Compromiso

Jack es el amor de mi vida, razones para perdonarle y volver con él...             Bueno, parecía una locura, sobre todo después de que intentase suicidarme porque el hombre me dejó y él me tuviese que poner una orden de restricción porque de exnovia quizá no soy la mejor menos loca, pero, cuando nos encontramos de casualidad en un hotel en Seinvillage le pregunté si quería que me fuese del hotel. Él dijo que en realidad quería que hablásemos y que no era del todo una casualidad el que estuviésemos en el mismo hotel. 

Jack y yo nos sentamos como adultos y hablamos como dos personas civilizadas de todas las cosas que estaban mal en nuestra relación como yo haciendo las cosas demasiado públicas; entre las redes sociales, lo que invente la gente, los paparazzi siguiéndonos y nuestras familias opinando. Si no manteníamos una comunicación estrecha sería imposible que jamás confiáramos, por consiguiente, sería imposible estar juntos.

    Jack reconoció que no quería vivir sin mí y que no quería vivir con él: ¨podríamos haber sido felices¨ así que propuso que en lugar de subir conmigo a mi habitación se iría de vuelta a la ciudad, me cortejaría y tendríamos una relación en secreto por unos meses disfrutaríamos de una relación madura, saludable y respetuosa incluso iríamos a sesiones con una terapeuta porque nosotros lo valíamos, valía la pena intentarlo de nuevo. 

Yo acepté encantada. 

Porque la vera nunca he soñado una vida en la que Jack no estuviese y estaba intentando adaptarme, pero cuando conseguía un contrato que me emocionaba era a él a quien quería contárselo primero, quería meterme en la cama y que me buscara y rodeara con todo su cuerpo, me gusta ir de paseo con él los fines de semana o simplemente compartir el desayuno en las mañanas. Por eso ante aquel acuerdo entre nosotros decidí no decírselo ni a la almohada. No se lo conté a mis amigas, nos les dije a mis hermanos y a la prensa le respondía: ¨Estoy

dándome un break del desamor¨ ,¨Me estoy amando¨  Aquellas frases eran ciertas,  porque lo estoy haciendo, pero no como se imaginan o con quién, porque yo llevo muy bien el:  ¨Me estoy amando, pero junto con Jack¨.

    Los últimos ocho meses han sido de nosotros en nuestra versión más real, natural y tranquila, disfrutamos de viajes, sorpresas, apoyo y conocer una versión mucho más madura del otro no éramos Valentina de catorce y Jack de veinticuatro decidiendo en cuál hotel verse, mintiendo y escapándonos somos finalmente nosotros.

    No se trataba del mejor amigo de mi hermano la que le dejó de hablar cuando se enteró de que follaba con su hermanita, ni el hijo del exnovio de mi madre o el tipo 14 años mayor que a mi padre no le gustaba. Es Jack Foster el hombre al que he amado toda la vida dando la cara por nosotros y yo haciendo lo posible por vivir en el presente y no volvernos locos a los dos con dudas, inseguridades o estallidos de carácter.

    Esta es una de las semanas en las que estoy convencida de que nos merecemos estar juntos, Jack fue a recogerme en la pista probada de aterrizaje, la compañía para la que estaba modelando me ofrecía todo tipo de transporte privado y aterrizajes en lugares íntimos de la ciudad. Mi novio me esperaba en la pista con un traje azul que le quedaba divino y un ramo de tulipanes rojos, le miré sonriente y le llené de besos, me llevó a casa y hablamos con mis padres sobre nuestra relación, ninguno de los dos tenía nada que decir en realidad no lo habíamos dicho oficialmente, sin embargo vivimos en la misma casa y no son estúpidos. 

    Mi papá dijo que tenía que ir al hospital, estaba ocupado y solo había ido a saludarme, le dio un beso a mamá, otro a mí, estrechó la mano de Jack y luego salió de casa. Mi mamá nos preguntó sí. Nos quedábamos a cenar y Jack le invitó a comer con nosotros en un restaurante, los tres fuimos y todo simplemente fluyó.

