Kelly me mira sorprendida por lo que acabo de decir. Es súper precipitado de mi parte, pero no quiero esperar más, ella es bonita, y se ve que sus genes y los míos harán un bebé precioso. Sin embargo, he notado su negativa hacia mí. Y sé que es mi puta culpa, por ser tan imbécil, y tratarla tan mal.
—Este...no sé, yo he dicho que le diría mi respuesta. —Alega nerviosa a su defensa.
—Ya no puedo esperar más.— está sorprendida y también presionada, y es lo que quiero infligir con ella para que me dé una respuesta definitiva y rápida.
—No le he dicho a mis padres, y creo que esta mentira no se la van a creer, señor. —dice preocupada. Me gusta su cabello rubio, es tan linda.
—No hace falta que le des explicaciones a tus papás, ya no vives con ellos. —La estoy tratando de convencer, y haré todo para lograrlo.
Ella siempre ha sido un objetivo para alcanzar.
—Es complicado —Dice.
—Nada es complicado, la complicada eres tú.
—Si es complicado, porque no me quiero casar con alguien que ni siquiera me quiere, ni yo a él. —Confiesa.
—Por favor necesito de tu ayuda.-La presiono-Perderé mitad de la empresa por tu culpa -Me doy la vuelta y empiezo a caminar, pero me detiene y me dice con voz cargada de tensión.
—Acepto.—¡Me ha dado su repuesta! Me vuelvo hacia ella y la miro.
—Pasa a mi despacho, por favor —espero que no se note mi emoción.
Ella con dificultad lo hace. Le hago un gesto para que tome asiento y yo hago lo mismo.
—Te di la copia del contrato, ahora hace falta de firmar el original. Ese "acepto" engloba dos cosas; el bebé y el matrimonio, ¿lo sabes no?—Ella con los ojos muy abiertos asiente con la cabeza.
—Quiero hacer las cosas lo más antes posibles porque debo de presentar la prueba de embarazo antes de que termine el mes. Estamos casi por terminar el mes, faltan 16 días para que se acabe. Y necesitamos que empecemos con lo del bebé, eso es lo que me urge, pero también el matrimonio. —Digo serio.
—Sí, pero necesito que vayas con mi familia y que el matrimonio sea formal. —Pide nerviosa.
—Iré esta noche. —digo rápidamente.
—Está bien. Les diré ahora mismo para ello. No sé como se lo van a tomar mis papás.—está nerviosa.
—Ya veremos que pasa. Espero y todo nos salga bien.— Admito.
Ella sale e inmediatamente toma su móvil y marca un número. Ella habla, su lenguaje corporal dice todo: está nerviosa. Yo en el fondo también lo estoy.
—Buenos días, licenciado. En dos semanas llevaré la prueba de embarazo y el acta de matrimonio. —Digo victorioso, el licenciado de mi padre; cuando leyó el testamento, juró que no recibiría la herencia. Pero se ha equivocado.
—Recuerda que también se necesitarán las pruebas de paternidad. —Gesticula.
—No hay problema. Le aseguro que se las llevaré, yo se las llevaré personalmente. —cuelgo como un maleducado y sonrío. Todo va como yo quería.
Apago mi ordenador y salgo de mi despacho. Kelly aún sigue trabajando.
—¿A qué hora te parece? —Le pregunto.
—Eh... les dije a mis padres que llegaría a las 8.30,a mi mamá no le pareció porque es muy tarde para cenar pero claudicó. —me explica.
—Paso por ti a las 7.35— digo finalmente.
—¿Te doy mi dirección? —Pregunta inocente.
—Ya la sé. —mi respuesta la sorprende totalmente.
Un rato después en casa, como una poca de fruta y me doy una larga y refrescante ducha que me aclara la mente. Voy directo a mi vestidor; ¿es una cena formal? ¿Informal?
Decido llamar a Kelly.
—¿Debo de ir de traje o de jeans?— pregunto en cuanto me toma la llamada.
