Cap. 12: Magia Lara llegó al departamento y se encontró a su madre jugando con Egmont. Entró aún echando chispas, sin embargo se calmó frente a su hijo. —Egmont, mi amor ¿por qué aún estás despierto? ¿Ya cenaste? —preguntó con la voz aún tensa. Egmont arrugó su entrecejo y las comisuras de sus labios bajaron instantáneamente, mientras le decía: —Sí mami, ya lavé mis dientes y puse mi pijama, sólo quería verte antes de dormir. Lara se volvió a su madre y ladeando la cabeza rodó sus ojos a Egmont y después a ella. Su madre levantándose del sofá le dijo: —Él insistió en esperarte. Lara se agachó y abrazó a su pequeño. —Mi bebé siempre espera a mami… —Sonrió enternecida y levantándolo en sus brazos le dio un besito en la mejilla y lo devolvió al piso—, ve a la habitación ya te alcanzó. Egmont sonrió y avivó su mirada. Dando saltitos se encaminó a su habitación pero oyó a Lara decir en tono bajo: —Mamá, ¿Quién tiene los documentos sobre Ritter Wolf? Egmont ladeó la cabecita ar
Cap. 13: Auto negro Ritter se levantó y tomando a Egmont de la mano se acercó a María. —¿Dónde está Lara ahora? —le preguntó. María se sorprendió y juntando sus cejas repreguntó: —¿Qué dónde está Lara? —Ritter asintió —, Ah sí, fue a una diligencia. El hombre se inquieto, con su mano abierta sobó su frente. —Necesito hablar urgentemente con ella, ¿tiene su número? —No traigo mi teléfono y no me lo sé —El hombre ladeó la cabeza y chasqueó la lengua. Egmont lo escuchó y levantó su cabecita estirando el cuello para ver a Ritter, pero este miraba al frente, entonces jaló de su camisa y este miró hacia el niño. —Yo si me sé el número de mi mami —María desmesuró sus ojos sorprendida. Ritter se agachó al lado de su hijo y con admiración y esa mirada brillante le dijo: —Ve diciéndome los números y yo los marco —Ritter sonreía henchido de orgullo viendo conque seguridad los dijo sin rectificar ninguno. Ritter espero respuesta pero Lara no le atendió. Se removió inquieto. L
Cap. 14: Una persona.Lara con su hijo en brazos se acercó a María.—Egmont, ve con la abuela a tu habitación, te duchas y te quedas a descansar un poco, que él y yo tenernos una conversación pendiente, se volvió a ver a Ritter.—¡Nos vemos al rato! —dijo el niño y caminó detrás de su abuela.Ritter carraspeó y fue al sofá otra vez. Lara se sentó a su lado. Entonces preguntó:—¿Entonces puedes decirme que es todo esto? ¿Cómo sabes mi dirección? y… ¿Por qué estabas hablando con mi hijo?—Lara, vine porque quería conocer a mi hijo, también buscaba razones que me dijeran que realmente es necesario que te diga quién es el dueño del semen… —Miró al frente en ese momento y siguió—. Creo que precisamente por el padre biológico de Egmont es que pasó eso, es por él que temó por la vida de ustedes…Lara palideció.—¿Qué quieres decir? ¿Acaso es un mafioso o un asesino serial?Ritter la miró y tragó saliva—: No, no es nada de eso…Lara se percató del tono tan bajo del hombre y entonces record
Cap. 15: Mi esposa.«¡Maldita sea! ¿Será posible que Derek haya hecho esto? ¿Será posible que lo haya hecho por su ambición desmedida? Él acordó la tregua si le daba la vice presidencia, ¿será posible que haya roto ese acuerdo y ahora se meta con Lara y mi hijo? ¿Será que ya sabe que Lara esta aquí? ¿O siempre lo ha sabido? —Ritter se removió en el asiento, su pierna ya estaba dando un colorido y doloroso hematoma que le transformaba la expresión de su rostro en dolor.—… Tengo muchos enemigos, pero hay una persona en específico y esa persona es la única que, a parte de mí, sabe que Egmont es mi hijo, porque fue esa persona quien puso mi semen en la inyectadora que sería colocada en ti por mis propias manos. ¿Entiendes?Lara palideció y abrió su boca para luego pegar sus manos y ahogar un gritó por la sorpresa.—¿Entonces no lo sabías desde el principio? ¿No sabías que habían puesto tu semen allí? —Lara, muy en el fondo de su ser agradeció saber eso.—Lo supe el día que te pedí ad
