Capítulo 24
Una voz ronca y profunda hizo que Fabiola se diera cuenta gradualmente de que ella... estaba abrazando a Benedicto.

En ese instante, se sintió completamente desconcertada y dio un paso atrás apresuradamente.

Su rostro de piel clara se tiñó de un rojo intenso.

—Perdón, yo...

El pecho de Benedicto quedó vacío en un instante.

Él abrió sus labios delgados suavemente, como si nada hubiera ocurrido: —Puedo prestarte el dinero.

Fabiola se quedó perpleja, pensando que había escuchado mal: —¿Qué dijiste?

Benedicto se sintió incómodo bajo la mirada de Fabiola y dijo: —Cincuenta millones.

Fabiola frunció el ceño y le respondió: —Benedicto, te agradezco, pero puedo resolver esto por mí misma. No necesitas preocuparte.

—En verdad puedo ayudarte— Benedicto la miró fijamente sin apartar la mirada—, en realidad, en la familia Sánchez, soy...

—Sé que eres un gerente intermedio de la familia Sánchez. Tu salario anual es considerable, pero aún así, cincuenta millones siguen siendo una gran suma para ti—
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