Iris—suspiro— Estoy tan cansada… —digo para mí misma en voz baja.—¿Qué dijo señora? —me pregunta una de las asistentes del local.Parece que fue ayer el día en que se me ocurrió ir a la oficina de Roy, y ahora estoy a nada de casarme con el hombre del que siempre traté de huir. Pero no puedo culpar a nadie por mi infortunio, sé bien que terminé en esta situación por mi misma y que fue mi propio arrebato el que empezó con todo, ya no puedo sólo hacerme a un lado sin más.Después de descargarse en mi interior varias veces, nos arreglamos un poco, y al salir de su oficina me llevó a pasear por toda la empresa de arriba abajo, en ese momento dijo que era para poder presumir a su “bella prometida”; la alegría que expresaba su rostro al hacerlo era algo fuera de este mundo, nunca antes lo había visto así de feliz en todos estos años, así que opté por seguirle el juego algunos minutos más. Luego de presentarme a cada uno de los empleados presentes, me acompañó a mi auto para despedi
Iris—¿Qué dijo señora? —me vuelve a preguntar una de las asistentes del diseñador. —Nada nada… ¿Falta mucho todavía? —le pregunto adormecida.—Tranquila señora Walking, falta muy poco. ¿Se encuentra bien? ¿O necesita que le traigamos algo?—Aún soy Jones, y por cierto estoy bien, no se preocupe. —le respondo luego de bostezar.—Son los preparativos —comenta sonriendo otra de las asistentes, una un poco más mayor que las dos que estaban primero.—¿Cómo lo supo? —le pregunto sorprendida, aunque era obvio por su edad y la argolla en su dedo anular.—Cuando me estaba preparando para mi boda, me sucedió igual o peor, apenas iba comenzando y ya estaba destruida. La ceremonia fue preciosa, pero yo no pude disfrutarla de lo cansada que estaba, aunque no creo que sea su caso, usted se ve mucho más radiante que otras novias. —comenta tratando de ser amistosa.—No lo crea, mis pies están súper hinchados en este momento. —le digo levantando la falda para que los pueda ver, a lo que las
Iris—¿Iris? ¡¿Dónde estuviste todo este tiempo?! ¡Me tenías preocupado! —grita Roy apenas entro a casa.Después de haberme encontrado con Shannon, las cosas se complicaron más de lo que imaginaba, o mejor dicho: Se acomodaron finalmente.----------------—Iris… Iris —llamó mi nombre repetidamente una de mis ex compañeras, sacudiendo su mano frente a mis ojos tratando de llamar mi atención.—¿Qué sucedió? ¿Dijiste algo? —pregunté al volver en mí.—¡Eso te pregunto yo a ti linda! ¿Qué te sucede? —me preguntó la misma.—Cariño, estás muy pálida… —agregó una de ellas acercando su mano a mi frente para sentir mi temperatura.—¿Si? —les pregunté sonriendo.—¡Sí, es como si hubieras visto un fantasma! —exclamó otra de las presentes. —Estoy bien, no se preocupen —les respondí amablemente, y luego volví mi mirada al frente tratando de encontrar a Shannon, pero esta desapareció en un pestañeo.—Mmm… Entonces, ¿si está todo bien podemos irnos antes? —preguntó otra de ellas al azar.
