Solo habían pasado cuatro horas desde que los tres viajeros, se encaminaron a Ganondofort. Se encontraban sedientos y hambrientos, pero no querían malgastar los suministros que tenían. Las gotas de sudor les corrían por la frente, Mia sentía el vapor en cada parte de su cuerpo, se detuvo por el cansancio, necesitaba descansar, se recostó a un árbol y se limpió el sudor de la frente.
Aidan se paró a su lado, colocó su mochila en el suelo y buscó una botella con agua para ofrecerle a la chica.
—Toma, necesitas hidratarte.
—Lo mejor es buscar un refugio, la noche se acerca y los peligros que vienen con ella también —dijo Neahm.
—¿Te sientes mejor? —le preguntó Aidan.
—Sí —dijo recomponiéndose —¿Cuánto falta para llegar?
—Un día, pero solo si nos apresuramos y tenemos suerte de no cruzamos con nada.
—Apenas estamos saliendo del primer sendero que nos lleva al reino, pero debemos estar preparados ya que adentrarnos en el pantano es inevitable —dijo Aidan.
—Solo los dioses saben lo que nos espera ahí, muchos toman ese este camino porque es más rápido, pero pocos salen con vida —Mia no pudo evitar preguntarse qué criaturas habitaban allí que los hacían tan peligrosos.
—¿Puede alguno explicarme entonces por qué cogimos por aquí?
—Es el más rápido —le respondió la banshee —También es la única entrada al reino que no está custodiada por los esbirros del rey.
—Los elfos no se llevan bien con la corona, la única reina que logró tener el apoyo de ellos fue tu madre, nadie sabe cómo, pero obtuvo el respetó de los reyes elfos y por lo que he escuchado, se llevaban muy bien —Mia se preguntó como Aidan sabía tanto de su reino, jamás lo había oído decir algo relacionado a Ganondofort, a pesar de eso no dijo nada.
—Andando no podemos atrasarnos —dijo Neahm.
El camino se veía entorpecido por la gran vegetación que había en el bosque de Cantabria, Aidan era el primero ya que con su propia espada se encargaba de eliminar la maleza que entorpecía el camino. Caminaron por dos horas, hasta que finalmente salieron del frondoso bosque, se podía apreciar como poco a poco la naturaleza iba cambiando, sin duda estaban próximos al pantano Ent.
Esta vez fue Neahm la primera en detenerse, se encontraba exhausta, le dolían los pies de tanto caminar, había olvidado porque odiaba tanto esta entrada al reino, las veces que visitó a su madre en los últimos años había optado por otras vías menos complicadas.
Los peligros que asechaban en aquel lugar eran realmente aterradores, salidos del mismo infierno. Habían cruzado varios anillos de seguridad y se las habían ingeniado para no ser vistos, pero aún faltaba el último y más peligroso.
—Falta muy poco para que anochezca —dijo Mia —debemos movernos rápido, y encontrar un lugar seguro.
—Tienes razón, avanzar será imposible, debemos ocultarnos, estamos a la vista de los depredadores —Mia no entendía porque Neahm tenía tanto afán en esconderse.
—¿Qué tan peligrosos son estos caminos Neahm?
—Cada sendero tiene uno o más anillos de seguridad que no son más que puntos dónde habitan criaturas sumamente peligrosas —respondió y se sentó, necesitaba recuperar el aliento.
—¿Qué hacen aquí, como llegaron, no se supone que aún estamos en el mundo de los humanos?
—Las bestias que viven aquí fueron sacadas del mismo infierno, regalo del mismo Lucifer Morningstar a uno de tus ancestros, el motivo de dicho regalo es desconocido, desde entonces viven en estas tierras para custodiar las entradas al reino, esta era la que utilizaban las especies de otros reinos, por eso es la más peligrosa ya que es la más custodiada —dijo Aidan, quien se dejó caer al lado de la trigueña.
—Respondiendo tu última pregunta ningún humano puede atravesar estos bosques, cuando uno se acerca a estos caminos, siente una gran necesidad de alejarse. En cambio, los seres sobrenaturales no pasamos por ese sentimiento.
—¿Cuántos anillos hemos atravesado?
—Dos y faltan aún tres más —Se quedaron en silencio, cada uno sumergido en sus propios pensamientos.
—Andando —Ordenó la banshee que de pronto se levantó, devolviendo a todos a la realidad —Aidan puedes volar y comprobar dónde estamos, desde las alturas podrás encontrar una zona más segura, con una mejor vista podrías guiarnos.
El ángel asintió y obedeció la petición de la que evidentemente estaba al mando de aquella travesía. Al estar en el aire divisó a lo lejos una cascada, un lugar perfecto para ocultarse, el ruido del agua podía ser utilizado para ocultar cualquier sonido provocado por los tres, además el olor característico del lugar servía para esconder el de ellos.
