Intento levantarme pero cuando creo que lo consigo, Preppy agarra mis caderas con fuerza y me baja de golpe, haciendo que chille.
—Lo siento, pero es que no quiero que esa vea mi verga, cúbrela con tu coño un momento —susurra en mi oído.
—Yo… lo… siento… solo… es que Lea me ha pedido que les ofrezca esto como ofrenda de paz y…
Balbucea y Preppy me hace mover las caderas, sigue tan duro y enorme, que siento su palpitar en mi interior.
—¿Y también te dijo que nos vieras coger? —replica—. Largo, putita.
Oculto mí sonrisa y ella murmura una disculpa miserable.
Devuelvo todo lo que ingerí, el ácido estomacal me quema la garganta y Preppy recoge mi cabello sobando mi espalda.—Genial Junior —murmura mi esposo—. Hoy no habrá sexo en la noche.Bufa y sonrío. Termino y se asegura que esté bien, luego sale a regañadientes porque odia dejarme sola. Tiempo que uso para darme una buena ducha, me pongo unos shorts cortos de tela que uso como pijama, una blusa de tirantes sin sostén, últimamente me han dolido los pechos y me siento sensible. Acomodo nuestra ropa mirando mi anillo de compromiso, hasta que alguien toca a mi puerta.—Adelante.La puerta se abre y giro pensando que quizá se trate de Mandy o Lea, pero no
PREPPYPasado...Las callejuelas me dan miedo, pero me lo trago,convenciéndomede que todo ese millar de emociones solo me hace débil, y no me lo puedo permitir, soy lo único que tieneLany, mi hermanita menor, hoy es un día en el que no tuve suerte en encontrar lo que buscaba, la gente merehúyecada que me acerco a ellos con la intención de ayudarles a cargas sus compras o cualquier cosa que me asegurara que me darán algunas monedas para comprar la medicina que necesitaLany. Lleva tres días con temperatura y no le baja, en la pequeña farmacia no quisieron ayudarla cuando la llevé, argumentando que mi padre les deb&iac
Presente.El ruido de los relámpagos me hace abrir los ojos, mis brazos están rodeando el cuerpo de Ariel, mi fuerza es tanta, que su espalda parece incrustada a mi pecho, inundo mi nariz entre la curvatura de su cuello y su olor a lavanda me la pone dura, mi mujer, mi esposa, y pronto por la ley criminal. Esto no me iba a detener en mis planes, desde que la vi en aquel parque con la nariz ensangrentada, sus ojos fueron las cadenas que me ataron a su infierno.Eran las tres de la madrugada, cuando estoy con ella nunca tengo pesadillas, aún faltan muchas cosas que conozca de mí, y yo de ella, estoy seguro, pero para eso hay demasiado tiempo, ahora lo único que me preocupa es el hecho de que está esperando un hijo mío, que tiene un precio, y que nada ni nadie los va a tocar
ARIELHa pasado una noche desde que Enzo y Barclay se fueron con Jessica, y sinceramente ha sido la mejor decisión tomada, no soy idiota y sé que se quería follar a Preppy. Confío en él pero no en las zorras. Alzo la mirada y mi vientre se nota ya solo un poco abultado, no puedo evitar sonreír y dejar que el deseo por tener a mi bebé entre mis brazos, me llene, jamás imaginé tener un marido y una familia propia, nunca la tuve. Pero estoy segura de que mi hijo tendrá a los padres más catastróficos del universo, aunque debe estar seguro de que lo amamos más que a nada en el mundo y eso basta.Reviso mi cuello, el cual está cubierto por pequeñas marcas que me dejó Preppy por la madrugada, no ha parado de trabajar
No respondo, mi silencio es su respuesta a mi enfado, toma mi mano entrelazando nuestros dedos, y me obliga a hacer lo que dice.—Dios, ustedes sí que son calientes —dice Mandy con una sonrisa de oreja a oreja.Caminamos de la mano hasta bajar al vestíbulo, en donde está una pelirroja de ojos azules que en cuanto mira a Preppy, una enorme sonrisa se dibuja en sus labios, corre hacia el apartándome de pronto y envolviendo sus brazos alrededor de su cuello, lo peor… Es que él recibe lo que le da y puedo ver una ligera sonrisa esbozada en sus labios.—¡Preppy! Te extrañé…Estoy a punto de girar para largarme, cuando él me toma del brazo y me est
PREPPY—¿Hablas en serio? —me cuestiona Enzo a través de la línea telefónica.Observo la espalda desnuda de Ariel, está dormida de lado, terminó agotada de tanta cogida, que duerme como un maldito ángel. Detallo su rostro, es malditamente hermosa, tanto, que muero por besarla una o dos horas, morder y jugar con su lengua. Sus pechos son exquisitos, han aumentado dos tallas y sus pezones rosados y erectos me hacen salivar.—¿Estás ahí?Espabilo cubriendo su cuerpo desnudo con la sábana.—Sí, ¿cuándo he mentido con algo respecto a eso? —me pon
—Soy un niño, pero sé diferenciar lo que le conviene a mi hermana, y eso es Duncan, a tu lado solo serán desgracias —recita el mocoso mientras lo cargo y lo llevo hasta un de las celadas de la mazmorra.—Duncan es un muerto viviente, si sigue respirando es porque así lo quiero, ahora mejor no molestes —lo lanzo hacia una de las celdas y cierro enseguida.El mocoso no corre, solo se aleja hasta la oscuridad de un rincón, me mira con un odio que no compartimos porque él no tiene la culpa de ser como es, fue Arcadia que bajo su sed de poder lo hizo a su imagen y semejanza. Cruzamos una última mirada y giro sobre mis talones sin decir nada más, paso nuevamente por un enorme costal de moras y me llevo algunas a la boca, no saben tan mal, llego a la habitaci&oacut
ARIELMis ojos grises no dejan de reparar en el niño que tiene un enorme parecido a mí, sus ojos son como los míos, su cabello rubio caramelo me causa una opresión en el pecho y él me mira de un modo que no me gusta, lleno de hostilidad.—No me mires así —dice sin apartar la mirada de mí.—¿Así, cómo? —no me gusta vidrio detrás de estas rejas y le recrimino todo a nuestra madre.—Como si me odiaras —su mirada se ensombrece.Poco a poco sale de su escondite y poco a poco, a paso lento pero seguro, se acerca hasta donde estoy, es un niño, pero Arcadia