Cap. 16: Nieto o nieta.—Mamá, ella es Lara, mi esposa y él es tu nieto, Egmont Wolf.Erika se detuvo en seco al oír a Ritter, se quedo detrás de ellos. Apretó fuertemente sus puños mientras enrojecía su rostro de ira.«¿Así que están aquí?» pensó. Tomó aire y se acercó.Marlene, la madre de Ritter, levantó sus cejas.—¡Así que has vuelto! —exclamó, sin embargo sonrió al volverse y ver con ternura el rostro de su nieto, pasó su dedo índice por una de sus mejillas —. Es tan tierno… —levantó sus ojos para encontrarse con el rostro tenso de Lara que con mirada afilada miraba a la mujer que tocaba a su hijo.Marlene encogió su dedo de inmediato y forzando una sonrisa apretó el puño y lo bajó.—¿Cómo explicas esto Ritter? —preguntó, pero la gélida mirada que le dio Ritter a su madre fue suficiente para que ella no dijera más. Marlene resopló y negando con la cabeza agregó—: Siempre terminas imponiendo tu voluntad. Lara se incomodo, así que, les dijo:—Permiso voy a acostar al niño —en e
Cap. 17: ¡No puede ser!Marlene tenía su cabeza y parte de su torso sobre la mesa en la cocina, en sus manos una botella de Whisky tumbada y totalmente vacía. El espectáculo era bastante deprimente.La mujer levantó su cabeza y con los ojos manchados por el maquillaje ya corrido en su rostro, los miró despectivamente.—Vaya, ¿quién coño es ese mocoso? —preguntó mientras se balanceaba de un lado a otro por la borrachera que tenía.—Lara agarró a su hijo y tratando de ponerlo detrás de ella le respondió:—Es mi hijo Egmont, señora Marlene ¿Lo recuerda?—¡Ah, claro! —dijo y señalando a Egmont gritó—Tú no eres mi nieto, mi única nieta es Berit. Tú eres el bastardo de esa mujer, eres igualito a ella… Berit es una Wolf porque es idéntica a Derek, mi bello hijo Derek, así que ella es mi nieta… ¿Lo entiendes?Marlene trató de levantarse, pero iba derecho al piso cuando Egmont salió a meter su cuerpito mientras la sostuvo por la espalda así ambos evitaron que la mujer cayera al piso y se golp
Cap. 18: RealidadEl doctor, conociendo a Ritter y a su familia desde años atrás en la facultad, con seriedad les expuso: —Lamentándolo mucho Ritter, no eres compatible para tú hijo —pasó sus dedos por la frente y prosiguió —Sabíamos que esto podía pasar, lo conversamos anoche, esta es la realidad más agria de estos casos, donde como padres estamos dispuestos a dar nuestra vida, pero de alguna forma una fuerza superior nos dice que eso no es así y que no somos dueños ni de nuestras vidas ni de la de ellos.Lara paralizó su corazón sus ojos se nublaron y un intenso frío le hizo temblar todo su cuerpo, revivió sus temores y trémula susurró:—¡No puede ser! No puede ser, Ritter… ¡Esa era mi esperanza, esto no puede ser!Ritter bajó sus parpados, enseguida un deje de tristeza se apoderó de él, se volvió a Lara y la vio apretar sus piernas con tanta fuerza que estaba a punto de romper la piel con sus uñas clavadas. De inmediato las soltó con cuidado y juntándolas las apretó con fuerzas d
Cap. 19: ADN Ritter encogió su nariz y su parpado inferior. La ira estaba a flor de piel, pero tenía que contenerse. —Eres peor de lo que cualquiera pueda imaginar... —apretó sus puños y volviéndose a mirarlo mientras abría la puerta masculló—. Quizás te complazca, ya que no me importa si todo esto se viene abajo. Salió dando un portazo. Derek hizo una llamada y salió de inmediato al centro hematológico. Ritter entró en su consultorio y con su puño golpeó repetidas veces contra la dura madera del escritorio. Respiraba agitado con la nariz encogida mientras su parpado interior se movía incontrolable. Así estuvo hasta que fue calmando su ira. —Maldito imbécil. Ojalá los exámenes den positivo y puedas devolverle la esperanza de vida a mi hijo, ya con eso tengo para seguir adelante sin importarme si te quedas y terminas con nuestro apellido y con las clínicas que mi padre y yo hemos llevado tan alto. Prometo que me iré sin mirar atrás. «Me iré bien lejos con Lara y mi hijo gu