IrisLuego de unos largos minutos llorando vergonzosamente, Elís me invitó a pasar a su casa; una pequeña morada que apenas contaba con lo básico e indispensable para que una sola persona pudiera subsistir. Al principio las cosas eran algo incómodas, había pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos; apenas estaba por cumplir nueve años cuando Mirta me alejó de ella. Y después de tan bochornosa escena, me intimidé, pero Elís me seguía tratando como si el tiempo se hubiera detenido para ella, como si yo hubiera sido parte de toda su vida; se supone que no pertenecemos a una misma familia, pero aún así me trata como si fuera su propia hija.—¿Cómo has estado? —me preguntó casualmente mientras me servía una taza de té.Me costó comenzar a hablar, pero poco a poco me fui soltando en su presencia y terminé por contarle todo lo que había sucedido en mi vida, desde que Mirta me llevó a vivir con ella.—¡Esa maldita bruja! —exclamó inesperadamente, golpeando la mesa con fuerz
IrisHasta el momento no me había contado nada de ella, era como si lo estuviera evitando constantemente, aunque tarde me di cuenta de que era algo muy doloroso de recordar.—Después de que le dijeran que debía hacer reposo para poder llegar a término, iba seguido a hacerle compañía para que no se aburriera, y en uno de esos días apareció Mirta e intentó meterse a la casa por la fuerza, pero me interpuse, a lo que esa desquiciada me empujó y caí con todo el peso de mi cuerpo sobre mi barriga. Tu padre llegó y me llevó hasta el hospital apresuradamente, allí contactaron a la doctora Adams por falta de personal, ella me realizó una cesárea de emergencia y gracias a eso pude conocer a mi bebé, pero al ser muy prematura no logró sobrevivir.—Al parecer le debemos mucho a la familia Adams… —susurré para mí misma.Básicamente son los responsables de mi propia existencia, y pesar que casi vuelvo loco a su preciado hijo… Menos mal me hice a un lado a tiempo.—Sí, así es. —me alcanzó a oí
IrisEs así que terminé aquí, en el mismo lugar del que siempre traté de huir, decidida a finalmente cortar todos mis lazos con esta familia, con Roy o sin él de mi lado.—¿Iris? ¡¿Dónde estuviste todo este tiempo?! ¡Me tenías preocupado! —grita Roy apenas entro a casa.Luego de revisarme de pies a cabeza, y descubrir que estoy completa e intacta, me abraza fuertemente y suspira de alivio, como si finalmente su alma hubiera vuelto a su cuerpo.—¡¿Sabes lo preocupado que estaba?! —exclama enojado, presionando fuertemente sus manos en mis hombros.Con sus brazos extendidos deja caer su cabeza en el aire, y luego de inhalar profundamente, comienza a caminar de un lado a otro como si tratara de apaciguar su ira.—Doris vino ayer para disculparse, que era culpa de Nancy lo que había sucedido con el vestido, y yo solo pude escucharla sin decir nada, porque no tenía idea de lo que me estaba hablando… ¡¿Te imaginas mi sorpresa cuando dijo que lamentaba no verte en tu despedida de solte
Iris—¡Responde de una vez Iris! —exclama enojado, con su tez roja y sus pequeños ojos apunto de salirse —Puede ser que sí, como puede ser que no… —atino a responder— Admito que desde un principio nunca quise casarme ni contigo ni con nadie, y que solo acepté por un tonto impulso. Pero luego me hice cargo de mi decisión, y puede ser que de haberme dicho lo que pasó entre Shannon y tú en su debido momento, quizás las cosas serían de otra manera ahora, quizás en esta instancia estaríamos los tres arreglando el futuro de ese niño, a la vez que nosotros seguiríamos con los preparativos de la boda… ¡Pero no lo hiciste Roy! Lo ocultaste e hiciste que ella también lo hiciera… Está bien, comprendo que lo que pasó esa noche no es culpa tuya ni tampoco de ella, entiendo que todo fue orquestado por tu madre y que ella sola les tendió la trampa, pero que me hayas ocultado esto destruyó en un instante todo el cariño que estaba creciendo en mí por ti.—inhala profundamente— ¿Entonces qué harem
