Iris—… El sujeto que está en tu cabeza es un vampiro, ¿verdad? —me pregunta para confirmar lo que ya sabía.Trago saliva, y con algo de miedo le respondo.—Sí, ese chico es un vampiro.—Está bien, no te asustes. —me dice sonriendo; supongo que notó algo en mi reacción— No le haré nada, no cometeré ninguna locura que te aleje de mí.—Y ahora, ¿qué harás? —le pregunto todavía algo preocupada.—Nada… ¿Qué puedo hacer? —se levanta de hombros al responderme— Pese a que lo hicieron no están saliendo, ¿o si?—No, no tenemos nada. De hecho creo que se terminó… —le digo en un tono triste.—Entonces no hay nada que nos impida intentarlo —me dice acercando su cuerpo al mío.Luego deja su cabeza apoyada a un lado de la mía sobre la camioneta, y al hacerlo me permite ver el paisaje detrás de él. Aproximadamente a unos cien metros de donde estamos nosotros, hay alguien mirando en nuestra dirección; al lado de uno de los árboles de la entrada del bosque.No sé si Eloy llegó recién, o si a
IrisFinalmente termina este tortuoso año, creí que jamás llegaría este día, y mucho menos me imaginé que estaría ansiosa porque llegara.Aquella tarde en que Roy me dejó en la universidad me sentí algo extraña, muy confundida sobre lo que debería o no hacer. Tenía muchas dudas sobre si cuando volviera de su viaje, debía confesarle lo sucedido y terminar, o darnos una oportunidad; a él para conquistarme y a mí para recibir amor.Rendí el examen y luego me quedé en la biblioteca, y con mi mente dispersa con lo que estaba pasando con Roy, me olvidé momentáneamente lo sucedido con Tadeo, y por eso me tomó por sorpresa el hecho de que apareciera; creí que no volvería en un buen tiempo.No fue la gran cosa, solo me pidió disculpas por cómo había reaccionado, y dijo que ese no era él, pero que por el momento no podía explicarme nada. También me contó brevemente que se iría a un viaje de estudios, y que tras despejarse volvería y me contaría todo en detalle; aunque aún estaba disgustada
Iris —¿Quieres casarte conmigo? —me pregunta con la voz entrecortada. En un principio me dio miedo la idea de estar a solas con Roy, pero cumplió con cada una de sus promesas y respetó mis tiempos, y poco a poco me acostumbré a tenerlo junto a mí. Cuando volvimos a tener intimidad fue glorioso, lo hicimos desesperadamente por toda la casa, pero cuando digo por toda la casa es por toda la casa; lo hicimos en el cuarto del baño, en la piscina, en el patio, en su habitación, en mi habitación, en nuestros deportivos, en su vieja camioneta. Nuestros jugos se desparramaron por cada sector que pudimos una y otra vez, duro y salvaje, lento y suave, como fuera que surgiera. Durante el receso de verano, y luego cada que pudimos, salimos a pasear todos los días junto a nuestros cachorros; así fue que los cuatro nos volvimos conocidos por todo el barrio y otros sitios. En mi restaurante favorito siempre nos esperaban con asientos y platos especiales para Siri y Yor, y como los dueños estaban
Iris Besando y acariciando mi cuerpo apasionadamente, me carga sobre él y me lleva hasta la abandonada habitación de Mirta, la cual hicimos nuestra. Al llegar me recuesta gentilmente sobre la cama, y luego continúa beso a beso recorriendo cada sector de mi piel, tan feliz como si hubiera escuchado salir un “sí acepto” de mi boca. Roy procede a penetrarme, y pese a sentir lo entusiasmado y grueso que está su miembro, no logro concentrarme; hasta ahora no me había sucedido algo así, siempre disfruté mucho de intimar con él. Con mi mirada puesta en mis pechos saltando por sus constantes embestidas, mi mente divaga entre lo que debería o no hacer a partir de ahora; puede que las cosas ya no vuelvan a ser como antes y esa idea me molesta. Todo este tiempo que estuvimos juntos disfruté mucho de su compañía, a tal punto que en los últimos meses no se me cruzó ni una vez la imagen de Eloy, ni el disgusto que tenía por Tadeo, de hecho hasta le conté a Roy sobre ellos como si fueran unos ami
