Segundo capítulo!!! Un besoooo cariñitos!
PenelopeHan pasado 15 días de engañosa calma y las tensiones entre las manadas solamente han incrementado. Nosotros seguimos quedándonos junto a Samuel, aunque Nick se ha estado moviendo por las distintas manadas para asegurarse de que todo el mundo esté preparado.Sin embargo, desde hace días tengo una sensación en el cuerpo que no me deja descansar y he tenido sueños cada vez más extraños.Dejo salir un suspiro y decido que lo mejor es que ayude a hacer las rondas de seguridad, el encierro no me ayuda en nada y el hecho de que Nick no haya llegado solo me pone peor.Salgo de la habitación y llego hasta el playón en dónde los lobos se encuentran preparándose para sus tareas y me acerco hacia dónde Marcus se encuentra, este al verme me regala una sonrisa que no dudo en regresar.Luego de todo lo que pasó he mantenido una amistad con el beta.—Mira nada más, pero si es mi hibrida favorita—me dice Marcus consiguiendo que me ría.—Soy la única que conoces—le digo negando con la cabeza y
NicklausTal como lo había previsto el haber llegado con un montón de extraños a la manada hizo que las cosas se pusieran aún más tensas de lo que ya estaban, sin embargo al final Samuel actúo de la mejor forma y decidió que los desertores se quedaran en la manada y que dieran a cambio toda la información que tuvieran sobre los planes de Frederick.Ahora solo tengo una cosa en mente: Complacer a mi compañera.Desde que escapamos de la cabaña y recatamos a Micka de las manos de Natasha, Penelope y yo no hemos vuelto a tener un momento solo de los dos y aunque sé que estamos en medio de una guerra, después de todo lo que hemos pasado creo que nos merecemos un momento especial, y es por eso que le tengo una sorpresa.Blake me ha ayudado y le ha entregado a Peaches una nota en dónde dice que nos veremos en la cabaña cerca del lago que es justo a dónde voy ahora.Con el corazón latiendo con anticipación, me dirijo a la cabaña junto al lago que hay en la manada. La luz del atardecer se refle
Penelope¿Han tenido alguna vez esa sensación de querer despertar y no poder? Es justo así cómo me siento ahora mismo.Tengo los ojos cegados por la inmensa luz que hay delante de mí y puedo sentir como todo el cuerpo me hormiguea, pero no entiendo por qué. No sé dónde estoy, sin embargo cuándo la luz poco a poco se va atenuando alcanzo a ver la silueta de una mujer enfrente mío.Cómo si de un imán se tratara mis pies comienzan a caminar directo hacia la mujer y el hormigueo en mi cuerpo se va haciendo cada vez más fuerte a medida que me acerco y puedo ver sus facciones: Cabello plateado, piel blanca, ojos grises… Ella es… es…—Hola Penelope, llevo mucho tiempo esperándote.—Diosa Luna…—le digo con una exhalación y ella me regala una sonrisa maternal—Yo…No entiendo ¿En dónde estoy?—Estamos en tus sueños, por supuesto. A veces los sueños son los lugares más seguros para hablar y dejar mensajes, pero en esta ocasión he tenido que venir por mí misma porque tengo un mensaje muy importante
NicklausMe estoy volviendo loco.Luego de que Penny me habló de ser la diosa luna volvió a caer sobre la cama sin decir nada más y siento que si no despierta ahora voy a empezar a trepar por las paredes.—Peaches, nena por favor despierta.Para mi alivio, veo como sus párpados empiezan a levantarse y esta vez si son sus ojos los que me dan la bienvenida y siento que puedo volver a respirar con tranquilidad. Sin dudarlo la tomo en mis brazos y la abrazo tan fuerte como puedo.—Nick ¿Estás bien?—No eras tú, peaches. Estabas hablando de la diosa y tus ojos se pusieron blancos. Casi me matas del susto ¿Tuviste un mal sueño?Ella me mira, algo confundida al principio, y luego me da una sonrisa suave y asiente con la cabeza.—Nick, tuve un sueño... o más bien, una visita. La Diosa Luna se me apareció.Sus palabras hacen que todo mi cuerpo se tense de inmediato sin saber como carajo reaccionar ante eso.—¿Qué quieres decir con se te apareció? ¿Soñaste con ella?—No fue un sueño, ella se apa
