Con el desayuno terminado, nos levantamos de nuestros asientos y empezamos a caminar hacia la salida, la verdad es que me deja mal tener que dejar todos esos trastes sucios sobre la mesa, estoy demasiado acostumbrada a lavarlos y a limpiar el lugar donde comimos, pero el Alfa me ha dicho que no me preocupe. Como todo un caballero, me ha ofrecido su brazo para luego empezar a andar. En poco tiempo llegamos a la entrada del palacio.Miro al cielo y está completamente despejado, la brisa que acaricia mi rostro es refrescante, muy diferente al aire que sopla dentro del palacio, esa es fría y hasta da repelús. Cuando salimos de la sombra del techo que está en la entrada, un pequeño gemido de placer se me escapa al sentir los rayos del sol calentando mi piel, ahí adentro parece que vive una criatura de las tinieblas, que además de que el aire parece viciado, la luz del sol no entra mucho y los pocos rayos que logran colarse, se sienten fríos.Salgo de mi trance cuando escucho la voz del rey
Observo con atención mi alrededor y veo a mi madre levantando las cosas que se le han caído del susto, enseguida corro hacia ella, gritando felizmente. Como era de esperar, me toma entre sus brazos y unos pequeños sollozos se le escapan, pero tiene una enorme sonrisa dibujada en sus labios.Igual que mi madre, me pongo a llorar llena de alegría y felicidad, ya que... por alguna extraña razón, tenía miedo de no volverlos a ver nunca más, ni a estar en mi casa a su lado, creí que... me la pasaría el resto de mi vida lejos de las personas que amo y quiero, que locura, el rey no haría tal cosa, me ha demostrado que puede ser un hombre muy amable y gentil, es una pena que haya estado solo durante tantos siglos.Nos tranquilizamos un poco y luego me toma de los hombros alejándome un poco de ella, toma con suavidad mi rostro con sus manos y la acuna, me siento feliz de tener cerca a mi mamá; ella al igual que mi papá, son en las personas que más confío en el mundo y siempre que estoy a su la
Sin poderlo resistir, le doy un fuerte abrazo y él también me regresa el gesto, ambos estamos muy felices de volvernos a ver, pero como dije antes, solo me fui una noche y eso es bueno, solo fueron unos momentos de susto.Después de darnos un largo y reconfortante abrazo, nos separamos, luego nos dedicamos esa sonrisa traviesa y nos terminamos tumbando en el césped, mirando el cielo, como siempre lo hemos hecho. Estos momentos de paz y despreocupación son muy relajantes, porque cuando estoy ocupada ayudando a mis padres, apenas tengo un momento de respiro.—El festival se acerca, estoy muy emocionado ¿Qué crees que haya de nuevo este año?—No sé, pero quiero ir a probar toda la comida posible, siempre encontramos cosas deliciosas ¿Verdad?En lo que platicamos, observamos las nubes y empezamos a imaginarlos con diferentes formas y a inventar historias fantásticas, como, por ejemplo, vimos una nube en forma de dragón, que ataca a un caballero que protege a su doncella, luego vimos otro
Alessio.Llega el padre de mi hermosa Ginebra y me dedica una reverencia algo torpe, yo le regreso el gesto haciendo un ligero movimiento de cabeza. El hombre toma asiento y me mira con nerviosismo al igual que a su esposa, mientras yo, estoy de lo más tranquilo y aliviado.—Majestad ¿A-A qué se debe s-su visita? — De momentos tartamudea y le cuesta hablar.—Creo que ya sabes a que he venido— Me acomodo en mi asiento. —Ginebra va a ser mi esposa y he venido hoy aquí a hablar sobre el dote que voy a darles por ella.—Majestad— Se levanta la mujer muy rápido de su asiento. —Ginny es una jovencita muy torpe y no creo que se adapte a su estilo de vida, es una chiquilla llena de energía y.… sin ofender, pero ella está tan llena de vida y alegría, que no creo que ustedes dos congenien bien.No puedo evitar reírme un poco por su comentario, ella tiene razón, mi hermosa Ginebra es una dama que reboza energía y vida, justo lo que necesito en mi palacio. Por unos instantes recuerdo lo de anoche