—Eres un hombre con un sentido de la moda espectacular, no entiendo por qué me preguntas, pero poco de los dos. No seas tan formal ni tan informal. —Dice.
—Gracias, me has dejado igual. —Espeto.
—Perdón, lleva traje, pero sin corbata. Eso hará que te veas menos formal y no seas tan pulcro, —Me aconseja.
— muchas gracias, lo tomaré en cuenta, nos vemos al rato— Digo normal.
Hago lo que le pide. Escojo un traje negro y una camisa blanca, como un pingüino. Me miro al espejo y sé que sin querer hoy voy a dar un paso muy grande en mi vida. Paso por mi cava y de ella saco un vino para llevarlo a la casa de Kelly. Tomo las llaves de mi nuevo juguete; mi BMW F06 M6 me espera en mi garaje, listo para ser conducido. Entro en él y consulto mi reloj, voy muy temprano y así podré pasar por la floristería para comprar rosas para la mamá de Kelly y ella. Lo malo es que no sé qué comprar ni los gustos de Kelly. Por lo que me quiebro la cabeza pensando. Así que pido que me elaboren un arreglo floral con todas las flores que tienen; el floretista me dice que costará caro, pero no le importa; con la ayuda de Kelly recibiré más de lo que unas simples flores pueden costar. Millones y millones.
20 minutos después estoy enfrente de la verja del edificio de Kelly. La llamo por él interpone y ella tarda en contestar.
—Ya estoy abajo, te espero.
—Voy— Dice angustiada.
Cinco minutos después, Kelly aparece con un vestido negro que se entalla perfecto a todo su cuerpo; casi siempre va a la oficina con pantalones. Nunca con falda o vestido, y sin mucho maquillaje; eso me hace creer que se ha puesto guapa para la ocasión.
Sin lugar a dudas, Kelly es muy guapa. Nunca lo dudé; sin embargo, mi papá me prohibió acercarme a ella, no quería que jugara con ella y en cuanto recibí mi cargo la cambié de área, pero mi papá monto en cólera.—Hola— La saludo.
—Señor— saluda con pena, vamos...
—Me puedes llamar Barry, por favor —pido
—Barry— corrige.
—vámonos. —yo, como todo caballero, le abro la puerta de mi automóvil, lo rodeo; me siento y me abrocho el cinturón de seguridad.
—No sabía que tenías este auto— pero que ingenua, ¿en verdad creía que solo tenía uno?
—El Jeep es para mi rutina diaria, y este precioso acaba de llegar apenas la semana pasada. Hoy es el primer día que lo manejo —admito. Desde este momento los dos nos callamos y ella solo me habla para indicaciones sobre cómo llegar a la casa de sus padres.
Ella me ha explicado detalladamente que les tenía una sorpresa y que no les mencionó nada sobre la situación ni de mí. Le comento lo de las flores y ella me dice que si he estado investigado a su familia; porque casualmente la mamá de Kelly le encantan las flores y tiene un jardín que ama. Sin lugar a duda quedaré muy bien con mi futura suegra.
—¿Listo?—Le pregunta nerviosa.
—Si, Kelly. Vamos y sígueme la corriente. —Digo.
—Y tu igual a mí. —antes de que la puerta se abra yo la tomo de la mano para que no piensen cosas extrañas.
—Santo dios.— exclama la señora que nos abre la puerta.
—Mamá —la saluda Kelly. En ese instante tomo el arreglo floral y se lo entrego y esta se sorprende.
—Oh gracias, muchacho. :me agradece.
—¿Pero qué haces aquí, Barry?— me pregunta el papá de Kelly.
—Tenemos una sorpresa —Consigo decir con una pequeña sonrisa. Entonces Albert mira nuestras manos y su cara es todo un maldito poema.
—¿Ustedes están juntos? —Pregunta desconcertado.
—Sí —contesta por mí.
Aún estando fuera de la casa digo:-Les venimos a dar unas cuantas sorpresas.
