Caída la tarde, todavía sigo caminando para ir a mi casa, las calles todavía tienen algo de gente, he tenido que pararme a descansar en una banca cerda de un parque, me quito mis zapatos y veo mis pies rojos e hinchados, es lo malo de que el palacio del rey esté colina arriba. Dejo que el aire me refresque y sigo caminando, para cuando cae la noche, por fin he vuelto a casa, exhausta y derrotada... es bueno que jamás voy a volver a caminar esa distancia. Abro la puerta de mi casa y veo que todo está apagado, la chimenea todavía tiene ascuas en su interior.Arrastro los pies hasta mi cuarto, cierro la puerta con cuidado y luego me voy directo a mi cama, tirándome sobre ella, un gemido de dolor se me escapa, pero luego es reemplazado por uno de placer cuando se me caen los zapatos, me pongo bocarriba y miro el techo, espero que el rey no se enoje porque me he ido sin despedirme... creo que... podría escribirle una carta.—¡Si, eso haré mañana! — Me siento en mi cama, llena de energía...
Siento que algo se posa sobre mi pecho y bajo la mirada, los ojos llenos de angustia de mi mujer me regresan a la realidad, ella ha posado sus pequeñas manos sobre mí y trata de empujarme.Tomo un poco de aire y suelto al lobo, ella enseguida se acerca a él, acaricia con ternura su cabeza y se disculpa con él repetidas veces. Luego se levanta del suelo y se gira hacia mí, ella todavía está temblando.—Gracias por auxiliarme— Su voz es temblorosa y se nota que tiene ganas de llorar.—¿Estas bien?Me acerco a ella y pongo mis manos sobre sus hombros, no se atreve a mirarme, simplemente apoya su frente contra mi pecho, puedo escuchar su respiración agitada que poco a poco se va tranquilizando.—Sí, gracias por preocuparse por mí y le juro que no fue mi intención provocar todo este problema.Acaricio con delicadeza su cabello, tengo ganas de tomarla entre mis brazos y no soltarla nunca, decirle que a partir de ahora ella nunca más correrá peligro, ya que estaré ahí para protegerla y cuida
—¡No puedo aceptarlo! Majestad, agradezco el gesto que tuvo conmigo, pero conozco mi lugar, vengo de una familia pobre, sé que es un regalo, pero... si lo aceptara, me vería en la obligación de pagarlo, trabajaría día y noche para pagar mi deuda— Escuchar esto de ella me deja bastante sorprendido, no logro entender porque toma de esa manera un simple regalo, los humanos son extraños y fascinantes... quiero entenderla por completo, entender su forma de pensar y su forma de ser... mi Ginebra es una criatura muy intrigante.—Ginebra— Susurro su nombre con toda la delicadeza del mundo.Sin dejarme terminar de hablar, ella me dice que es hora de dormir, que mañana tendré un día bastante pesado y que debo descansar, además toca el tema de la fiesta de compromiso, en ese momento, la escucho con mayor atención, quiero saber que desea ella.—Sé que a usted no le importa, pero... desde niña, siempre quise una fiesta de compromiso, pero lamentablemente no podemos costearla, hubiera sido hermoso—
—Ginebra...— Susurro suavemente, no quiero despertarla.Apenas llego a mi palacio, la llevo de regreso a su habitación, le he dicho a mi amo de llaves que mande a llamar al doctor inmediatamente, que es una emergencia, también le dije que siempre debe haber una sirvienta a su lado para lo que ella necesite. Estando en su cuarto, la deposito con suavidad sobre su cama y la cubro con los cobertores cuidadosamente, acaricio su frente y me quedo a su lado hasta que el doctor llega.El doctor me ha dicho que le ha golpeado bastante fuerte la insolación y que debido a que no comió nada ayer, su estómago está lastimado, que tiene que comer puras cosas ligeras, muy poca carne, cero lácteos e irritantes... en fin, me ha preparado una lista de todo lo que puede comer y que no, dijo que en una semana vendrá a revisarla y que, si algo sucede, que le llame de inmediato. Después de decir esto, se ha retirado.—Tranquilo Alessio, ella va a estar bien.—¿Cómo estás seguro de eso? No ha abierto los oj