Niego suavemente con la cabeza y regreso la vista a la ventana, resoplando con fuerza, tengo que pedirle un consejo a mi Beta con respecto a esto, no quiero apartar de forma permanente a ese hombre de la vida de mi Ginebra, porque seguramente ocasionaré una mala reacción por parte de ella, pero no voy a permitir que pase los limites, todos estos asuntos me agobian demasiado.Para mi gran alivio, llegamos rápido a mi palacio o al menos eso me ha parecido, juro por todos los cielos que, si ella seguía hablando de ese tipo, la hubiera tomado aquí mismo, importándome muy poco lo que la gente del exterior escuche. No me gusta sentirme de esta forma, pero no puedo evitarlo... de tan solo pensar que alguien quiera alejar a Ginebra de mí, saca lo peor de mí.Abren la puerta y enseguida bajo para después ayudar a Ginebra, luego la jalo hacia el interior del palacio, la miro por encima de mi hombro y noto que algunas pequeñas lagrimas se empiezan a formar en sus ojos, esto hace que mi corazón s
Tocan a la puerta, haciendo que mi frustración se aleje un poco, miro por encima de mi hombro y me giro sobre mis talones, tratando de ignorar el desastre que he hecho. Carraspeo la garganta con algo de fuerza y luego digo "Pase" a la persona del otro lado. Lentamente se abre la puerta y aparece mi amo de llaves, que, al ver mi escritorio, arquea una ceja, pero no dice nada, simplemente se acomoda el traje.—Majestad, la señorita Ginebra ha salido del palacio."La señorita Ginebra ha salido del palacio" esas palabras resuenan por mi cabeza y enseguida suelto un fuerte gruñido, molesto porque mi amo de llaves ha dejado ir a mi Ginebra, aprieto los puños con fuerza al igual que mi mandíbula, estoy por reprocharle, pero Rafael me pide que me tranquilice y que debo escuchar hasta el final. Este es un paso para mi acercamiento con ella, así que tomo una gran bocana de aire y me relajo, le hago un ademán con la mano al hombre y él sigue hablando.—Como decía, la señorita Ginebra ha salido d
Suspiro de alivio al ver que el pobre chofer sigue ahí, al escucharme, se gira en mi dirección y me dice que suba rápido, que seguramente el rey debe de estar furioso por mi tardanza. Sin perder tiempo, me subo a la carrosa y él se pone en marcha enseguida, afortunadamente las calles están completamente despejadas y el regreso al palacio es rápido.Ver el palacio desde afuera de noche da bastante miedo, trago saliva con dificultad y aprieto contra mi pecho la caja, asustada por lo que me pueda encontrar en el interior, que seguramente será un rey furioso y ardiendo en cólera. Me siento mal por haberle fallado al amo de llaves, si me encuentro con el rey, le diré lo que me ocurrió.La carroza se detiene y el señor me ayuda a bajar, apenas todo el suelo, corro de regreso a la entrada principal del palacio, pero esta está cerrada haciendo que mi angustia crezca aún más, las palmas de mis manos sudan y me las limpio en la falda de mi vestido. Tomo aire y miro al cielo, tratando de pensar
Mis ojos se abren de par en par al ver al rey ahí parado, sosteniendo con fuerza al lobo, sus chillidos me sacan de mi trance y enseguida le tomo del brazo, todavía sigo temblando del miedo, pero no puedo permitir que mate a ese animal que solo hacia su trabajo.—¡Majestad, suéltelo! — Exclamo aterrada.Mis manos son muy pequeñas en comparación con su brazo y no importa que tan fuerte tire de él, el Alfa no cede ni un poco. Sin saber que más hacer, me paro frente a él y pongo mis manos sobre su pecho, volviendo a tratar de empujarlo, del esfuerzo que hago, mis brazos tiemblan; ¡Este hombre es enorme y pesado! Incluso mis manos se ven chicas sobre su pecho... que miedo. Si antes lloraba por mi vida, ahora lloro por la vida del lobo.El rey me mira de reojo para después soltar al lobo, que cae al suelo como un saco de papas, chillando y gimoteando, enseguida me giro hacia él y coloco su cabeza sobre mi regazo, acariciándolo con delicadeza.—Lamento que hayas tenido que ser castigado por