—Bueno, pues pasen, que ya las quiero oír-Dice la mamá de Kelly. Me parece que se llama Carlota
—Kelly...—Saluda uno de sus hermanos, nunca los he visto ni los conozco, pero sé que son gemelos y hay uno normal; ya que un día escuché una plática con mi papá y Albert.
—Denis— Lo saluda el tal Denis me mira de arriba a abajo. —Te presento a mi novio.— Me presenta.
—Barry Freeman.— Saludo.
—Denis Parker —Regresa el saludo igual de frío que yo.
—Vengan, ¿quieren cenar primero o hablar? -Interviene Carlota.
—Hablar —Contestamos los tres: Denis, Kelly y yo. Desde luego que sus hermanos son muy protectores con ella.
—¿A qué hora llegan Steve y Dale?— Pregunta Kelly.
—No tardan. —Yo, que aún sigo sujetando a Kelly, digo: —hemos venido a dar un par de noticias.
—Dime que no estás embarazada —sisea Denis.
—Claro que no —Le están sudando las manos a montones.
—¡Denis!— Grita horrorizada Carlota.
—¡Ya llegamos, mamá! —Grita un chico de aproximadamente 17 o más años. Y de tras de él viene el otro gemelo.
—Buenas noches —saludo. Todo esto es muy, muy incómodo.
Cinco minutos después todos estamos sentados en la pequeña sala de estar. Kelly y yo estamos en el sillón de en medio, mientras todos nos miran.
—Familia... les quiero decir... que Barry y yo nos queremos casar... —Dice con dificultad Kelly. Carlota la mira sorprendida mientras todos los hombres de la casa me miran a mí con el ceño fruncido.-Ustedes no lo sabían, pero Barry y yo llevamos casi siete meses juntos.
—A punto de cumplir los ocho— La apoyo.
—¿Y eso no es muy pronto? —Pregunta Dale.
—Sí, pero no queremos esperar.— Interviene mi futura esposa.
—Albert, tú me conoces. No tengo adicciones ni problemas y conmigo, a Kelly no le va a faltar nada. -—Explico con cuidado.
—¿Ya tienen fecha?— Nos pregunta Carlota.
—Sí, en dos semanas. Ya lo estábamos planeando desde hace tiempo y solo se los quería decir para tener todo su apoyo.-responde por mí la chica.
—Kelly, cielo... Por mí, está perfecto. Tienen todo mi apoyo.— Carlota nos mira con cariño. Ojalá mi mamá me quisiera así.
—No se pueden casar así de rápido. Eso es muy raro.—Dice Denis que me trae entre ceja y ceja.
—Estás embarazada, por eso es la urgencia. -—o apoya Dale.
—Tranquilos chicos, su hermana es demasiado mayorcita para decidir lo que quiere, ¿entendido?— los regaña Albert—También tienen mi apoyo.
—Y el mío— dice el menor.
—¡Entonces en dos semanas hay boda!-Se emociona Carlota.