PenelopeHablar con los recién llegados nos dejó exactamente en dónde estábamos. Al parecer ninguno sabe de algún amuleto, collar o lo que sea en dónde Frederick pueda guardar la maga negra, sin embargo todos confirmaron que si la poseía.Y cómo si el bebé pudiera sentir mi tensión hoy, ya con dos meses y medio han llegado las náuseas matutinas por lo que me encuentro devolviendo lo poco que tengo en el estómago mientras que un nervioso Nick me sostiene el cabello.—Peaches, ¿estás segura qué estás bien? Podemos ir a ver a Lila.Lentamente niego con la cabeza y permito que Nick que ayude a ponerme en pie y debo admitir que esto es un poco vergonzoso mientras abro el grifo del lavamanos y me enjuago la boca.—Es normal, son las náuseas del embarazo, creo que el estrés tiene al bebé revuelto.—Estás tomando vitaminas, ¿cierto?Lo primero que hizo Nick al llegar de regreso a la manada fue llenarme de vitaminas, hiervas y demás pociones para el embarazo y creo que lo amé un poquito más en
NicklausLa revelación de Mark sobre el corazón de Frederick me deja helado. Es como si todo lo que sabíamos hasta ahora hubiera sido un simple juego, y las piezas verdaderas del rompecabezas apenas comenzaran a aparecer. El corazón de mi hermano es el amuleto. Miro a Penelope, y veo el mismo miedo reflejado en sus ojos.Pero no hay tiempo para el miedo. Nos hemos comprometido a luchar, y ahora tenemos una pista que podría cambiarlo todo.—Tenemos que movernos rápido —digo, tratando de sonar más seguro de lo que me siento—. Si Frederick se entera de que sabemos esto, estaremos en un peligro aún mayor.Eliot frunce el ceño, visiblemente escéptico.—No puedo creer en esos rumores —dice, cruzando los brazos—. Nadie puede sacarse el corazón y reemplazarlo, ni siquiera el lobo más fuerte.—Puede que no se lo haya sacado —le explico, intentando sonar más racional—. Eso es lo que la gente cree. Pero probablemente ha implantado algo en su pecho que envía magia negra a su corazón y al resto de
PenelopePuedo sentir una leve caricia rozarme la espalda, al tiempo que la mano que reposa en mi vientre empieza a dejar pequeños circulos con los dedos que consiguen que una sonrisa totalmente enamorada se forme en mi rostro.—Buenos días, Nick.—Buenos días, peaches—me dice y mi sonrisa se hace aún más grande cuándo agrega—Buenos días para el bebé o la bebé también.Siento como deja un beso en la parte trasera de mi cabeza y decido que necesito más que solo eso, así que me encargo de girar entre sus brazos hasta que quedamos frente a frente y le regalo una sonrisa grande.—Así está mucho mejor—le digo, consiguiendo una de esas sonrisas que me tienen enamorada y él me la regresa igual de esplendida.Al segundo siguiente siento sus labios sobre los mios y como toda mi piel se eriza de inmediato en respuesta y no dudo en corresponderle.Nos besamos pausadamente, como si el mundo afuera no estuviera de cabeza, cómo si el tiempo no nos estuviera jugando en contra y cuándo nos separamos
NicklausLa noche se despliega ante nosotros como una pesadilla viviente. Los gruñidos y chasquidos de colmillos llenan el aire, y el bosque a nuestro alrededor se convierte en un campo de batalla. Cada movimiento es una danza frenética de supervivencia, y cada golpe que doy resuena con la urgencia de proteger a los que amo.Siento mi corazón latir con fuerza en mi pecho, el instinto de protección hacia Penny y nuestro bebé consumiéndome. La miro cada vez que tengo oportunidad, buscando asegurarme de que está bien, de que está a salvo. Pero ella está allí, rodeada por un halo de energía mágica, repeliendo a uno de los lobos con una destreza que me deja sin aliento.—¡Peaches! —grito, desesperado por saber que está a salvo.Nuestros ojos se encuentran brevemente, y su voz atraviesa el caos.—¡Estoy bien! —responde, su voz fuerte y segura.Es en esos momentos que me doy cuenta de cuán fuerte es realmente. A pesar del peligro, a pesar del miedo que sé que también siente, Penny se enfren