Mis acriñitos, primer capítuloooooo!! BESOOOOS
NicklausMe estoy volviendo loco.Luego de que Penny me habló de ser la diosa luna volvió a caer sobre la cama sin decir nada más y siento que si no despierta ahora voy a empezar a trepar por las paredes.—Peaches, nena por favor despierta.Para mi alivio, veo como sus párpados empiezan a levantarse y esta vez si son sus ojos los que me dan la bienvenida y siento que puedo volver a respirar con tranquilidad. Sin dudarlo la tomo en mis brazos y la abrazo tan fuerte como puedo.—Nick ¿Estás bien?—No eras tú, peaches. Estabas hablando de la diosa y tus ojos se pusieron blancos. Casi me matas del susto ¿Tuviste un mal sueño?Ella me mira, algo confundida al principio, y luego me da una sonrisa suave y asiente con la cabeza.—Nick, tuve un sueño... o más bien, una visita. La Diosa Luna se me apareció.Sus palabras hacen que todo mi cuerpo se tense de inmediato sin saber como carajo reaccionar ante eso.—¿Qué quieres decir con se te apareció? ¿Soñaste con ella?—No fue un sueño, ella se apa
PenelopeHablar con los recién llegados nos dejó exactamente en dónde estábamos. Al parecer ninguno sabe de algún amuleto, collar o lo que sea en dónde Frederick pueda guardar la maga negra, sin embargo todos confirmaron que si la poseía.Y cómo si el bebé pudiera sentir mi tensión hoy, ya con dos meses y medio han llegado las náuseas matutinas por lo que me encuentro devolviendo lo poco que tengo en el estómago mientras que un nervioso Nick me sostiene el cabello.—Peaches, ¿estás segura qué estás bien? Podemos ir a ver a Lila.Lentamente niego con la cabeza y permito que Nick que ayude a ponerme en pie y debo admitir que esto es un poco vergonzoso mientras abro el grifo del lavamanos y me enjuago la boca.—Es normal, son las náuseas del embarazo, creo que el estrés tiene al bebé revuelto.—Estás tomando vitaminas, ¿cierto?Lo primero que hizo Nick al llegar de regreso a la manada fue llenarme de vitaminas, hiervas y demás pociones para el embarazo y creo que lo amé un poquito más en
NicklausLa revelación de Mark sobre el corazón de Frederick me deja helado. Es como si todo lo que sabíamos hasta ahora hubiera sido un simple juego, y las piezas verdaderas del rompecabezas apenas comenzaran a aparecer. El corazón de mi hermano es el amuleto. Miro a Penelope, y veo el mismo miedo reflejado en sus ojos.Pero no hay tiempo para el miedo. Nos hemos comprometido a luchar, y ahora tenemos una pista que podría cambiarlo todo.—Tenemos que movernos rápido —digo, tratando de sonar más seguro de lo que me siento—. Si Frederick se entera de que sabemos esto, estaremos en un peligro aún mayor.Eliot frunce el ceño, visiblemente escéptico.—No puedo creer en esos rumores —dice, cruzando los brazos—. Nadie puede sacarse el corazón y reemplazarlo, ni siquiera el lobo más fuerte.—Puede que no se lo haya sacado —le explico, intentando sonar más racional—. Eso es lo que la gente cree. Pero probablemente ha implantado algo en su pecho que envía magia negra a su corazón y al resto de
PenelopePuedo sentir una leve caricia rozarme la espalda, al tiempo que la mano que reposa en mi vientre empieza a dejar pequeños circulos con los dedos que consiguen que una sonrisa totalmente enamorada se forme en mi rostro.—Buenos días, Nick.—Buenos días, peaches—me dice y mi sonrisa se hace aún más grande cuándo agrega—Buenos días para el bebé o la bebé también.Siento como deja un beso en la parte trasera de mi cabeza y decido que necesito más que solo eso, así que me encargo de girar entre sus brazos hasta que quedamos frente a frente y le regalo una sonrisa grande.—Así está mucho mejor—le digo, consiguiendo una de esas sonrisas que me tienen enamorada y él me la regresa igual de esplendida.Al segundo siguiente siento sus labios sobre los mios y como toda mi piel se eriza de inmediato en respuesta y no dudo en corresponderle.Nos besamos pausadamente, como si el mundo afuera no estuviera de cabeza, cómo si el tiempo no nos estuviera jugando en contra y cuándo nos separamos