La cena estuvo muy buena, y el sabor me hizo recordar a la manera de cocinar de mi abuela paterna. Ella era maravillosa. Todos mis familiares me han dejado, y, sin embargo, ahora estoy apuntó de empezar a constituir mi propia familia. —Nos tenemos que ir.—Anuncio. —Sí, los estaré visitando a menudo, lo juro.—se despide Kelly. Tomados de las manos, salimos, y nos dirijamos hacia mi auto. —Todo estuvo muy ameno.—digo mirándola. —Le caíste muy bien a mi mamá—pronuncia alegre—, pero no a los gemelos. Dales tiempo, son muy protectores. —No me importa, para mí es muy importante que tenga la aprobación de tus padres, —hago una pausa y digo:—Kelly, necesito que empecemos a trabajar con el bebé. —El solo hecho de decir “a trabajar” ha puesto a la pequeña Kelly roja de las mejillas, ¡se ha sonrojado! —Mañana. ¿Por qué no vamos a algún lugar para tener el bebé científicamente? —La idea de tener sexo conmigo, ¿en verdad es repugnante? —No. El tiempo no nos sobra y lo sabes. —le digo. —Bue
Ayer fue un día de cosas nuevas, muchísimas cosas. Por primera vez tuve sexo, eso es solo sexo, porque no hay sentimientos de por medio; sin embargo, fue bueno. Me causo un poco de miedo, pero ya no tengo tanta vergüenza, pero aún me sigue intimidando la manera en la que nos ven todos en la oficina. Yo tomo mi puesto y rápidamente me pongo a hacer mis deberes. Llamadas y citas agendadas, todo eso me pone de malas y hace que me duela la cabeza, por tanto trabajo el tiempo se me pasa volando, vamos Kelly, aguanta, ya casi hay vacaciones. Unas merecidas vacaciones. —Kelly, ¿quieres ir a comer?— Barry me mira curioso. — Ehhh gracias, de hecho ya estaba por irme— le digo a modo de respuesta. —Pues vamos entonces.— me dice, caminamos separados entre los pasillos de la oficina, me siento observada por todos y todas, llegar al estacionamiento es un alivio para mí, subo a su coche y me abrocho el cinturón de seguridad. —¿Qué te gustaría comer?— dice sin mientras se incorpora al tránsito de
—Bueno, en ese caso... Nos tenemos que poner a trabajar para obtener ese positivo. —Me dice levantando la mirada para observarme. —Está bien —consigo decir. Aún no me puedo borrar de la mente, la manera en que sus manos me recorrían el cuerpo, sus besos y sus caricias.—nos vemos luego —salgo de su despacho para hacer mi trabajo. Papá me llama en el transcurso de la tarde, y me dice que ya ha hecho difundir mi compromiso. También me pregunta de como van los preparativos de la boda. Él piensa que esto ya está más que planeado, pero la verdad es que no. Me lo quito diciéndole que una organizadora es la encargada de todo y que aún no me ha avisado nada. —¿Nos vamos?—oigo que Barry pregunta. —Oh sí, solo hago cierto esto y esto —cierro unos documentos en mi ordenador y digo: —Listo, ahora sí, vámonos. Los dos salimos juntos del edificio y nos subimos a su automóvil, que por cierto es el Jeep. —¿A tu casa o a la mía? —me pregunta. —A... la tuya—digo avergonzada. Si me pagaran por ser
BARRY La noche anterior Kelly se comportó un poco ausente como si algo le molestara o le faltara. Me puse a repasar todo, desde los detalles hasta lo que pasaría después y lo tuve claro, creo que a ella le hubiera gustado casarse por la iglesia y tener Luna de Miel cómo en las películas románticas. Para decir verdad nuestra boda será normal, que falte el lado religioso, no me molesta en nada, veamos, habrá recepción para los invitados, su vestido blanco y todas esas cosas. Pero siento que algo que falta: el anillo de compromiso. Me levanto de la cama dispuesto a ir a una joyería, cosa que por supuesto hago, pido que me muestren anillos de todos los tipos, desde los extravagantes hasta los más sencillos, m****a, no sé la medida del dedo de Kelly, repaso en mi mente como es que se siente su mano, tiene una mano pequeña, pero delgada, probaré suerte con algunos. La señorita trae unos "especiales" de poca demanda por su precio, pero únicos en todo el mundo, están demasiados lindos, hay
