Le abro las piernas antes de que pueda cuestionarme y paso mi lengua por su canal, joder, está tan húmeda, con la lengua separo sus pliegues y comienzo a lamer, sabe tan bien, de verdad, es como la miel, paso un dedo por su monte venus y sus piernas tiemblan al tiempo que gime mi nombre.
—Damián…
¡Puta madre! Amo como dice mi nombre mientras la hago sentir bien. Succiono ligeramente su capullo rosa y ella humedece más. Se retuerce y yo disfruto de sus jugos, los cuales se convierten en mi elixir. Cuando termino, ella se convierte en la cosa más hermosa que he visto jamás, el cuadro parece irreal, y confirmo que nunca he follado a ninguna mujer tan bella como Ariel; desnuda al completo sobre mi puta cama, abierta de piernas, con los labios hinchados y manchados ligero con mi sangre, con el rojo carmesí aflorando en sus mejillas.
<ARIEL Me despierto a mitad de la noche, cuando Preppy besa mis pechos, parece un maldito bebé pegado a su madre, me duelen los pezones de tanto que los besa, los succiona y los mordisquea, mientras que una de sus manos se masturba, joder, aún me cuesta trabajo entender cómo es que pude superar el miedo de ser tocada. Él fue lindo conmigo, pensó primero en mi en todo momento, sus caricias, sus palabras… Todo fue perfecto, nada salvaje, nada brutal como mi primera vez con él, y ahora me sentía feliz, a excepción de una sola cosa; que estábamos casados. —Deja de hacer eso —le pido y no me hace caso, su lengua pasa por mi pezón y siento que si no lo quito de encima, terminará por lastimarme. —Son mías —dice en tono posesivo—. Toda tu, cada parte de tu cuerpo es mí
Me sentía mal y pequeña al lado de Preppy, nunca he sido mantenida, siempre he trabajado duro por lo que quiero y tenía, jamás nadie me ha regalado nada y el alimento que me llevo a la boca, me lo gano con el sudor de mi frente, bajo las escaleras, la casa de Preppy me asfixiaba, salgo y afuera ya hay un montón de hombres armados y con pinta de matones. Cuando paso junto a ellos, bajan la mirada evitando mirarme, bajan las armas y justo cuando estoy por salir del enorme enrejado dorado con dos demonios de piedra tallada a los costados, alguien se me interpone, un tipo de traje, no me mira, al contrario, tiembla. —Bu… Buenos días, señora, estoy a su disposición —balbucea con la mirada todavía fija en el suelo. —¿Eres…? —Su chofer y guardaespaldas, el señor Damián me ha contrata
PREPPY No le doy tregua a Ariel, no dejo de entrar y salir de ella como puto maniaco, y es que cuando desperté y vi que ella muy sutil salía de nuestra habitación en silencio sin avisarme, o dejarme una nota que no viniera incluida con una verga dibujada, claro está, pensé que me abandonaría, el miedo que me da de perderla o de tener que matarla si decide dejarme por otro, hace que se me nuble la razón. Ariel se ha vuelto mi puta y jodida adición, por lo que metiéndome un puto chocolate al bolso, decidí seguirla, hasta que se detuvo frente a un bar de m****a, Enzo ya me había comentado que era nuevo, alguien que quiso abrirlo a le brevedad posible, la vi bajarse del carro y mover el culo sexy que me moría por partir en dos, entró y la esperé a que saliera, no tardó mucho, y por más que mis deseos de ir por ella y foll
—Me duele —se queja y le doy besos por la espalda mientras mis dedos se mueven diestros dentro de su coño. —Acostúmbrate a mí —tenso la mandíbula al sentir como poco a poco la presión en sus paredes cede y puedo moverme. —Ah. Muevo las caderas lento, y al ver como abre más las piernas arremeto contra ella, su cuerpo como ya era de esperarse, se amolda al mío y nuestra habitación no tarda en llenarse de sus gemidos y de mis gruñidos, cuando estoy por terminar salgo y le unto la espalda con mi derrame, la marco como mía, porque tanto su interior como su exterior estaban llenos de mí. —No trabajarás, y si insistes tanto en hacerlo, lo harás en el centro nocturno de Enzo, en donde tanto sus hombres como los míos te protegerán, nadie s
ARIEL Por más intentos que hago de hablar con Preppy, no escucha razones, no entiende nada, siento que poco a poco la magia se acaba, pero estaba tan empeñado en saber la verdad que tuve que soltarle que cuando fui a Londres, me encontré con la sorpresa de que tenía un medio hermano por parte de mi madre, la cual al parecer está viva pero perdida, todo lo que yo creí, lo que yo me inventé y que mi padre creó, todo acerca de que se fue con otro hombre, o que murió, era mentira. La muy maldita solo tuvo otro hijo y lo abandonó a su suerte como a mi, según las palabras de mi abuela nadie ha querido adoptarlo porque suele ser un poco raro, sádico es la palabra correcta y no sé por qué. Lo visité un par de veces y nos conocimos, le conté toda la verdad y tras una prueba de ADN confirmé que compartíamos la misma sangr
—Porque de ahora en adelante no probaré comida que no sea hecha por ti, mi esposa —rodea mi cintura y toma el tarron de helado de chocolate—. Ariel, todo lo que hay aquí es tuyo. Si no te gusta esta casa te compro otra, si no quieres personal de putas como las que atienden, contrata a quien quieras, menos a hombres —hace una mueca y se ve tan tierno, que me cuesta trabajo entender que sea un asesino y que el mundo le tema—. Porque lo digo en serio, al único que... Lo callo con un beso, Preppy no tiene porque preocuparse, ya que es el único que existe en mi vida, es mi corazón. —Nadie —le doy un reguero de besos por el rostro, en las mejillas, la nariz, los labios—. Solo tu y lo sabes bien. Nuestros ojos se conectan y me sube a la encimera de la cocina para otra ronda.
PREPPY No dejo de mirar con odio al pendejo que está frente a mi, y él no deja de mirarme como si nos conociéramos de años, por lo que sabía este era el pendejo que iba a ser el jefe de Ariel, lo cual estaba descartado, ya que él no tenía claro que por más intentos que hiciera, no trabajaría para su estúpido bar o lo que sea. —Siento la demora —llega Ariel y quiero asesinarla por ponerse esos malditos shorts cortos que muestran sus piernas y se ajustan a su trasero. —No te preocupes —le habla con tanta propiedad el hijo de perra, que en serio estoy haciendo un enorme esfuerzo por no asesinarlo por mirarle las tetas disimuladamente. Ariel le da una taza de café y regresa a mi lado, intenta sentarse junto, mis ojos
Paso las siguientes dos horas penetrándola, no me canso de ella, es deliciosa, y me corro dentro de su coño las veces necesarias hasta que aprenda que solo a mi puede admirarme. Para cuando llega la tarde, la tengo dormida a mi lado, completamente desnuda, solo la sábana roja cubre su desnudez, es tan sexy que comienzo a creer que me he vuelto una clase de adicto sexual por ella. Mi teléfono móvil suena y respondo al ver que se trata de Enzo. —Que pasa —respondo pasando una mano por su espalda, ella medio se despierta y me abraza descansando su cabeza en mi pecho, despertando una explosión de emociones intensas. —Solo para recordarte que la reunión es a las nueve —me dice y al fondo escucho los gritos de los trillizos y la risa de mi pequeña Ema.