TadeoCuando llegué a lo profundo del bosque, me encontré con la caliente supervisora en plena orgía, con un grupo de hombres lobo y algunos mestizos de vampiros. Me quedé rondando a su alrededor esperando ver algo nuevo, lo cual por cierto no sucedió, y tras aburrirme me quedé dormido, perdiendo la noción del tiempo.Al despertar ya era la hora de que Cindy se fuera a cumplir con su jornada en la biblioteca.—Uy belleza, ya es hora de que te vayas a trabajar… —le dijo uno de los mestizos mientras miraba la hora en su reloj de oro.—Tranquilo mi amor, conseguí que la nueva me cubriera —le respondió Cindy, a la vez que sacudía la tierra que quedó en su cuerpo desnudo.—¡Entonces vamos por otra ronda! —continuó otro de los presentes, saltando sobre la supervisora, haciendo que caigan todos en el suelo.Me pareció una divertida escena que merecía ser contemplada, pero luego caí en cuenta de que cuando dijo “la nueva” se refería a mi exquisita pastilla del placer, y sin pensarlo dos veces
IrisNo puedo negar que es bueno en lo que hace, no le tomó ni cinco minutos hacerme venir divinamente. Pero es hora de que cumpla con su palabra.—¿Y? —vuelvo a insistirle.—Tranquila preciosa, todo a su tiempo… —sus largas pausas me están impacientando— Déjame presentarte a la persona que tienes delante primero. Mi nombre es Tadeo, encantado de conocerte. —al terminar toma mi mano y le da un beso sutil.¿En serio? Después de lamerme hasta el alma, ¿recién cree qué es prudente presentarse? Además, nunca me importó saber algo de él.—Detén toda tu payasada por favor —le digo extendiendo mi brazo frente a él, marcando un límite; a lo que él me queda mirando como si quisiera matarme.“Lo siento ‘Cariño’, pero me interesa muy poco todo de tí”; o al menos no en este momento.—Su nombre es Eloy, hijo único de los Adams. —continúa finalmente.A medida que va hablando, puedo ver como una de las venas de su cuello se va inflando con rabia.—Él es el último y único niño nacido, hasta ahora en
Eloy¿Qué te pasa Eloy? ¡¿Otra vez fuiste a verla?! ¿Por qué te torturas así?Luego de echarla de esa manera, no pude reconciliarme conmigo mismo, una fuerte opresión en el pecho me torturó por mucho, pero mucho tiempo; nunca me había sentido de la forma en que ella me hizo sentir.Cuando llegamos a la cima casi a la par, me dejé llevar por el placer y la lujuria que ella despertaba en mí; provocando que mis colmillos se expusieran por sí solos. Mi mente estaba tan fuera de mí al morderla, que creí que no podría detenerme; el olor y el sabor de su sangre en abundancia eran insoportablemente embriagantes, e hicieron que pierda todo el control de mis sentidos.Fue gracias a su caliente goteo sobre mi frío cuerpo que pude volver en mí; de no haber sido por esa pequeña molestia, tal vez las cosas estarían peor de lo que ya están.No sé de dónde conseguí fuerzas, pero logré separarme y pedirle que se fuera; hice todo por no perder los estribos en su presencia, pero ella no quería escucharm
Eloy—He escuchado leyendas al respecto cuando era niño; mi abuelo nos contaba historias a mi hermana y a mí antes de dormir, las mismas que le contaba su abuelo a él. “Si oyes una canción que no puedes olvidar, no intentes conocer su origen”, era lo que siempre nos decía.Tras decir estas palabras se acercó a nosotros, primero se volvió a acomodar en mi sillón y luego continuó.—El hermano del abuelo de mi abuelo, y otro grupo de vampiros de aquella época, navegaban en busca de nuevas tierras cuando encontraron a unas bellas humanas varadas en un viejo barco. Estaban cantando una canción de despedida cuando dieron con ellas, creían que morirían y por eso trataron de desahogar su dolor con una triste canción; fue esta misma melodía la que atrajo a nuestros ancestros. Tras volver de su viaje ya no eran los mismos, estaban obsesionados con esas jóvenes que dejaron en el muelle antes de regresar a casa.—¿Y entonces? —preguntó mi madre, reduciendo las pausas que mi padre hacía.—Uno a un
