Tomo mi copa de ron. Quiero relajarme, hoy Kelly se casa conmigo. Hoy será mi esposa. Estar sólo en este paso de mi vida, aunque sea sólo un maldito contrato, me duele el hecho de que mi madre sólo viniera por los chismes y para quitarme el dinero que me dejó mi papá, y no porque ella me quisiera y se interesara por mí.
La familia de Kelly me ha incluido ahora como un hijo más, pero eso qué, no puedo tener a mi verdadera familia, porque constantemente me están rechazando, tanto cómo mi mamá y su familia, soy su hijo, no sé porque me odian. Respiro hondo, tengo puesto mi traje gris y mi corbata color vino o no sé como se llama, creo que es sangría pero para mi todo es lo mismo. Ajusto mi corbata por enésima vez. ¿Por qué no elegí a Gaby? A ella la quería, sólo un poco pero la quería, y a Kelly no, es más, la llegue a odiar. Mi papá la miraba como a una hija, y en ese aspecto era muy celoso porque estaba necesitado de cariño por parte de mis familiares.
Camino
—¿Qué? Hoy te casas, ¿no?—la confusión de Ben es notable. —¿Si o no?— no quiero dar explicaciones. —¿Escaparte conmigo? Kelly reacciona, hoy es tu boda. —No estoy feliz por ello, no después de saber la verdad. —Piénsalo bien, Kelly, si te vas conmigo ya no habrá marcha atrás. —dice un poco enfadado. —¿Kelly, mi vida puedo pasar?— pregunta mi mamá detrás de la puerta. —Nos vemos en mi departamento en media hora.— Sentencio. —¡Un momento! –Las cosas me caen como balde de agua con hielos. Camino hacia la puerta con temor, pero finalmente abro la puerta. —Pero que cosas, hija, aún no te has puesto el vestido. —Mamá, no me lo quiero poner, además tú me dijiste que tú me ayudarías.— Me quejo. —¿Qué? ¡Kelly no digas tonterías! Los nervios traicionan— Sonríe mi mamá sin comprender. —No me quiero casar— confieso —¡Ay niña! Que locuras dices ¡Solo apresúrate!— me da un beso en la mejilla y sale de la habitación como si nada. Tomo mi bolso y busco la ropa del día anterior, tengo
Ahí viene la que se pretendía escapar...Después de la boda por el civil, como toda fiesta, en la recepción, eramos el centro de atención. La mamá de Kelly vino hacia mí en varias ocasiones, preguntándome si me pasaba algo, que por qué era la cara de desagrado, pero no diría nada de lo sucedido, no podía porque ante todos Kelly me ama.—Barry, por favor... —Empieza a decir Kelly.— Perdón... ¿Quiere...—Olvidalo— la corto.—Pero, Barry, escuchame —pide.—No voy a hablar de esto ahora —gruño.—Tan siquiera, quita esa cara de desprecio hacía mí, por favor. —Se cruza de brazos ofendida.—Oye, Kelly, en parece de muy mal gusto que te enojes tú, cuando tú eres la que me deberías estar pidiendo perdón.— Susurro.—¡Ya es hora de bailar el vals! —Grita emocionada la mamá de Kelly, y una de sus amigas. Señora, no haga que la odie, como a su hija.—Vamos, Barry.— Dice Kelley mirándome con esperanza de que no haga una cosa rara, como n
Kelly duerme plácidamente en la cama, yo miro como duerme, su pecho subir y bajar, sus labios entreabiertos, su mejilla aplastada contra la almohada, sus ojos casi abiertos, entonces me doy cuenta de que Gabriela hacía lo mismo, recuerdo cuando un día, después de haber tenido sexo, se quedó a dormir conmigo, y cuando desperté, lo primero que vi fue a ella, mirándome fijamente, observándome.¿De eso se trata el amor? ¿De mirar a la persona que quieres, que amas solo por gusto? ¿De observar sus detalles? ¿De saber hasta su más mínimo miedo? Entonces Gabriela, si me quería, Gabriela me amaba.Salgo de la habitación, y me encamino a mi despacho, ahí busco aquel disco que me regaló ella cuando ya teníamos 3 meses de conocernos. Nunca lo escuché, nunca me di la verdadera importancia de saber cuál era su contenido. Sin embargo, ahora tampoco lo haré, no es como si ganara o cambiara algo.Tomo mi móvil, que aún tengo en mi bolsillo del pantalón, y marco el número de Gabriela. No tarda nada en
La verdad nunca me han gustado los domingos por la tarde, literalmente los odio, casi siempre las calles están desiertas, hay poco movimiento y el día casi siempre está de flojera, y eso estando en mi apartamento, pero la verdad que estar en la casa de Barry me resulta aún más nefasto y aburrido. En realidad, sólo estoy dando vueltas de aquí para allá en la habitación que me asignaron.No tengo a mi Pinky, y la extraño demasiado, aunque sé que mi mamá la estará cuidando de maravilla, pero la quiero aquí, para que me ponga de mejores ánimos. Es lo único que me hace feliz. Mi mascota me hace vivir. Miro por la ventana por enésima vez, me resulta doloroso no poder salir, bueno si puedo, pero no quiero por Barry, no quiero que me od
