente es necesario que te diga quién es el dueño del semen… —Miró al frente en ese momento y siguió—. Creo que precisamente por el padre biológico de Egmont es que pasó eso, es por él que temó por la vida de ustedes…Lara palideció.—¿Qué quieres decir? ¿Acaso es un mafioso o un asesino serial?Ritter la miró y tragó saliva—: No, no es nada de eso…Lara se percató del tono tan bajo del hombre y entonces record
Cap. 15: Mi esposa.«¡Maldita sea! ¿Será posible que Derek haya hecho esto? ¿Será posible que lo haya hecho por su ambición desmedida? Él acordó la tregua si le daba la vice presidencia, ¿será posible que haya roto ese acuerdo y ahora se meta con Lara y mi hijo? ¿Será que ya sabe que Lara esta aquí? ¿O siempre lo ha sabido? —Ritter se removió en el asiento, su pierna ya estaba dando un colorido y doloroso hematoma que le transformaba la expresión de su rostro en dolor.—… Tengo muchos enemigos, pero hay una persona en específico y esa persona es la única que, a parte de mí, sabe que Egmont es mi hijo, porque fue esa persona quien puso mi semen en la inyectadora que sería colocada en ti por mis propias manos. ¿Entiendes?Lara palideció y abrió su boca para luego pegar sus manos y ahogar un gritó por la sorpresa.—¿Entonces no lo sabías desde el principio? ¿No sabías que habían puesto tu semen allí? —Lara, muy en el fondo de su ser agradeció saber eso.—Lo supe el día que te pedí ad
Cap. 16: Nieto o nieta.—Mamá, ella es Lara, mi esposa y él es tu nieto, Egmont Wolf.Erika se detuvo en seco al oír a Ritter, se quedo detrás de ellos. Apretó fuertemente sus puños mientras enrojecía su rostro de ira.«¿Así que están aquí?» pensó. Tomó aire y se acercó.Marlene, la madre de Ritter, levantó sus cejas.—¡Así que has vuelto! —exclamó, sin embargo sonrió al volverse y ver con ternura el rostro de su nieto, pasó su dedo índice por una de sus mejillas —. Es tan tierno… —levantó sus ojos para encontrarse con el rostro tenso de Lara que con mirada afilada miraba a la mujer que tocaba a su hijo.Marlene encogió su dedo de inmediato y forzando una sonrisa apretó el puño y lo bajó.—¿Cómo explicas esto Ritter? —preguntó, pero la gélida mirada que le dio Ritter a su madre fue suficiente para que ella no dijera más. Marlene resopló y negando con la cabeza agregó—: Siempre terminas imponiendo tu voluntad. Lara se incomodo, así que, les dijo:—Permiso voy a acostar al niño —en e
Cap. 17: ¡No puede ser!Marlene tenía su cabeza y parte de su torso sobre la mesa en la cocina, en sus manos una botella de Whisky tumbada y totalmente vacía. El espectáculo era bastante deprimente.La mujer levantó su cabeza y con los ojos manchados por el maquillaje ya corrido en su rostro, los miró despectivamente.—Vaya, ¿quién coño es ese mocoso? —preguntó mientras se balanceaba de un lado a otro por la borrachera que tenía.—Lara agarró a su hijo y tratando de ponerlo detrás de ella le respondió:—Es mi hijo Egmont, señora Marlene ¿Lo recuerda?—¡Ah, claro! —dijo y señalando a Egmont gritó—Tú no eres mi nieto, mi única nieta es Berit. Tú eres el bastardo de esa mujer, eres igualito a ella… Berit es una Wolf porque es idéntica a Derek, mi bello hijo Derek, así que ella es mi nieta… ¿Lo entiendes?Marlene trató de levantarse, pero iba derecho al piso cuando Egmont salió a meter su cuerpito mientras la sostuvo por la espalda así ambos evitaron que la mujer cayera al piso y se golp