¡La boda es mañana! Mi mamá está tan estresada que en cualquier momento se desmaya y bueno, mis hermanos están inconformes a excepción de Steve, él está feliz por mí, pero yo no tanto ¿Y si mi vida con Barry es mala? Mi mamá me truena los dedos enfrente de la cara, automáticamente le pongo atención.—A dormir mi niña, debes de estar descansada para el día de mañana, para tu boda.— mi mamá está en mi departamento, vendrá por la mañana con toda mi familia para ayudar y volverse locos.—Adiós hermana— Steve me da un beso en la coronilla de la cabeza, mientras los mastodontes de los gemelos nos miran e ignoran la situación.—Adiós, te quiero, gracias por el apoyo —recalco lo de apoyo para que los gemelos reaccionen.— Adiós, papá— me despido de él con un abrazo.— Adiós, chicos. —Les digo adiós con la mano para evitar abrazarlos, ¡que ya se les quite la pataleta! ¡Imbéciles! ¿Cómo es posible que no puedan aprobar a mi futuro esposo?Cierro la puerta y me desplomo en mi feo sillón, dejo escap
Tomo mi copa de ron. Quiero relajarme, hoy Kelly se casa conmigo. Hoy será mi esposa. Estar sólo en este paso de mi vida, aunque sea sólo un maldito contrato, me duele el hecho de que mi madre sólo viniera por los chismes y para quitarme el dinero que me dejó mi papá, y no porque ella me quisiera y se interesara por mí.La familia de Kelly me ha incluido ahora como un hijo más, pero eso qué, no puedo tener a mi verdadera familia, porque constantemente me están rechazando, tanto cómo mi mamá y su familia, soy su hijo, no sé porque me odian. Respiro hondo, tengo puesto mi traje gris y mi corbata color vino o no sé como se llama, creo que es sangría pero para mi todo es lo mismo. Ajusto mi corbata por enésima vez. ¿Por qué no elegí a Gaby? A ella la quería, sólo un poco pero la quería, y a Kelly no, es más, la llegue a odiar. Mi papá la miraba como a una hija, y en ese aspecto era muy celoso porque estaba necesitado de cariño por parte de mis familiares.Camino
—¿Qué? Hoy te casas, ¿no?—la confusión de Ben es notable. —¿Si o no?— no quiero dar explicaciones. —¿Escaparte conmigo? Kelly reacciona, hoy es tu boda. —No estoy feliz por ello, no después de saber la verdad. —Piénsalo bien, Kelly, si te vas conmigo ya no habrá marcha atrás. —dice un poco enfadado. —¿Kelly, mi vida puedo pasar?— pregunta mi mamá detrás de la puerta. —Nos vemos en mi departamento en media hora.— Sentencio. —¡Un momento! –Las cosas me caen como balde de agua con hielos. Camino hacia la puerta con temor, pero finalmente abro la puerta. —Pero que cosas, hija, aún no te has puesto el vestido. —Mamá, no me lo quiero poner, además tú me dijiste que tú me ayudarías.— Me quejo. —¿Qué? ¡Kelly no digas tonterías! Los nervios traicionan— Sonríe mi mamá sin comprender. —No me quiero casar— confieso —¡Ay niña! Que locuras dices ¡Solo apresúrate!— me da un beso en la mejilla y sale de la habitación como si nada. Tomo mi bolso y busco la ropa del día anterior, tengo
Ahí viene la que se pretendía escapar...Después de la boda por el civil, como toda fiesta, en la recepción, eramos el centro de atención. La mamá de Kelly vino hacia mí en varias ocasiones, preguntándome si me pasaba algo, que por qué era la cara de desagrado, pero no diría nada de lo sucedido, no podía porque ante todos Kelly me ama.—Barry, por favor... —Empieza a decir Kelly.— Perdón... ¿Quiere...—Olvidalo— la corto.—Pero, Barry, escuchame —pide.—No voy a hablar de esto ahora —gruño.—Tan siquiera, quita esa cara de desprecio hacía mí, por favor. —Se cruza de brazos ofendida.—Oye, Kelly, en parece de muy mal gusto que te enojes tú, cuando tú eres la que me deberías estar pidiendo perdón.— Susurro.—¡Ya es hora de bailar el vals! —Grita emocionada la mamá de Kelly, y una de sus amigas. Señora, no haga que la odie, como a su hija.—Vamos, Barry.— Dice Kelley mirándome con esperanza de que no haga una cosa rara, como n