Creo y se me hacía muy justo poder descansar otro poco, porque el sábado fue mi boda, y hoy es lunes, se suponía que ahora mismo estaríamos de Luna de "miel" sin embargo, ahora mismo estoy en una cama más grande que la sala de estar de mi antiguo departamento, que por cierto tiene mis cosas dentro aún, no quiero sacar nada, ni me mudaré completamente a esta casa gigante, porque cuando acabe la farsa, pues obviamente me iré a casa, pero con la diferencia de que también vendrá un pequeño o pequeña conmigo, creo que el aburrimiento puede conmigo, la verdad es que solo le falta acostumbrarme a esta vida de buenos privilegios y de descanso, si me lo merezco. A parto de mi cuerpo, las sábanas, son las nueve de la mañana y necesito un poco de ejercicio, Barry tiene un gimnasio integrado, así que supongo puedo usar, o a menos que está embarazada, si hago las cuentas, van más de 5 veces que Barry y yo, pues... Tranquila Kelly, no te pongas nerviosa. Entro al vestidor y busco uno de mis pantal
Soy un imbécil, soy un imbécil. No tuve que comportarme así; solo tenía que escucharla. Ahora mismo me encuentro en mi gran cama, mirando el techo y meditando sobre lo que ha pasado esta tarde, mi semana no pudo empezar mejor. Vaya, m****a, y todo por mi imprudencia, no quiero que Kelly piense que estoy interesado por ella más allá del contrato; solo que no quiero que mi hijo pueda ser de alguien más, no cuando Kelly ya está casada conmigo, por lo tanto, es mía, el contrato lo dice, y así debe ser. No voy a permitir que Kelly arruine mi herencia solo porque ha decidido acostarse con alguien más, no lo permitiré, de mí depende mi futuro y en parte de ella también.El sonido de mi móvil me saca de mis pensamientos, lo tomo y desbloqueo la pantalla para mirar el mensaje:"Buenas noches, Barry, te quiero mucho, espero y hoy hayas tenido un buen día" Creo que tengo tatuadas las palabras: soy un imbécil, en la frente, ¿por qué no pude evitarme problemas y disgustos? ¿Por qué no le pedí a Gab
Cuando vi a Barry entrar a su despacho tan sumido de la realidad, tan distraído y tan pero tan pálido lo único que pensé fue que algo andaba mal, iba mirando un sobre. Verlo así, tan cansado y derrotado me duele un montón, creo que los dos podemos ser amigos, unos buenos amigos.-¿Te encuentras mejor?-Le pregunto removiéndome un poco, estar en tirada en el suelo no es nada cómodo, él se aferra a mí como si fuera un salvavidas, creo que venir y darle mi apoyo fue lo mejor que pude haber hecho.Quince minutos más tarde Barry por fin se recompone, quita su rostro de mi cuello y se limpia los restos de lágrimas de la cara, mi mira avergonzado, pero me mira a los ojos con un sentimiento puro.-Hola.-Susurra tiernamente.-Hola, Barry.-Le toco el cabello con cariño, como una vez lo hice con mi hermano menor. Se queda callado pero no se aleja ante mi tacto.-¿Ésta es la reconciliación?-¿Por qué no llegaste a casa-Pregunta aún con los ojos con
-¿Qué es lo que pasa Gabriela? -susurro fastidiado, con un gran cansancio encima.-No pasa nada, ¿pero sabes que sí pasa? -muevo la cabeza en negación. -Todo el tiempo me la paso llorando, pensando en ti, pero tú, tú me olvidas con esa maldita zorra que tienes por esposa.-Escucha Gabriela, estoy harto de mi vida, de las decisiones que he tomado en mi puta vida, estoy harto de todo, de mí, de Kelly, de ti. Ella es mi esposa, tal vez no la quiera, pero tan al menos le debo de dar su lugar. No ante la sociedad y los demás si no ante ti. Sí, fue y es mi secretaria, pero ahora es mi compañera. Ahora si me disculpas, tengo que ir a ver que le pasa, adiós Gabriela. -me quedo de pie mirándola, esperando a que ella salga por sí sola de mi despacho, pero no lo hace.-¿eso es lo que vas a hacer? ¿desecharme de tu vida? ¿eso es todo?-Ya Gabriela, sin dramas. Te quiero, y por eso no te haré más daño.-paso una mano por mi rostro exasperado.-Bien, me marcho.-Se da