Iris—Ten —dice Elís, mientras me da un pedazo de papel doblado.—¿Y esto? —le pregunto al recibirlo.—No lo sé, un niño me lo acaba de dar antes de entrar.Al abrirlo logro reconocer la letra de mi prima, Shannon me está pidiendo ayuda…-----------------------------Roy no dejó que me apartara ni un segundo de su lado, se tomó muy a pecho eso de la “última oportunidad”, y si por alguna razón había que salir de la casa, era él quien lo hacía, mientras que a mi me dejaba encerrada con los artículos necesarios para subsistir; siendo así no me quedó otra opción que contarle sobre mi encuentro con Elís, y por ello fue Roy quien sirvió como intermediario a la hora de planificar el lado b de la ceremonia.Todo el tiempo que estuvimos juntos se dedicó a hacerlo conmigo, y si estaba cansado, recuperaba sus fuerzas y me lo hacía una y otra vez, y aunque mi desprecio se fue haciendo cada vez más evidente, y pese a recibir una ofensiva negativa en cada ocasión, por pequeños lapsos se seg
IrisEl día finalmente llegó, y como se había planeado, Mirta vino por mí, mientras que Elís fue a ayudar a Shannon para que pudiera estar lista a tiempo.—¡Roy! —exclamó su madre alterada— ¿No puedes esperar hasta después de la boda?Tal y como lo dijo, hasta el último minuto me hizo suya una y otra vez; ni siquiera recuerdo si llegué a dormir algo aquella noche, o si solo perdí la conciencia. —¡Quítate de allí! —le gritó furiosa, y luego tironeó de Roy para quitarlo de encima mío— ¡Mira el estado en que está esta niña! —le dijo apuntando en mi dirección— ¿Qué dirán los invitados de mí? ¡Por tu culpa creerán que la estuve maltratando! ¡Vete de una vez! —siguió vociferando, al ver que su hijo no daba ni un paso.—Yo me haré cargo de ella. ¡No pienso despegarme ni un segundo de su lado! —le respondió seriamente, mientras seguía mirando hacia mí de reojo como quién tiene vigilada a su presa.—¿Qué haré con ustedes? ¡Parecen conejos! —seguía balbuceando para si misma, mientras co
IrisAl ver que Mirta no se iría, comenzaron a movilizarse bruscamente, chocando constantemente con ella y pidiendo disculpas cada vez que lo hacían, dando la excusa del poco tiempo y el espacio reducido para seguirlo haciendo, siendo un poco más torpes en cada instancia. Tras ser golpeada y humillada repetidamente, a Mirta no le quedó más que irse antes de perder los estribos, priorizando como siempre el mantener las apariencias.—Lo siento cariño, —dijo apoyando sus manos en mis hombros— parece que este servicio no es tan eficaz como lo promocionan. Debo salir y disculparme con los invitados por la tardanza… Te esperaré junto a Roy, no te demores —agregó gentilmente, luego de darme un beso en la mejilla; un beso que me hizo temblar.El grupo de mujeres se detuvo al escucharla, y tras despedirla, la encargada se acercó a mí.—Tranquila bonita, —dijo a mi oído casi susurrando— Elís nos contrató para ayudarte.—¡El camino está libre! —comentaron entre risas un par de jóvenes, ag
Iris—¿Estarás bien por tu cuenta, o quieres que te ayude? —preguntó Elís saliendo del cuarto de baño.—Estoy bien tía, en verdad. Solo es algo de cansancio.—De acuerdo, confiaré en ti. Mientras tanto iré por algo de comida, queda poco tiempo para la hora de la reunión.—No te preocupes, y ve despacio —le dije desde la cama, fingiendo que me estaba levantando sin dificultad. En cuanto Elís se fue, mis piernas no lo pudieron soportar y caí de rodillas, a lo que Tadeo entró y se apuró en ayudarme.—¿Por qué te sigues esforzando innecesariamente? ¿Para quién debes fingir con tanto esmero? ¿Acaso te hará algo Elís? —preguntaba sin parar mientras me ayudaba a sentarme en el borde de la cama— Está claro que no puedes hacer nada sola en este estado —siguió balbuceando.—No quiero que Elís se preocupe más de lo que debe… —le respondí sonriendo— Ahora es todo lo que me queda en este mundo, no puedo darme el lujo de perderla.—¿Y eso qué es lo que tiene que ver con no pedir ayuda? ¿Se