—Brenda, lo lamento, pero no hay actividad cardiaca.
Brenda estaba acostada mientras su médico obstetra veía con el ecógrafo doppler tratando de detectar el sonido que indicaban los latidos del corazón de su bebé, la última vez que vino sonaba muy fuerte y rápido como el galope de un brioso caballo, ahora no había nada, solo el sonido de aire sin golpeteo. Brenda no podía decir nada, estaba en shock, el médico continuó, con mucha paciencia y empatía con ella.
—Es una lástima, es también una terrible casualidad, por tu condición física eres una mujer fuerte, aunque es poco probable que golpes puedan malograr el feto, existen estos raros casos, en donde el golpe es tan preciso —El medico suspiró y negó con la cabeza abatido—, aunque escucharas que muchas mujeres sufren peores accidentes sin consecuencias para sus fetos, debes saber que no es tu culpa, son cosas que pasan, pero aun eres muy joven para volver a intentarlo. Lo siento muc
Sebasthian estaba furioso, había sido suspendido el tránsito aéreo debido a la tormenta, había llamado a Brenda y el teléfono estaba apagado, habló con su padre, Brenda le había contado todo, no pudo evitar decirle lo herido que estaba por haberlo mantenido engañado, sin embargo, lo consoló, diciéndole que Brenda estaba siendo atendida, que apenas pudiera llegar lo hiciera, que se calmara, Brenda se recuperaría. Pablo fue al gimnasio, encontró a la recepcionista con los ojos hinchados, los entrenadores seguían trabajando, pero sin duda se sentía la pesadez de las circunstancias, ya no había rastro de Ernesto, Pablo fue directo al salón de combate y buscó a Diego, el instructor fue con él. —No nos hemos presentado formalmente, mi nombre es Pablo Larsson. —Mucho gusto, Diego Aguirre. —Mi hermana me contó lo que pasó. Diego no pudo evitar ponerse nervioso. — ¿S
—Buenas tardes tengan todos, el día de hoy les hemos dado cita aquí para hacerlos testigos de primera mano, de la dicha que siente la honorable empresaria de carácter mundial Leticia García, dueña de la línea de productos Gremien, les pido sean respetuosos ante una delicada situación familiar y que de ahora en adelante gocen de la verdad y no se dé lugar a especulaciones, sin más rodeos con ustedes Leticia García. —Buenas tardes —saludó Leticia a los reporteros que por un momento la cegaron con la luz de los flashes—, les abro las puertas de mi casa en Venezuela, esta propiedad tenía años cerrada, y francamente no pensaba regresar nunca a este país que fue mi hogar la mayor parte de mi vida como casada; aunque soy española, sentía a este país mi hogar hasta que la desgracia toco a mi puerta, no existen muchas personas que recuerden que tuve una hija, Lorena García, ella nació en esta casa, lamentablemente siendo adolescente debido a un accid
—Pablo estaba preocupada, ¿Sebasthian cómo está? —preguntó Elena a Pablo, aunque Bernhard le había dicho que no se preocupara que ellos eran hermanos y siempre habían estado uno para el otro, ella solo quería que llegaran sanos y salvos. —Hola nena, mi amada y adorada esposa siempre preocupada. Pablo la besó, se quitó la ropa y entró a bañarse, Elena lo siguió al baño, desde la regadera le contestó. —Está bien nena, solo está borracho y con el corazón roto, se pondrá bien. —Me siento culpable. Pablo abrió la puerta de la ducha y sacó la cabeza mirando a Elena a la cara, tenía sus lentes de montura y los ojos hinchados. — ¿Por qué te sentirías culpable? Tú no hiciste nada. —Sebasthian tiene razón, no he sido su amiga, siempre he puesto a Brenda primero, aun sabiendo que sus planes son autodestructivos, fíjate ahora. —Sería buen