Tadeo Me acerqué a él y exponiendo una de mis garras tomé algo de su sangre, no podía dejar que la niña volviera a su casa con semejante mordida; pese a que nos acercamos un poco, no lo éramos lo suficiente como para hablar de ciertas cosas personales, pero aún así podía sentir que las cosas no eran muy buenas en su hogar como para llegar en ese estado. —Nuestras madres se consideran hermanas, así que podría decirse que en cierta medida somos familia, y como tú familia déjame darte un sincero consejo… —apoyando su mano en mi hombro continuó— Aléjate de ella ahora mientras aún puedes, porque luego será tarde, podrías terminar igual o peor de como estuve antes. Es una humana diferente, y hasta no saber lo que es en realidad, es peligrosa para nuestras especies, y puede que aún no lo veas, pero tú ya estás en tu límite. —Lo sé, pero no soy tú… Yo lo haré mejor. —le dije con seguridad antes de ir tras ella. Al alcanzarla pude ver con claridad que la pequeña estaba llorando, y eso fue a
IrisMe quedé dormida profundamente durante mi turno, pero al despertar encuentro todo en orden y mi espalda cubierta por una fina manta. —¿Despertaste? —pregunta alguien.Solo al volver a mirar, me percato que frente a mí está sentado Tadeo, con su cabeza reposada sobre su puño y sus ojos brillando, se me queda viendo sin pestañear; tiene un aura diferente, se ve un poco más delgado que la última vez que lo vi, y su piel está mucho más bronceada.—Tú… —¿Te gusta tu obsequio? Lo vi y supe que era para ti, siempre refresca cuando uno menos se lo espera en este lugar.—¿Cuándo volviste? —pregunto sorprendida.—Hace un par de horas… No pude esperar para volver a verte, te extrañé preciosa. —me dice sonriendo.—¿Cómo te fue en tu viaje de estudio? —¿Lo recordaste? —pregunta emocionado.—Tranquilo… Solo trataba de ser cortés, no es nada especial.—Me fue bien, pero creo que no tan bien como a ti. —me dice en un tono sarcástico. —¿Qué quieres decir? —le pregunto algo molesta
Iris—suspiro— Estoy tan cansada… —digo para mí misma en voz baja.—¿Qué dijo señora? —me pregunta una de las asistentes del local.Parece que fue ayer el día en que se me ocurrió ir a la oficina de Roy, y ahora estoy a nada de casarme con el hombre del que siempre traté de huir. Pero no puedo culpar a nadie por mi infortunio, sé bien que terminé en esta situación por mi misma y que fue mi propio arrebato el que empezó con todo, ya no puedo sólo hacerme a un lado sin más.Después de descargarse en mi interior varias veces, nos arreglamos un poco, y al salir de su oficina me llevó a pasear por toda la empresa de arriba abajo, en ese momento dijo que era para poder presumir a su “bella prometida”; la alegría que expresaba su rostro al hacerlo era algo fuera de este mundo, nunca antes lo había visto así de feliz en todos estos años, así que opté por seguirle el juego algunos minutos más. Luego de presentarme a cada uno de los empleados presentes, me acompañó a mi auto para despedi
Iris—¿Qué dijo señora? —me vuelve a preguntar una de las asistentes del diseñador. —Nada nada… ¿Falta mucho todavía? —le pregunto adormecida.—Tranquila señora Walking, falta muy poco. ¿Se encuentra bien? ¿O necesita que le traigamos algo?—Aún soy Jones, y por cierto estoy bien, no se preocupe. —le respondo luego de bostezar.—Son los preparativos —comenta sonriendo otra de las asistentes, una un poco más mayor que las dos que estaban primero.—¿Cómo lo supo? —le pregunto sorprendida, aunque era obvio por su edad y la argolla en su dedo anular.—Cuando me estaba preparando para mi boda, me sucedió igual o peor, apenas iba comenzando y ya estaba destruida. La ceremonia fue preciosa, pero yo no pude disfrutarla de lo cansada que estaba, aunque no creo que sea su caso, usted se ve mucho más radiante que otras novias. —comenta tratando de ser amistosa.—No lo crea, mis pies están súper hinchados en este momento. —le digo levantando la falda para que los pueda ver, a lo que las