    Cuatro días más tarde, estábamos en el apartamento de mi novio, llevaba ahí desde que llegué de Italia y amo a Jack, pero a veces es muy sobrio para mi gusto, tiene la casa como un templo monocromo… bueno, es una escala del gris.

    Me desperté temprano y preparé el desayuno para ambos, Jack tenía un caso importante que defender en el poder judicial y se le veía estresado leyendo sus notas del caso, le di la mano y sonrió.

    —Lo siento, esto está buenísimo es que… Es demasiada presión.

    —Creo que debería buscar un empleo lejos de tu papá es tóxico para ti y tu carrera. Jack eres un abogado impresionante tienes una taza de éxito del 98% anual, o sea, pierdes dos casos al año. —Le dio un sorbo a su café. —No dudes nunca de tu capacidad y menos por tu papá. Me incliné a besarle y Jack sonrió antes de devorar mis labios.

    —Eres la mejor fan de la vida. Sabes que alguien tiene que heredar el negocio.

    —Que lo vendan o que lo haga July.

    —No he soportado insultos para que se lo den a Julibu—Los dos reímos.

    —Mi amor, no creas que me estoy mudando … pero… ¿Te molestaría si re decoras un poquito? Es que tanto gris… no sé, no me gusta.

    —Hay negro también—Respondió en tono de broma mientras sostenía la taza del café  color  negro mate.

    —Es tu casa, todo bien si no quieres decorar de nuevo, es solo una opinión…

    —Quiero que estés cómoda.—Declaró mi novio mientras me miraba. — ¿Qué colores propones?

    —Blanco o rojo, más yo ¿Sabes…? No sé quiero que siga gritando Jack, pero con un poco de Vale...  ¿Una decoradora es mucho?

    —Lo es… podemos hablarlo en la noche. Cocinaré yo y mañana salimos de viaje, por favor, nena, haz la maleta hoy ¿Si?

    —Yo intento, pero requiero de muchas cosas. Ya mandaron a alguien a casa. Tranqui, que tengas un buen día.

    —Igual, no olvides cerrar las ventanas—pidió antes de darme un beso en la frente me senté a revisar unos correos y luego fui a arreglarme para el día que me esperaba en la agencia a ver qué tenían para mí.

 Últimamente ser modelo no me satisface es como si perfectamente pudiese estar haciendo algo más grande, algo mejor, hablé con mi mamager y mi publicista para reuniros y las dos creían que era uno de mis famosos altibajos, sin embargo, no lo es… ¿Qué gano yo con eso?, ¿Cómo cambio al mundo? ¿Cómo mejoro la vida de los demás?

    Cuando regresé a casa de Jack lo hice con las maletas que me habían preparado.

    Abrí con mi llave y llevé los dos ramos de rosas, pensé que esa era la mejor forma de decorar sin siquiera cambiarle nada, era su espacio y no quería infortunar o iniciar algún tipo de pelea por estarme imponiendo, Jack me encontró en el vestíbulo de su apartamento y me cubrió los ojos con el trapo de la cocina, reí y le dije que era lo másatractivo y romántico.

    —¿Aah, sí?

    

    —No, huele a ajo y cebolla. ¿Qué cocinas?

    —La receta de ravioles de tu mamá. No es fácil y te tengo una sorpresa. —besó mi mejilla. —Voy a confiar en ti. En que no lo arruinarás.

    —¡Que emoción, una sorpresa!

    Jack me cargó y me condujo por la casa y disfruté de paseo con los ojos vendados. Me bajó y me quitó el vendaje improvisado, miré la habitación encantada, había cambios pequeños en la decoración, pero suficiente como para hacerlo más acogedor para mí, miré a Jack sorprendido.