Cap. 18: RealidadEl doctor, conociendo a Ritter y a su familia desde años atrás en la facultad, con seriedad les expuso: —Lamentándolo mucho Ritter, no eres compatible para tú hijo —pasó sus dedos por la frente y prosiguió —Sabíamos que esto podía pasar, lo conversamos anoche, esta es la realidad más agria de estos casos, donde como padres estamos dispuestos a dar nuestra vida, pero de alguna forma una fuerza superior nos dice que eso no es así y que no somos dueños ni de nuestras vidas ni de la de ellos.Lara paralizó su corazón sus ojos se nublaron y un intenso frío le hizo temblar todo su cuerpo, revivió sus temores y trémula susurró:—¡No puede ser! No puede ser, Ritter… ¡Esa era mi esperanza, esto no puede ser!Ritter bajó sus parpados, enseguida un deje de tristeza se apoderó de él, se volvió a Lara y la vio apretar sus piernas con tanta fuerza que estaba a punto de romper la piel con sus uñas clavadas. De inmediato las soltó con cuidado y juntándolas las apretó con fuerzas d
Cap. 19: ADN Ritter encogió su nariz y su parpado inferior. La ira estaba a flor de piel, pero tenía que contenerse. —Eres peor de lo que cualquiera pueda imaginar... —apretó sus puños y volviéndose a mirarlo mientras abría la puerta masculló—. Quizás te complazca, ya que no me importa si todo esto se viene abajo. Salió dando un portazo. Derek hizo una llamada y salió de inmediato al centro hematológico. Ritter entró en su consultorio y con su puño golpeó repetidas veces contra la dura madera del escritorio. Respiraba agitado con la nariz encogida mientras su parpado interior se movía incontrolable. Así estuvo hasta que fue calmando su ira. —Maldito imbécil. Ojalá los exámenes den positivo y puedas devolverle la esperanza de vida a mi hijo, ya con eso tengo para seguir adelante sin importarme si te quedas y terminas con nuestro apellido y con las clínicas que mi padre y yo hemos llevado tan alto. Prometo que me iré sin mirar atrás. «Me iré bien lejos con Lara y mi hijo gu
Cap. 20: Un secreto.Derek llegó a su departamento, su semblante era terrible. Estaba ardido, pero a la vez decepcionado de sí mismo.—¿Recogiste a Berit? —le pregunta Adalia, su esposa mientras mira las noticas.—¿No has ido? Me pareció oírla en el jardín —responde Derek.Adalia se levanta de un salto y resopla.—¡Maldita sea, Derek! ¡Eres un imbécil! Te pase un mensaje para que pasaras recogiendo a la niña desde temprano.Derek se sienta y marca una llamada.—Te he dicho que para eso llames, no veo mensajes.Adalia juntó las cejas y encogió la nariz, abriendo la boca ligeramente para mascullar.—¡No sirves para nada!—Shiiiito—le dice él. Está al teléfono:—Soy el padre de Berit, disculpe… Tuve una reunión, pero estoy en camino. Por favor espéreme. Gracias —al cerrar la llamada, Derek, apesadumbrado le dice:—Hoy tuve la oportunidad de quitarle la presidencia a Ritter, pero mi maldita suerte me hundió.Adalia levantó una ceja y se sentó su lado, con mirada inquisitiva preguntó:—¿Ya
Cap. 21: Dispuesta.Ritter llegó a la casa de su padre. El hombre salió a recibirlo en la silla de ruedas empujada por su actual esposa, la doctora Janea, quien llegó allí a atender a su padre y que luego se descubrió la relación que tenían y que causó el divorció de sus padres (aunque estos ya no tenían vida conyugal).—Buenas noches… Adelante —dijo la hermosa y joven mujer que rodaba la silla de su padre.Zav Wolf, sonrió de lado, era su habitual sonrisa gracias a las secuelas de su último pre-infarto que casi le deja difunto.—¿Al fin te acuerdas que tienes un padre? —le reprochó.—No digas eso, sabes que he estado muy ocupado últimamente.—Buenas noches —dijo Lara tímidamente, mientras que Egmont rodaba sus ojitos de un lado a otro mirando todo a su alrededor. Ritter entonces les dijo:—papá, Janea, él es Egmont, mi hijo y ella es Lara mi esposa y madre de Egmont.Su padre abrió la boca hasta donde pudo, y luego tanto él como Janea soltaron la risa.—¡¿Perdón?! —Exclamó Zav Wol