Cuando Brenda cumplió un mes de reposo mandó un mensaje a Sebasthian, era una cobarde, no se atrevía a llamarlo, entendía que él se hubiera alejado, no había un dia a un mes de la rueda de prensa que no saliera un reportaje, una crónica o una reseña de la historia de la descarriada Lorena García, incluso un programa de dramas de la vida real insistía a su abuela narrar la historia con actores representando la desgracia de su hija, Brenda no quería imaginar si en medio de todo eso estuviera el nombre de Sebasthian Larsson, Discovery la había entrevistado, su desgracia era un buen ejemplo para la fuerza y las dificultades de la mujer de hoy, Brenda terminó su compromiso para esa primera temporada de esa manera y renunció al programa, debía seguir renunciando a las cosas que le recordaran a Sebasthian, él sin duda decidió que lo mejor era olvidarla, ella lo intentaba, pero solo lo anhelaba cada vez más, Elena le dijo que Sebasthian no era el mismo, que se disculpó
— ¿Hija te sientes bien? —Leticia estaba junto a Brenda en el auto, regresarían a Venezuela en una semana, habían dado un donativo a un albergue, estaban en Francia, en el albergue habían varias mujeres que recién habían dado a luz. —Sí abuela, solo que, cuando veo los bebes no puedo evitar pensar en el mío. —Sabes que los hijos que nacen después de una perdida los llaman bebés arcoíris, porque son eso, lo bello después de la tormenta, tu tendrás a tu bebé arcoíris. —No será lo mismo. —Claro que no, pero él sabrá llenar el vacío que sientes ahora. —No creo que eso sea posible, si eso llegara a ocurrir, su papá no sería Sebasthian. —Bueno hija él no ha mu
Sebasthian la escoltó hasta un ascensor y luego abrió la puerta de su suite, enorme como en todos sus hoteles, los colores dominantes eran el ocre y el verde, era una habitación de caballero, con algo de romanticismo medieval. —Adelante Brenda, ponte cómoda para que puedas seguir insultándome. —Mereces que te insulte —Brenda se sentó en un sofá verde, Sebasthian se arrancó la corbata y quitó el saco, continuó de pie. —Ilumíname… Brenda comenzó a gritar. —No se te ocurra ser condescendiente conmigo, el sarcasmo sobra. —Aquí lo que sobran son los insultos, me debes muchas explicaciones Brenda y ningún insulto. — ¿Qué yo te debo explicaciones? Que hace falta que te diga que tú ya no sepas. —Puedes empezar con explicarme por qué me ocultaste a mi hijo. —Yo no voy hablar de mi hijo… eso me duele demasiado.<
Sebasthian la escoltó hasta la suite presidencial que estaba muy cerca un piso abajo, Brenda se sentía muy mal, sentía que lo había perdido y su orgullo la detenía aunque quería rogarle, aunque no podía frenar las lágrimas que salían una tras otra aunque estaba en silencio, Sebasthian llamó a la puerta y Belinda abrió, cuando los miró se apuró a retirarse, la cara de ambos mostraba lo profundamente heridos y rotos que estaban. —No llores por favor Brenda. —Estoy bien, solo que parece que toda una vida sin llorar ahora me pasa factura. —Volveremos a vernos. Brenda afirmó con la cabeza, Sebasthian quitó con su pulgar una lágrima errante en el rostro de Brenda, la soltó y le dio la espalda, las palabras surgieron de Brenda sin que ella pudiera detenerlas. —Solo dame una razón en verdad valedera para que me rechaces ahora. —Yo no te rechazo Brenda, deja de imagi
—Buenas noches… Brenda llegó al Välsmakande Caracas, cuando Elena la vio, corrió hacia ella dando un grito de alegría, pronto vio a todas partes, debía comportarse. —No me dijiste que llegarías hoy. —Querida hermana mayor, parece que se ha vuelto costumbre no contarnos las cosas. —Brenda ¿Cómo lo sabes? —Vamos a tu oficina para que conversemos mejor. Ya en la oficina y a salvo de ser escuchadas, Elena comenzó a disculparse, jugando con su cabello, como hacía cuando algo le avergonzaba. —Perdón Brenda, sí te lo iba a decir, pero cuando llegaras, no quería hacerte sentir mal. —Eres una tonta, yo no soy de cristal, además me encanta, este niño será mi primer sobrino, mi ahijado y mi consentido, yo no puedo sentirme mal, este bebé será el más consentido de la historia. —Cuéntame ¿Cómo te fue con S