No respondo, mi silencio es su respuesta a mi enfado, toma mi mano entrelazando nuestros dedos, y me obliga a hacer lo que dice.
—Dios, ustedes sí que son calientes —dice Mandy con una sonrisa de oreja a oreja.
Caminamos de la mano hasta bajar al vestíbulo, en donde está una pelirroja de ojos azules que en cuanto mira a Preppy, una enorme sonrisa se dibuja en sus labios, corre hacia el apartándome de pronto y envolviendo sus brazos alrededor de su cuello, lo peor… Es que él recibe lo que le da y puedo ver una ligera sonrisa esbozada en sus labios.
—¡Preppy! Te extrañé…
Estoy a punto de girar para largarme, cuando él me toma del brazo y me est
PREPPY—¿Hablas en serio? —me cuestiona Enzo a través de la línea telefónica.Observo la espalda desnuda de Ariel, está dormida de lado, terminó agotada de tanta cogida, que duerme como un maldito ángel. Detallo su rostro, es malditamente hermosa, tanto, que muero por besarla una o dos horas, morder y jugar con su lengua. Sus pechos son exquisitos, han aumentado dos tallas y sus pezones rosados y erectos me hacen salivar.—¿Estás ahí?Espabilo cubriendo su cuerpo desnudo con la sábana.—Sí, ¿cuándo he mentido con algo respecto a eso? —me pon
—Soy un niño, pero sé diferenciar lo que le conviene a mi hermana, y eso es Duncan, a tu lado solo serán desgracias —recita el mocoso mientras lo cargo y lo llevo hasta un de las celadas de la mazmorra.—Duncan es un muerto viviente, si sigue respirando es porque así lo quiero, ahora mejor no molestes —lo lanzo hacia una de las celdas y cierro enseguida.El mocoso no corre, solo se aleja hasta la oscuridad de un rincón, me mira con un odio que no compartimos porque él no tiene la culpa de ser como es, fue Arcadia que bajo su sed de poder lo hizo a su imagen y semejanza. Cruzamos una última mirada y giro sobre mis talones sin decir nada más, paso nuevamente por un enorme costal de moras y me llevo algunas a la boca, no saben tan mal, llego a la habitaci&oacut
ARIELMis ojos grises no dejan de reparar en el niño que tiene un enorme parecido a mí, sus ojos son como los míos, su cabello rubio caramelo me causa una opresión en el pecho y él me mira de un modo que no me gusta, lleno de hostilidad.—No me mires así —dice sin apartar la mirada de mí.—¿Así, cómo? —no me gusta vidrio detrás de estas rejas y le recrimino todo a nuestra madre.—Como si me odiaras —su mirada se ensombrece.Poco a poco sale de su escondite y poco a poco, a paso lento pero seguro, se acerca hasta donde estoy, es un niño, pero Arcadia
Un silenció sepulcral se coloca entre ambos y no me siento incómoda, sino, tranquila, confío en él y sé que regresará sano y salvo.—No me agrada la idea de dejarte sola —dice finalmente y sus pupilas se dilatan.—No voy a estar sola, los hombres de Barclay se quedarán —le recuerdo.—Eso es mierda, no me quedo tranquilo y llevarte no puedo, los niños te necesitan, pero es primordial el hecho de que te mantengas a salvo por junior —toma mi barbilla y me hace verlo a los ojos—. ¿Entendido?—Vale —asiento y me besa.Su lengua me penetra y mientras nuestras bocas se desboc
Mi respiración se atasca y mi corazón comienza a galopar de emoción.—Te amo, Damián.Ambos colgamos y me dejo caer sobre nuestra cama, agotada y con el sueño a punto de vencerme. Tomo su almohada, la cual tiene impregnado su olor y la abrazo haciéndome un ovillo, afuera están tres hombres de Damián armados, resguardan mi puerta, cierro los ojos sabiendo que he asegurado las ventanas, todo, y echándole un último vistazo al arma que descansa a mi lado, revisando también la navaja dentro de mis pantis a un costado cerca de la cadera.Me pierdo en un profundo sueño hasta que despierto luego de un par de horas, abro los ojos de golpe y me pongo en alerta al ya no ver el arma, un escalofrío reco
DUNCAN—No debiste actuar como si fueras un maldito adolescente impulsivo —replica Arcadia al otro lado de la línea y no entiendo el por qué de su molestia.—Pues gracias a ese impulso, tu hija pronto estará en tus brazos.—Ese no es el punto, lo hiciste todo mal, se supone que esperaríamos a que ella tuviera al hijo…—¿Para que se lo quede Preppy y verlo morir? Jamás, ese niño ni siquiera va a nacer, en cuando lleguemos a Irlanda, los médicos se encargarán del problema.—De ese modo solo estás fomentando el odio hacia ti —finaliza y cuelga.
PREPPYLas imágenes de Ariel y de una familia que apenas estamos formando, aparecen en mi mente, llevamos más de dos horas caminando en la selva, sin agua y sin nada, me siento ardido, impotente, debí imaginar que algo como esto pasaría, me confié en el idiota del Boss cuando nos aseguró que el helicóptero estaba bien, que la seguridad era la mejor en su fortaleza luego de que secuestraran a la peque y a Mandy la lora. Pero cuando se dio cuenta de que algo andaba mal en pleno vuelo, nos hizo lanzar nuestros móviles con rastreador, y antes de que el maldito helicóptero explotara y se estrellara, como malditos agentes secretos, nos lanzó un par de paracaídas y fue por eso que sobrevivimos. De lo contrario, ahora estaríamos más que muertos.
Odio a Duncan tanto como a Arcadia, los voy a asesinar, eso es hecho, y más vale que Ariel esté en la fortaleza cuando llegue, de lo contrario el mundo conocerá lo que es un puto catástrofe infernal.—Sé cómo te sientes Prep, estamos en el mismo barco, pero por ahora lo mejor es esperar —se resigna Enzo y lo fulmino con la mirada.Tienen razón. La puerta se abre y en mi visión aparece una chica menudita, rubia y de ojos avellana, ligeras pecas, está buena pero no le llega ni a los talones a Ariel.—Buenas tardes —dice con la mirada gacha.Entra con una enorme charola de madera, en la que contiene tres tazones de sopa caliente, panes y especias.