Capítulo 113
—Entonces, ¿qué es...?

—¡Cariño! —antes de que Fabiola terminara de hablar, escuchó la voz extremadamente emocionada de Patricia.

Siguió la voz y vio a Patricia bajando del coche de Alejandro.

—¿Vinieron juntos?

—Sí —dijo Alejandro. —Felicidades, señorita Salinas.

Fabiola miró a Patricia con una mirada ambigua y luego dijo a Alejandro: —Gracias, Doctor Torres, pero no necesita ser tan formal, puede llamarme simplemente Fabiolita.

—¿Fabiolita? —de repente, Benedicto habló, su voz sonaba como si viniera de su nariz.

Alejandro echó un vistazo a Benedicto y dijo sonriendo: —Mejor te llamaré Fabiola, y tú no seas tan formal, llámame Alejandro.

—Está bien.

Mientras hablaban, los cuatro se sentaron en los pequeños bancos frente al puesto.

Benedicto de vez en cuando miraba hacia abajo, a su pequeño banco.

Fabiola: —¿Qué pasa?

Desde que llegaron al puesto de barbacoa, Benedicto había estado actuando extraño.

Alejandro bromeó: —No te preocupes por él, es la primera vez que el gran señor Sánchez
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