NicklausLa noche se despliega ante nosotros como una pesadilla viviente. Los gruñidos y chasquidos de colmillos llenan el aire, y el bosque a nuestro alrededor se convierte en un campo de batalla. Cada movimiento es una danza frenética de supervivencia, y cada golpe que doy resuena con la urgencia de proteger a los que amo.Siento mi corazón latir con fuerza en mi pecho, el instinto de protección hacia Penny y nuestro bebé consumiéndome. La miro cada vez que tengo oportunidad, buscando asegurarme de que está bien, de que está a salvo. Pero ella está allí, rodeada por un halo de energía mágica, repeliendo a uno de los lobos con una destreza que me deja sin aliento.—¡Peaches! —grito, desesperado por saber que está a salvo.Nuestros ojos se encuentran brevemente, y su voz atraviesa el caos.—¡Estoy bien! —responde, su voz fuerte y segura.Es en esos momentos que me doy cuenta de cuán fuerte es realmente. A pesar del peligro, a pesar del miedo que sé que también siente, Penny se enfren
Nicklaus—Hola, alfa exiliado —dice Megara, su voz es suave y peligrosa, cada palabra cargada de un sarcasmo que me pone en alerta—. He estado esperando tu visita.Una oleada de ira se enciende dentro de mí, burbujeando como lava que amenaza con estallar. Me esfuerzo por mantener la calma, pero el mero sonido de su voz me crispa los nervios. Mi mandíbula se tensa, y mis manos se convierten en puños apretados. No puedo dejar que ella vea cuánto me afecta, no puedo dejar que sepa cuánto me preocupa la seguridad de Penny y nuestro bebé. Sus palabras son una burla descarada, y su sonrisa desafiante solo alimenta mi rabia.Sin apartar mis ojos de Megara, le hablo a Penelope, sintiendo su presencia cálida y reconfortante junto a mí.—Peaches, por favor, espérame afuera —digo, tratando de mantener mi voz controlada.—No voy a dejarte solo —responde Penny, su tono es firme y determinado, una mezcla de apoyo y desafío que siempre he admirado en ella. Su lealtad es inquebrantable, pero no puedo
PenelopeLa luz del crepúsculo se filtra a través de las ventanas mientras recorro los pasillos del aquelarre, sintiendo una mezcla de nerviosismo y expectativa. Las paredes están cubiertas de antiguos tapices, y el aire tiene un aroma a hierbas y misterio. El lugar parece estar vivo, susurrando secretos de generaciones pasadas.He dejado a Nick con Megara, confiando en su habilidad para obtener la información que necesitamos. Sin embargo, mi mente no deja de girar en torno a las palabras de la luna hace ya varios días sobre mi linaje. Necesito saber más, nunca antes había sentido tanta afinidad con mi madre o había sentido cercanía con ella, hasta que supe que mi magia era igual a la de ella.Así que, aprovechando que estoy rodeada de hechiceras cómo nunca antes, me dirijo hacia la sala de reuniones del aquelarre, donde varias de las hechiceras más sabias y ancianas se han reunido.Cuando estoy en la puerta levanto la mano para tocar, pero me quedo paralizada cuándo desde adentro me
NicklausSalgo de la habitación en la que estaba interrogando a Megara sintiendo que el corazón me está latiendo a mil por hora.Teníamos razón, Frederick ha insertado un amuleto lleno de magia negra en su propio corazón, haciendo que fluya por sus venas y la maldad lo absorba por completo, lo peor de todo es que de esa manera se vuelve casi invencible, solo la magia blanca, la magia de luz puede ser nuestra esperanza ahora.Camino por los pasillos del aquelarre en busca de Penélope, pero a quién me encuentro es a Blake hablando con Lila y Marcus afuera de una pequeña cabaña que me imagino es la enfermería en dónde tienen a Samuel.—¿Cómo está él?—pregunto nada más llegar y ganándome una mirada interrogante de parte de Blake.Sin embargo, no voy a contarles nada hasta que no estemos con Samuel, él merece enterarse al igual que todos.—Está estable, estamos esperando que nos den la autorización para entrar, pero al parecer ya está mucho mejor.— me dice Blake y luego inclina una ceja en