DOS MESES DESPUES.
Maxine.
El segundo semestre está trascurriendo con total normalidad, aunque debo aceptar que últimamente es más difícil que de costumbre, casi como si los profesores quisieran hacernos sufrir por haber estado perdiendo el tiempo durante los dos meses de vacaciones de mitad de año.
El problema es que mis vacaciones no fueron demasiado placenteras, entre las peleas, las fiestas, el alcohol y todas las estupideces que cometí, fue literalmente imposible descansar.
Es que aun recuerdo como si hubiera sido ayer la ultima noche en que estuvimos en Honolulu, recuerdo la humillación al haberle pedido a Trevor que me besara, recuerdo lo mal que me sentí cuando dijo que no iba a hacerlo, y lo peor de todo fue lo que vino después, el jodido vomito, creo que nadie nunca me había visto en un estado tan deplorable.
-¿Iras con alguien a la fiesta de disfraces? – le pregunto a Trevor mientras sale de su ha
Maxine. Me despierto porque siento que alguien acaricia mi nariz y el toque me da cosquillas en todo el cuerpo, abro los ojos con pereza y me doy cuenta de que estoy prácticamente tumbada sobre el cuerpo desnudo de Trevor. Él está deslizando su dedo índice a través de todo mi rostro, es un acto simple, delicado, pero él hace que sea demasiado especial.-Buenos días – susurra sonriéndome.-Buenos días – yo me acomodo aún más y pongo mi cabeza sobre mis dos brazos que están en su pecho.-Te mentí, Maxine.-¿Sobre qué? – lo veo con el ceño fruncido y él se burla de mi – ¿Sobre qué me mentiste?-¿Recuerdas ese día en tu habitación en que te dije que no roncabas? Te mentí – sonríe y sus ojos se achinan – si roncas, roncas horrib
Maxine. -¡Mamá! Ya estoy vestida – le grito desde el segundo piso de la casa.Me doy una última mirada en el espejo y le sonrío a mi reflejo, me veo bien, bastante bien en realidad.-¿Vamos? – me pregunta Rachel asomándose en mi habitación – cariño, ¡Estas preciosa!-Tú también estas muy guapa – la alago porque es cierto, no sé si es el compromiso, el hecho de que está enamorada o que cambio de cremas faciales, pero mi madre se ve radiante y me alegra saber que es feliz.Ella conduce hasta nuestro restaurante favorito en Prescott y yo aprovecho que ella está concentrada en la carretera para responder un mensaje que Trevor acaba de enviarme.-¿Qué tal va tu fin de semana en casa? – me escribe.-Muy bien, vamos a cenar – le
Maxine.Es viernes en la noche y estoy sola en el departamento, no sé dónde está Trevor y tampoco quiero parecer la típica novia fastidiosa, empezando porque él y yo no somos novios y porque nunca me ha gustado jugar el papel de la perseguidora. Asi que armo mi propio plan, me hago palomitas de maíz en el microondas y voy a mi habitación.Dejo la puerta abierta por si acaso Trevor quiere unirse a mi más tarde, me meto dentro de las cobijas y enciendo el televisor, busco en Netflix alguna película romántica y entonces me acomodo.La película se acaba, Trevor no llega aun a casa y yo estoy empezando a quedarme dormida, las últimas semanas han sido realmente estresantes, he estado estudiando como una loca, me he quedado despierta hasta tarde haciendo trabajos, no ha sido nada fácil y estoy muy cansada.Empiezo a cerrar los ojos hasta que escucho la pue
Trevor. Llego al departamento y dejo caer la maleta al suelo, miro a mi alrededor y me doy cuenta de que estoy completamente solo, en todo el puto sentido de la palabra, camino despacio hasta la habitación de Maxine, abro la puerta con cuidado, pero no hay nadie, su cama está perfectamente tendida y todo parece en orden, entro y huelo el aroma dulzón de su perfume favorito. Recorro la habitación mientras siento que un dolor profundo hunde algo en mi pecho.Me dirijo al baño y me doy cuenta de que sus cosas han desaparecido, todas sus cremas, sus cepillos y su champú ya no están, mi corazón comienza a palpitar más deprisa contra mi pecho y oigo el sonido de cada latido, voy hasta el armario de Max, abro las puertas de madera de par en par, y entonces lo entiendo, no tengo que ser un genio para comprender lo que ha pasado en esta habitación.Maxine se ha ido de la casa.
