BRANDONEl escalofrío que recorrió hace dos horas cuando mi abuelo nos dio la noticia de entregarme la presidencia de la empresa, aún me cala en los huesos, bebo el último trago que me queda y pido uno más a la barman del lugar, la cual me sonríe, pero no le devuelvo el gesto. No estoy de ánimos para hacerlo. Respiro hondo, la chica me trae cinco tragos más, una rodaja de limón y sal, bebo, siempre he sido bueno, un ligero mareo me llega, no lo suficiente como para estar borracho, pero está presente. Sabiendo que Megan Evans, ahora es una Lewis, me siento mal por no haberla ayudado, no estábamos enterados de nada, sin embargo, me siento como la mierda. —¿Bebiendo tan temprano? La voz de mi hermano, hace que de soslayo me dé cuenta cómo se acerca, toma asiento a mi lado, luego pide una ronda de tragos y se afloja la garganta. —Un día horrible, ¿el tuyo qué tal? Termino mi trago. —¿Tú qué crees? —ironizo.Hay un silencio que se ancla entre los dos, por la mirada perdida que pone
MEGANTodo me da vueltas, mi vida ha sido una mentira, aún me cuesta trabajo entender cómo es que siquiera soy parte de esta familia de millonarios, no pienso mal, pero… los resultados que arrojaron las pruebas de sangre, dicen la verdad, lo que es correcto, y es que soy una Lewis, y soy parte de esta familia. Todo lo que me dijo Alejandro, el abuelo y sostén de la familia, retumba en mi cabeza, no he podido dormir, la muerte de a quien considero todavía mi madre, duele. Cierro los ojos con fuerza, los abro con la esperanza de que esto sea una pesadilla, no lo es, me incorporo, la habitación que me han dado se siente tan vacía, pese a lo enorme que es. Tomo una larga bocanada de aire y me pongo de pie, la boca y la garganta la siento seca, camino hasta la puerta, son las dos de la madrugada. Salgo de la habitación y recorro los largos pasillos, llego hasta la habitación, abro la nevera, sacando una jarra de agua fría y me sirvo un vaso. Estoy a nada de beberlo, cuando una voz ronc
MEGANNo puedo creer que me haya pasado algo como esto, es decir, jamás me habían visto desnuda, y ahora, dos hombres lo hicieron, no con intención, pero lo que hace más rara la situación, es que los dos son mis primos. Siento que estoy metida en un mundo que ni siquiera me acepta del todo. De cualquier modo, termino de alistarme y salgo del baño, luego de mi penosa demostración desnudista, siento que el aire me falta cuando levanto la mirada y veo a Gabriel mirando con el ceño fruncido a Brandon, luego ambos se dan cuenta de mi presencia y parecen terminar con su coletilla silenciosa. —Yo, lo siento, no quise… —balbuceo.Brandon evita mirarme, es como si me odiara, en cambio, Gabriel, se acerca a mí, colocando las palmas de sus manos sobre mis hombros. —Somos nosotros quienes te debemos una disculpa, no debimos entrar como si nada —se aclara y siento como si me hubiesen quitado un enorme peso de encima. —Cierto —medio sonrío. —Brandon también te dará una disculpa… Volteo a ver
BRANDONCuando era pequeño, disfrutaba de aplastar a los gusanos o cualquier insecto que se interponía en mi camino, no importaba cuan ponzoñoso fuera, lo eliminaba, pero este que está sentado frente a mí, con cara de idiota y sin dejar de observar a mi prima, es uno del que no me he podido deshacer. Morgan, un socio mayoritario, bueno, al menos su padre lo es, pero como este cayó enfermo hace más de tres años y sufre del corazón, su hijo es quien se hace cargo, a Gabriel le cae bien, menos a mí, somos lo que se dice rivales. —Me alegra haber tenido el honor de ser el primer socio en conocer a la Lewis consentida de Alejandro —bromea el hijo de puta. Las mejillas de Megan adquieren un color rojizo, uno que me lleva a la estúpida y rara idea, de querer saber si así se le pondrían cuando alguien la follara, sus respuestas en el auto de Gabriel, aún me tienen descolocado, me cuesta creer que ella jamás haya tenido novio, o siquiera besado a un hombre. Si es cierto, quiere decir que