    —¿Lo hiciste tú?

    —De camino al trabajo llamé a la decoradora, me dijo que no sería tan difícil incluir un toque Valentina.

    Me llevó por el apartamento, en unas de las paredes habían fotos nuestras. Le di un abrazo a mi novio y él me besó. Eso es demasiado para Jack sé que no le gusta compartir su espacio. Ni cambiar nada por otros, al final es hijo único y tiene problemas con... el tema de compartir, así que este paso es más grande de lo que parece.

    —Dejé un espacio en mi clóset para ti, en realidad, organicé todo lo que dejas y eso lo hice personalmente.

    —Me encanta, es la mejor forma de iniciar nuestro fin de semana.

    Sí que era la forma perfecta para iniciar aquel fin de semana, Jack y yo estábamos caminando por un sendero y hablando del futuro de todo lo que queríamos en los próximos cinco años, llegamos a la cima y mi novio montó lo que pensé era un improvisado pícnic y fue la primera vez que le escuché hablar de un futuro juntos en el cual teníamos hijos, compartíamos una casa y una vida juntos.

    —Jack… La cosa es que para todo eso hay que casarse. No hay que… Yo no quiero ser la pareja de alguien, soy más el tipo esposa de alguien.

    —Valentina Foster. ¿Usarías tu apellido de casada?

    —No. —dije con una sonrisa y Jack rió.

    —No esperaba menos.

    

    Retomamos nuestra caminata porque Jack tenía un punto en el cual sería mejor ver la puesta del sol, le seguí encantada, con las manos enlazadas a la suya mientras hablábamos de nuestros hipotéticos hijos, nuestra hipotética casa y nuestra hipotética vida.

    Llegamos al mirador y noté que había pétalos de rosas por todos lados el cielo estaba haciendo un cambio de color entre celeste, naranja y amarillo, se inundó de globos con las iniciales de Jack y las mías.

    —Recuerdo la primera vez que nos besamos, la primera vez que nos dijimos te amo, la primera vez que caminamos juntos por la vida y atravesamos problemas y quiero recordar todas las primeras veces que hemos vivido juntos y todos los momentos que hemos sido felices, las veces que nos hemos enojado, llorado y sufrido porque algo nos han enseñado y quiero sobre todo tenerte a mi lado—Jack se puso de rodillas y tomó mis dos manos. —Hemos vivido la historia más loca de amor, pero no termina con una vida hipotética, inicia con un cajón y una colcha blanca, contigo y conmigo siendo las mejores versiones de nosotros. Eres el amor de mi vida, así que Valentina Alexandra Pieth Reverso, me permitirás ser tu primer amor, tu único esposo. ¿Te casarías conmigo para siempre?

    —No sé, tengo que llamar al joyero y que evalúe la piedra… No quiero casarme con un tacaño.

    —¿Te das cuenta de que estoy de rodillas abriéndote mi corazón?

    —Sí, pero, no se vive de sentimientos. ¿Sabes que tendré que llevar esa cosa por los siglos de los siglos?

    —Valentina, lo estás arruinando.

    —¿Estás nervioso, Foster?

    —Bueno, me encantaría que te estuvieses poniendo el anillo, gritando de emoción  y besándome.

    —No sé…

    —Bueno, está bien. Tal vez no quieras casarte. —Tiré mi bolsa y le dije que pusiera una rodilla como debía, me senté sobre su pierna y le di un beso. —Te amo y quiero casarme contigo aunque esto sea falso, me encanta lo que sale de aquí—besé sus labios. —Lo que dices y lo nervioso que estás.

    —¿Te casas conmigo... Para siempre? —preguntó de nuevo.

    —¡Definitivamente sí! —Jack metió el anillo en mi dedo anular, le llenó de besos y él a mí antes de sumergirnos en un largo beso en los labios.

    El inicio de nuestra vida juntos para siempre.

Mainvillage

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