Maxine. -Oigan, enserio no tengo problema en irme – hago una señal hacia la puerta, pero Tara niega con la cabeza.-No, no vas a irte, te prometimos una noche divertida.-Por los únicos que se están divirtiendo son ustedes – balbuceo y Adam voltea los ojos con fastidio – es enserio, el hecho de que yo no tenga a nadie no significa que debo quedarme como un violín en medio de ustedes dos.-No – Tara se aleja ligeramente de Adam y se acerca a mí.-Oye Prior, yo podría conseguirte a alguien – por un momento el hecho de que Adam me llame por mi apellido me desconcentra, el único que solía llamarme por mi apellido era Trevor, y lo hacia porque sabía que yo lo odiaba, pero esos tiempos me parecen muy lejanos ahora.-No, no quiero a nadie, pero gracias por el ofrecimiento, Adam.-Todavía no supera a Trevor – le dice Tar
Maxine.Han pasado casi seis meses desde la pedida de mano de mi madre y ella y Harvey están tan ansiosos por empezar su nueva vida juntos que el matrimonio será solo dentro de una semana, si, justo en vísperas de navidad, solo a alguien como a Rachel Prior se le ocurre celebrar su matrimonio en vísperas de navidad, supongo que quiere que todo sea mágico y yo espero que todo salga justo como ella quiere, espero que haya luna llena cuando estén bailando su primer vals y que caiga nieve mientras se dicen acepto frente al altar.Siempre he sido alguien romántica, y a pesar de todo, me niego a que un par de experiencias malas dañen todo mi concepto del amor. No soy una niña, no creo en las fantasías, pero si quiero creer que aún hay algo mágico en la unión de dos personas que prometen amarse hasta la muerte.Yo miro a mi alrededor, a todas las cajas que hay am
Maxine. -¿No se suponía que ibas a conocer a Ian hasta el próximo año en que fueras a Washington? – le pregunto a mi madre aprovechando que Ian se ha alejado de su silla – pensé que él no iba a venir a la boda.-No iba, pero Harvey hablo con él y lo hizo entrar en razón – explica – además Ian no estará el próximo año en Washington, entonces no creo que vaya a encontrarme con él.-¿Por qué no estará en Washington? – pregunto con curiosidad.-Se ira a Australia por dos años, hará una especialización en la mejor universidad de Sídney.-¿Especialización de qué? – sé que estoy bombardeando a mi madre con preguntas, pero es que tengo muchas dudas acerca de Ian, y no creo que lo mas conveniente sea preguntarle en vista de que recié
Maxine. Veinticinco de diciembre, cinco de la tarde y yo estoy perdiendo los nervios, siento que me sudan las manos, no soy capaz de terminar de ponerme el vestido sola y eso que no soy yo la que va a casarse, pienso. Gracias al cielo que la maquilladora que mi madre contrató ya se encargó de mi rostro y de mi cabello, porque si no, creo que estaría echa un completo desastre justo en este momento.Intento subir mi cremallera, pero no puedo.-Tienes que calmarte, Maxine Prior – le digo a mi reflejo y respiro profundo.Escucho que alguien toca a mi puerta y espero de todo corazón que se trate de Adriana para decirme que ya mi madre está lista para ir a la iglesia, y además para que también pueda ayudarme con la cremallera del puñetero vestido.-¡Siga! – grito.La puerta de mi habitación se abre, yo me doy la vuelta y veo a Trevor de pie frente a