Veinte minutos tardaron en llegar al hermoso sitio que se encontraba oculto en Cantabria. Mia se acercó a la orilla para refrescarse, Neahm se encargó de revisar el lugar por tierra y Aidan hizo lo mismo del cielo.
—¿Podemos hacer una fogata? Presiento que la noche será fría.
—No, el humo llamaría mucho la atención, nos toca tener la comida fría —La princesa odiaba la idea, pero no protestó. Mirta la cocinera de Skycastle les había preparado emparedados, y varios platos deliciosos para el camino —Revisemos la cascada, muchas veces tienen una cueva secreta, sería el lugar ideal para pasar la noche.
Ambas rodearon la gran roca de donde caía el agua, pero no encontraron nada, Mia se metió en el río para acercase y comprobar si detrás del agua que caía estaba lo que buscaban.
—¡Creo que encontré lo que buscábamos! —exclamó para que las escucharan, justo como Aidan había dicho aquel sitio era perfecto para esconderse.
Aidan aterrizó junto a Neahm y habló:
—Creo que este lugar es muy peligroso, hay muglees por toda la zona —El rostro de la banshee palideció.
El bosque de Cantabria era uno de los sitios más peligrosos del mundo, justamente por la criatura que habitaba en él, nunca sabías donde las encontrarías. Los Cantabrias se encargaban de aterrorizar todo el bosque, hasta dejarlo prácticamente desierto.Son de aspecto horroroso, en ocasiones pueden llegar a ser confundidos con árbol por su gran tamaño, poseen extremidades con unas garras mortíferas capaces de cortar extremidades. La mayoría de las veces estaban en manadas y escapar de ellas era prácticamente imposible. Poseen magia antigua, que en las noches los convierte en bestias.En el pasado habían arrasado con aldeas y ciudades enteras, fueron los elfos los únicos capaces de encerrarlos en el infierno, gracias al poder que tienen para controlar animales de todo tipo. Esa era la razón por la que los Cantabrias vivían cerca de los elfos, ya que solo ellos eran capaces de controlarlos.Tan solo de pensar en aquella criatura Neahm se le erizaba la piel, no deseaba toparse con semejan
La princesa se encontraba con miedo por la situación en la que se encontraban, odiaba admitirlo pero temía por la vida de sus amigos y la de ella, tenía mucha confusión porque no sabía de qué manera actuar, si se equivocaba los pondría a todos en riesgo y perder a Neahm o Aidan era lo último que deseaba. Respiró profundo e intentó alejar esos pensamientos, no podía rendirse tan fácilmente, como tampoco lograría nada reprochándose por cosas que ni siquiera habían pasado.—Ellos saben que estamos aquí, cualquier cosa es mejor que ser devorados —dijo y de pronto resonó un grito terrorífico, los tres se miraron sin saber que decir ¿acaso aquello era un grito de guerra?—¿Qué fue eso? —preguntó Mia usando una voz quebrada.—No lo sé, pero tampoco quiero descubrirlo —La banshee se levantó, tomó su mochila y se acercó a la mestiza, le colocó una mano en el hombro en modo de apoyo, a partir de ese momento solo la elegida podría guiarlos a la salvación o a sus muertes.Mia la miró y tragó sabí
Los primeros rayos de Sol acariciaron el rostro de la princesa, que descansaba recostada a una roca, el agotamiento había sido tan grande que luego de seis horas había quedado profundamente dormida. La chica estaba envuelta con una manta para protegerse del frío invierno.Del otro lado del muro, se encontraban la banshee y el ángel que apenas habían pegado ojo en toda la noche, estaban seguros de que tenía que existir una forma de cruzas pero no podían parar de preguntarse: ¿cómo?Aidan se había rendido de luchar contra algo que no tenía respuesta, en cambio Neahm seguía de insistente en la búsqueda de la forma de cruzar, la banshee había probado de todo y nada había conseguido separar la abertura ni siquiera un poco, por ello estaba segura de que el mecanismo para abrir estaba ligado a alguna roca, parte de la pared o piso del sitio.Las ojeras de la chica estaban bien marcadas, no había pegado ojo y tampoco descansaría hasta saber que Mia estaba a su lado a salvo, Neahm era una bans