EloyMis ojos tardaron poco más de un mes en volver a su color natural, y por todo ese tiempo evité salir de casa bajo esa excusa. No quería que nadie me viera en ese estado y que luego tuviera ideas equivocadas; me mantuve encerrado en ese sótano sin abrir las puertas lo más que pude, e incluso dejé de hacer uso de la electricidad.De haber sido posible me hubiera gustado hibernar, necesitaba analizar mis pensamientos e ideas; ni siquiera salí a ver a mis padres, lo cual creo que les preocupó un poco. Mi madre dejaba comida en la entrada y se iba sin decir ni una palabra, y mi padre ocasionalmente se sentaba en las escaleras e intentaba "consolarme", diciendo cosas como que todo pasará, que lo podré superar, que ya conoceré a mi pareja, etcétera.Yo solo me aferraba a esa vieja camiseta, la que me lanzó la primera vez que la vi, tratando de convencerme de que si ya la pude superar en una ocasión, entonces podría volver a hacerlo cuando quisiese. Pero no sé qué tan duro me pegó reenco
EloyMe lancé sobre él una vez más y lo volví a golpear en el rostro, y luego de sonreír me devolvió el acto. Comenzamos un fuerte enfrentamiento que destrozó toda mi habitación, y tras destruir el sótano seguimos en el patio de mi casa, avanzando golpe a golpe hasta llegar a lo profundo del bosque; gracias a esa larga y cansadora pelea, tuve la oportunidad de soltar todo lo que venía guardando durante esas interminables semanas.Cuando finalmente nos cansamos, nos quedamos recostados sobre unas acolchadas pasturas.—¿Te sientes mejor? —preguntó Tadeo.—Si. Lamento haberte golpeado tan duro.—Eso no es nada, apenas fueron unos rasguños. —se limpió la sangre de una de las comisuras de sus labios y luego continuó— Entonces… ¿Qué sucederá a continuación? ¿Realmente te darás por vencido con ella?—Estoy seguro de que tú también lo notaste. Esa niña es diferente... Si no tengo cuidado las cosas se pueden salir de control.—Ya eres un adulto, tú sabrás lo que es mejor para ti —dijo Tadeo an
IrisTal y como me lo propuse, hice mi mayor esfuerzo por olvidarme de él, y aunque en un principio la idea pareció fácil, cada una de las veinticuatro horas del día eran una tortuosa agonía; el tiempo pasaba más lento de lo normal, más aún cuando tenía que cumplir con mi jornada laboral.Siempre que mi guardia bajaba y sin darme cuenta, me encontraba frente aquella pequeña habitación de la biblioteca, reviviendo una y otra vez esos adictivos recuerdos, de cuando nuestros cuerpos se dieron placer como si se conocieran de toda la vida; cada uno de sus movimientos y sus gestos, los sonidos y el aroma en el ambiente, todo lo que sucedió aquella madrugada se reproducía en mi mente como si lo estuviera viendo en vivo y en directo.Su rostro seguía apareciendo esporádicamente en mi cabeza, desorbitando los pocos momentos de tranquilidad que conseguía, y aumentando mi desesperación por poseerlo. Anhelaba con ansias volver a verlo y tener su cuerpo pegado al mío, y poder sentir su agitada res
IrisSi realmente era Eloy, de seguro volvería a su casa; termino de guardar mis cosas apresuradamente y tomo las llaves de mi auto, a su velocidad jamás lo alcanzaría sin su ayuda, ni aunque presione el pedal hasta el fondo lograría llegar antes que él.—¡Lo mejor será tomar un atajo por el bosque! —susurro para mi misma.En este momento no me importa si infrinjo o no las reglas del campus, subo a mi coche y voy lo más rápido que el motor me permite; ni siquiera presto atención a todo ese lodo que salta frente a mí, solo presiono el botón para encender el limpiaparabrisas y continúo. Pero para mi mala suerte, al llegar a cierto punto del bosque me tengo que detener, un pequeño grupo de árboles caídos me impide el paso y no me queda otra que seguir a pie.Tras avanzar unos cuantos metros finalmente puedo verlo, el sol que apenas va subiendo lo alumbra por la espalda, destellando su dorada luz contra las hebras de su sedosa cabellera negra y el resto de su cuerpo; magnifica su pre