IrisDi unos cuantos pasos cortos para hacerle creer que realmente me estaba yendo, pero entonces por fin habló sin rodeos, haciendo que volviera por mi propio interés.—Es de Roy —dijo normalmente, sin ninguna clase de sentimiento acompañando su voz.—¿Acaso estás bromeando, o intentas molestarme? —le pregunté volviendo a mi asiento.—En verdad eso quisiera, pero no es así. —me dijo forzando una sonrisa, y sus lágrimas finalmente cayeron a cantaros. —Iris… Soy consiente de que no he sido la mejor de las primas para ti, pero te juro que jamás jugaría con algo así. Tú misma lo puedes comprobar cuando quieras, después de que me enteré que aceptaste tener una verdadera relación con él, me alejé completamente de la vida de Roy, ni siquiera volví a parecer en esas noches de lunes… Probablemente te cueste creerme, y ahora mismo no puedo explicarte bien lo que sucedió porque ni yo misma lo puedo entender aún, pero te doy mi palabra de que ninguno de los dos tuvo la intención de…—Un mo
IrisAturdida por todo lo que todavía no podía terminar de asimilar, no tenía el ánimo suficiente ni las ganas de volver a casa, pero aún así ese era el único lugar al que podía ir.Cuando Shannon me contó desconsolada todo lo que le estaba pasando, sentí mucha pena de mi prima por no tener a quien acudir, pero la verdad es que yo tampoco estaba muy lejos de ella. Pese a que siempre conté con un techo y comida a diferencia de Shannon, yo tampoco contaba con nadie que me contuviera ante semejante situación, y pese a que recibí noticias de mis padres después de tanto tiempo, y que estuve feliz por ello, su rastro se enfrió nuevamente y me era imposible dar con ellos; creí que Roy podía ser mi sostén en lo que me quedaba de vida, pero en cuanto supe de su pequeño desliz, todo el cariño que estaba creciendo en mi interior se derrumbó sin poder dar marcha atrás. Subí a mi auto, y cuando estaba a solo cinco minutos de la casa de Mirta, giré abruptamente el volante y me desvié hasta lle
IrisLuego de unos largos minutos llorando vergonzosamente, Elís me invitó a pasar a su casa; una pequeña morada que apenas contaba con lo básico e indispensable para que una sola persona pudiera subsistir. Al principio las cosas eran algo incómodas, había pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos; apenas estaba por cumplir nueve años cuando Mirta me alejó de ella. Y después de tan bochornosa escena, me intimidé, pero Elís me seguía tratando como si el tiempo se hubiera detenido para ella, como si yo hubiera sido parte de toda su vida; se supone que no pertenecemos a una misma familia, pero aún así me trata como si fuera su propia hija.—¿Cómo has estado? —me preguntó casualmente mientras me servía una taza de té.Me costó comenzar a hablar, pero poco a poco me fui soltando en su presencia y terminé por contarle todo lo que había sucedido en mi vida, desde que Mirta me llevó a vivir con ella.—¡Esa maldita bruja! —exclamó inesperadamente, golpeando la mesa con fuerz
IrisHasta el momento no me había contado nada de ella, era como si lo estuviera evitando constantemente, aunque tarde me di cuenta de que era algo muy doloroso de recordar.—Después de que le dijeran que debía hacer reposo para poder llegar a término, iba seguido a hacerle compañía para que no se aburriera, y en uno de esos días apareció Mirta e intentó meterse a la casa por la fuerza, pero me interpuse, a lo que esa desquiciada me empujó y caí con todo el peso de mi cuerpo sobre mi barriga. Tu padre llegó y me llevó hasta el hospital apresuradamente, allí contactaron a la doctora Adams por falta de personal, ella me realizó una cesárea de emergencia y gracias a eso pude conocer a mi bebé, pero al ser muy prematura no logró sobrevivir.—Al parecer le debemos mucho a la familia Adams… —susurré para mí misma.Básicamente son los responsables de mi propia existencia, y pesar que casi vuelvo loco a su preciado hijo… Menos mal me hice a un lado a tiempo.—Sí, así es. —me alcanzó a oí
IrisEs así que terminé aquí, en el mismo lugar del que siempre traté de huir, decidida a finalmente cortar todos mis lazos con esta familia, con Roy o sin él de mi lado.—¿Iris? ¡¿Dónde estuviste todo este tiempo?! ¡Me tenías preocupado! —grita Roy apenas entro a casa.Luego de revisarme de pies a cabeza, y descubrir que estoy completa e intacta, me abraza fuertemente y suspira de alivio, como si finalmente su alma hubiera vuelto a su cuerpo.—¡¿Sabes lo preocupado que estaba?! —exclama enojado, presionando fuertemente sus manos en mis hombros.Con sus brazos extendidos deja caer su cabeza en el aire, y luego de inhalar profundamente, comienza a caminar de un lado a otro como si tratara de apaciguar su ira.—Doris vino ayer para disculparse, que era culpa de Nancy lo que había sucedido con el vestido, y yo solo pude escucharla sin decir nada, porque no tenía idea de lo que me estaba hablando… ¡¿Te imaginas mi sorpresa cuando dijo que lamentaba no verte en tu despedida de solte