NARRADOR OMNISCIENTEGabriel se congeló de inmediato al terminar de escuchar a su madre, luego de la cena tan extraña a la que había asistido, decidió ir a la habitación de su madre para despedirse, ella lo retuvo argumentando que necesitaba hablar con él. Pero ahora, estaba arrepentido, no solo por lo que supondría si ella llegaba a su objetivo, sino, por la crueldad con la que había maquinado ese plan, la desconocía, estaba asustado de la sed de venganza de su madre.El silencio que se anunciaba dentro de aquella habitación era ensordecedor, se aflojó el nudo de la corbata y tomo una larga bocanada de aire. —¿No dirás nada? —le preguntó su madre. Él hizo todo el esfuerzo por no perder la cabeza. —Creo que lo que intentas hacer es una locura —arguyó—. Poner al abuelo en contra de Brandon, solo porque quieres el poder total de la empresa… es nefasto, haré de cuenta que no escuché eso y olvidaré esta conversación. Lena frunció los labios. —Todo lo que estoy haciendo es por ti —r
MEGANUna semana, ese es el tiempo que ha pasado desde que Brandon Lewis, mi primo, me robó mi primer beso, sé que está mal, pero no he podido dejar de pensar en él, quisiera decir que me siento aturdida debido a lo sucedido, pero, por el contrario, he estado curiosa. ¿Por qué me besó? ¿Eso es algo como el incesto? ¿No se supone que tiene novia y está a punto de comprometerse? Aunque para ser honesta, cumplió con su palabra. Al día siguiente de esa noche, se marchó a su departamento, el abuelo me dijo que sus nietos casi no pasaban tiempo en la mansión familiar. Y que solo Lena era quien vivía ahí, pese a que cada uno tenía su habitación y algunas cosas para cuando decidían quedarse a pasar la noche. Pero nada de eso supera a la celebración de esta noche, miro mi reflejo en el espejo y no me creo que sea mi cumpleaños. El primero que estaré pasando sin la presencia de mi madre, más que algo que deba festejar, se siente como si fuera de nuevo su jodido funeral. Respiro hondo, sé qu
BRANDONDesde que Megan apareció tomada del brazo de Gabriel, no he apartado la vista de ella, no está bien, no es correcto, sin embargo, y pese a que he estado intentando alejarme de ella todo lo humanamente posible, no dejo de pensar en el beso que le di. Sus labios suaves e inexpertos, tratando de seguir mi ritmo, al principio le costó trabajo, luego probé su lengua y joder, ese fue el instante en el que perdí la cabeza. Y ahora, estaba en medio de un dilema, cuando mi abuelo la presentó ante el mundo de la crema y nata de la sociedad, me enfadé. Es decir, apenas cumplió 21 años, ¿casarse con un millonario para salvaguardar la herencia de los Lewis? No es una opción, o al menos lo que le corresponde, por ser hija de la tía Erika. A veces me pregunto qué es lo que diría ella si supiera que su padre intenta hacer con su hija, lo mismo que a ella en su tiempo. Muevo el cuello con estrés, perdí los estribos cuando me acercaba y escuché a Morgan pedir permiso para cortejarla, ¿acaso
MEGANMe despierto en medio de una pesadilla, una en la que mi madre me arrastraba hacia su tumba, respiro hondo, han pasado dos días desde mi cumpleaños, desde que acepté salir con Morgan, no en plan de noviazgo, pero luego del beso de mi primo Brandon, y de que me esté tratando de un modo que me irrita, decidí darle una oportunidad. Me lo merezco, y hasta ahora ha sido atento, caballeroso, intento no pensar en la posibilidad de que sea solo para obtener el título y la herencia Lewis. Y ahora, mi cabeza me duele cuando me incorporo. Otra de las cosas que me tiene temerosa como emocionada, es que anoche, mi abuelo me dijo que me mandará tres meses a estudiar un posgrado en hotelería, para estar más familiarizada con la empresa y el negocio familiar. Me emociona por fin poder trabajar en lo que me gusta, en lo que soy buena, aunque no me agrada del todo el tenerlo por el abuelo y no por mi esfuerzo. De cualquier manera, me levanto, me meto a la ducha y dejo que el agua caliente rel