—Señorita Silva— Hablo en el tono más alto que puedo, pero de momentos se me va la voz. —Lamento haber ocupado el tiempo del rey, le juro que no fue mi intención, pero... es un hombre tan amable y gentil, que se ha ofrecido a cuidarme.—Espero que tengas claro que tendrás que pagar hasta el último penique por lo que se ha gastado en ti.—No hace falta, no hice esto para cobrarle, lo hice porque....—Claro que sí, señorita Silva, voy a pagar hasta el último penique, no se preocupe.Ella se nota más satisfecha por mis palabras, pero el rey no y decide intervenir, diciendo que no va a aceptar ni un pago por lo que hizo por mí, que él estaba muy preocupado por mi bienestar y fue por eso que lo hizo, pero la señorita Silva le dice que no puede estar cuidando a cualquier persona que se le ponga en su camino, que es el rey y que tiene asuntos más importantes que atender.—¡Silva, es suficiente! — Exclama furioso el rey. —¡Te he dicho que te largues, ya!La mujer suelta un chillido de susto y
—Por cierto, sé que no es de mi incumbencia, pero.... ¿Por qué no le ha dicho a su enlace la verdad? Si la estuvo buscando y esperando por tanto tiempo, se me hace curioso y extraño que no le haya dicho.—Porque ella está enamorada de otro hombre, no quiero orillarla a que rompa toda relación con él... no quiero obligarla, quiero que me conozca y se enamore de mí, que... vea que no soy una simple bestia que desea tenerla a su lado a la fuerza.—¿Bestia? — Tomo su mano entre las mías con suavidad. —Usted no es ninguna bestia, majestad y creo que subestima a la mujer, lo mejor sería decirle la verdad antes de que las cosas con ese otro hombre sigan avanzando y el día de mañana se terminen casando ¿No cree?—Tienes razón, ¿Crees que me odie por esto?—¡Claro que no! Usted no la eligió, Chandra la eligió para usted...ella no tendría por qué odiarlo y estoy segura que, cuando le conozca mejor, caerá rendida a sus brazos, solo téngale un poco de paciencia, es todo— Sonrío de oreja a oreja,
—Sufrimos cuando no la tenemos cerca, sabiendo que está ahí, esperándonos... es un martirio y una agonía constante, desafortunadamente, son uniones que no podemos romper.—Es por eso que me voy a dar a la tarea de conocerlo y abrirme a la idea de amarlo, no voy a cerrar mi corazón a usted, solo... téngame paciencia, por favor, es lo único que pido.Su mirada se ilumina, una radiante sonrisa se dibuja en sus labios, de la emoción, toma mis manos entre las suyas y las lleva hasta su corazón, dejándome sentir con claridad como late muy rápido, parece un caballo desbocado, mi corazón también late de esa forma en estos momentos.—¡No sabes lo feliz que me haces al decir esas palabras! — Exclama con fuerza, sus ojos me contemplan con infinito amor. —Cuando mis padres murieron, me juré a mí mismo que no permitiría que mi familia terminara de esa forma, que me dedicaría en cuerpo y alma a darles todo, a velar por ti y los hijos que tengamos... me juré que... tendrías una vida tranquila y sin
—Tranquila Ginebra, vas a hacerlo bien, no tienes por qué ponerte nerviosa— Ríe entre dientes. —Ahora, terminemos de desayunar, que la comida se enfría.Seguimos comiendo tranquilamente, yo todavía sigo emocionada por todo lo que voy a hacer la próxima semana, es mucho entusiasmo que desborda de mí y no dejo de sonreír, de la emoción, he dejado de comer y solo contemplo a la nada.—Ginebra.Su voz me saca de mi trance y sigo comiendo tranquilamente, pero algunas cosas no salen de mi cabeza y una de ellas es... ¿Qué va a pasar con mis padres? Ellos no se hacen jóvenes y soy su única hija, ya no van a tener ayuda con las labores de la granja. Me siento muy mal por dejarlos solos, pero tampoco puedo pedirle ayuda al rey... no sería lo correcto.—Majestad— Me giro hacia él levemente. —Yo.... ahora que lo pienso.... no creo poderme casar con usted.Abre los ojos de par en par y se levanta enseguida de su asiento, me toma del brazo y hace que me levante también, luego me toma entre sus braz