Neahm había olvidado mencionarle a Mia que los elfos protegían la entrada de su reino con uñas y dientes, Aidan por su parte sabía lo hostiles que podían llegar a ser aquellas criaturas, por eso había imitado a la banshee desde el momento en que vio a los seres de orejas puntiagudas con sus arcos apuntándoles optó por demostrar que no había malas intenciones con su llegada.Mia en cambio había empezado a sentir algo extraño, de repente se sintió mal, ver a los elfos armados la había sorprendido pero no al punto de desfallecer, sufría un fuerte dolor de cabeza a causa de la voz que escuchaba en su mente aumentaba el volumen, se llevó sus manos a la cabeza como si de esa manera pudiera callarla, pero en su lugar solo aumentó más todavía, era difícil entender que decía, cada palabra era una tortura para ella, sentía miedo por no entender que ocurría, quería gritar pero hacerlo provocaría que los elfos desconfiaran de ellos.Optó por tratar de ignorar el dolor y levantar ambas manos, per
diferencia de la vez anterior Mia no necesitó mucho tiempo para adaptarse a su nuevo poder, esta vez no tuvo extraños sueños, simplemente se sentía como si hubiera tenido la mejor siesta de su vida, se sentía exactamente igual pero un poco más fuerte y ligera, se despertó famélica por lo que se alegro al ver a una elfa en la habitación limpiando, no tendría que ponerse a recorrer los pasillos de un lugar que no conocía. —Hola —La saludó un poco nerviosa—Su majestad —dijo sorprendida la chica, que rápidamente hizo una reverencia —Perdonadme si la he despertado, solo quería limpiar un poco —dijo manteniendo la cabeza baja, a Mia no le gustó de no poder ver el rostro de la elfa.Se levantó y caminó hacia a ella, la tomó de la barbilla con delicadeza e hizo que la mirada de ambas se cruzara, pudo observar a una chica de ojos morados, labios y perfil fino era extraña y a la vez extremadamente hermosa.—Dime ¿Vez alguna corona en mi cabeza?—No —dijo con timidez —pero usted es…—No soy na
Mia no había asistido a muchos bailes en su vida, ni siquiera pudo ir al de su graduación en el mundo mundano, sin embargo, le emocionaba la idea de ir a una fiesta, al final ella era una simple chica que de la noche a la mañana había recibido el peso de mil responsabilidades y cargos que fueron los causantes del giro tan drástico que dio su vida. Tenía claro que se acercaba una guerra, una para la cual no estaba preparada, como reclamaría un trono si ella no tenía nada que ofrecer al reino, ese era su nuevo propósito descubrir que podía ofrecerle a su pueblo, ya había aceptado su destino, solo le quedaba descubrir cómo aprovecharlo al máximo, solo así mantendría su vida lejos de cualquier caos en un futuro incierto.Aidan había pasado a buscar a Mia para llegar juntos al baile, caminar por los pasillos de la mano le hacía viajar en el tiempo a un año atrás, cuando se celebró aquel baile de tradición celestial donde conoció a la gran mayoría de ángeles del mundo, aun luego de un año l
Todos en el palacio de Secoya estaban ansiosos por conocer el motivo del baile que a última hora los reyes invitaron a todos los miembros de la aldea, había rumores de que visitantes extraños e inesperados habían cruzado la barrera que llevaba al mundo de los humanos. Todos tenían distintas teorías sobre lo que en realidad ocurría sin embargo muy pocos estaban en lo cierto. La reina Aaliyah era muy hábil para organizar festividades a último minuto, tenía arte en las decoraciones y a pesar de que todo había ocurrido muy rápido su buen gusto se podía notar en cada rincón del palacio. El gran salón estaba lleno, todos disfrutaban de la buena música, la comida y esperaban ansiosos la llegada de sus líderes, solo así podrían fin a todas las dudas que tenían sobre la gran noticia que les esperaba. Las trompetas sonaron, anunciando la llegado de la realeza a la fiesta,todos los presentes hicieron silencio y observaron la entrada de los anfitriones,la primera en entrar fue la princesa, llev
La fiesta de presentación de Mia había sido un éxito, los habitantes de Secoya se encontraban felices, pero más que eso, sorprendidos por el secreto que la reina se había llevado a su tumba. Era increíble el parecido de la chica con la antigua reina, excepto por el color del cabello cualquiera diría que aquello era un fraude, por el gran parecido con Marissa, pero la prueba de todo lo que explicó el rey se encontraba bailando y sonriendo con cada invitado.Los ojos de la princesa eran exactamente como los de su madre, con ese brillo que la caracterizaba, se notaba que esta nueva etapa la emocionaba, tenía una sonrisa dibujada en el rostro, se sentía como en casa, cada habitante del reino había sido amable con ella, incluso cuando no sabían quién era, por primera vez era ella, sin cadenas, sin secretos, ya no tenía que esconder su verdadero ser, no había presión sobre sus hombres, por primera vez se sentía como en su propio hogar, Ganondoford era exactamente como le habían descrito.Ai