—Ginebra...— Susurro suavemente, no quiero despertarla.Apenas llego a mi palacio, la llevo de regreso a su habitación, le he dicho a mi amo de llaves que mande a llamar al doctor inmediatamente, que es una emergencia, también le dije que siempre debe haber una sirvienta a su lado para lo que ella necesite. Estando en su cuarto, la deposito con suavidad sobre su cama y la cubro con los cobertores cuidadosamente, acaricio su frente y me quedo a su lado hasta que el doctor llega.El doctor me ha dicho que le ha golpeado bastante fuerte la insolación y que debido a que no comió nada ayer, su estómago está lastimado, que tiene que comer puras cosas ligeras, muy poca carne, cero lácteos e irritantes... en fin, me ha preparado una lista de todo lo que puede comer y que no, dijo que en una semana vendrá a revisarla y que, si algo sucede, que le llame de inmediato. Después de decir esto, se ha retirado.—Tranquilo Alessio, ella va a estar bien.—¿Cómo estás seguro de eso? No ha abierto los oj
—Señorita Silva— Hablo en el tono más alto que puedo, pero de momentos se me va la voz. —Lamento haber ocupado el tiempo del rey, le juro que no fue mi intención, pero... es un hombre tan amable y gentil, que se ha ofrecido a cuidarme.—Espero que tengas claro que tendrás que pagar hasta el último penique por lo que se ha gastado en ti.—No hace falta, no hice esto para cobrarle, lo hice porque....—Claro que sí, señorita Silva, voy a pagar hasta el último penique, no se preocupe.Ella se nota más satisfecha por mis palabras, pero el rey no y decide intervenir, diciendo que no va a aceptar ni un pago por lo que hizo por mí, que él estaba muy preocupado por mi bienestar y fue por eso que lo hizo, pero la señorita Silva le dice que no puede estar cuidando a cualquier persona que se le ponga en su camino, que es el rey y que tiene asuntos más importantes que atender.—¡Silva, es suficiente! — Exclama furioso el rey. —¡Te he dicho que te largues, ya!La mujer suelta un chillido de susto y
—Por cierto, sé que no es de mi incumbencia, pero.... ¿Por qué no le ha dicho a su enlace la verdad? Si la estuvo buscando y esperando por tanto tiempo, se me hace curioso y extraño que no le haya dicho.—Porque ella está enamorada de otro hombre, no quiero orillarla a que rompa toda relación con él... no quiero obligarla, quiero que me conozca y se enamore de mí, que... vea que no soy una simple bestia que desea tenerla a su lado a la fuerza.—¿Bestia? — Tomo su mano entre las mías con suavidad. —Usted no es ninguna bestia, majestad y creo que subestima a la mujer, lo mejor sería decirle la verdad antes de que las cosas con ese otro hombre sigan avanzando y el día de mañana se terminen casando ¿No cree?—Tienes razón, ¿Crees que me odie por esto?—¡Claro que no! Usted no la eligió, Chandra la eligió para usted...ella no tendría por qué odiarlo y estoy segura que, cuando le conozca mejor, caerá rendida a sus brazos, solo téngale un poco de paciencia, es todo— Sonrío de oreja a oreja,
—Sufrimos cuando no la tenemos cerca, sabiendo que está ahí, esperándonos... es un martirio y una agonía constante, desafortunadamente, son uniones que no podemos romper.—Es por eso que me voy a dar a la tarea de conocerlo y abrirme a la idea de amarlo, no voy a cerrar mi corazón a usted, solo... téngame paciencia, por favor, es lo único que pido.Su mirada se ilumina, una radiante sonrisa se dibuja en sus labios, de la emoción, toma mis manos entre las suyas y las lleva hasta su corazón, dejándome sentir con claridad como late muy rápido, parece un caballo desbocado, mi corazón también late de esa forma en estos momentos.—¡No sabes lo feliz que me haces al decir esas palabras! — Exclama con fuerza, sus ojos me contemplan con infinito amor. —Cuando mis padres murieron, me juré a mí mismo que no permitiría que mi familia terminara de esa forma, que me dedicaría en cuerpo y alma a darles todo, a velar por ti y los hijos que tengamos... me juré que... tendrías una vida tranquila y sin
—Tranquila Ginebra, vas a hacerlo bien, no tienes por qué ponerte nerviosa— Ríe entre dientes. —Ahora, terminemos de desayunar, que la comida se enfría.Seguimos comiendo tranquilamente, yo todavía sigo emocionada por todo lo que voy a hacer la próxima semana, es mucho entusiasmo que desborda de mí y no dejo de sonreír, de la emoción, he dejado de comer y solo contemplo a la nada.—Ginebra.Su voz me saca de mi trance y sigo comiendo tranquilamente, pero algunas cosas no salen de mi cabeza y una de ellas es... ¿Qué va a pasar con mis padres? Ellos no se hacen jóvenes y soy su única hija, ya no van a tener ayuda con las labores de la granja. Me siento muy mal por dejarlos solos, pero tampoco puedo pedirle ayuda al rey... no sería lo correcto.—Majestad— Me giro hacia él levemente. —Yo.... ahora que lo pienso.... no creo poderme casar con usted.Abre los ojos de par en par y se levanta enseguida de su asiento, me toma del brazo y hace que me levante también, luego me toma entre sus braz
Una vez que estoy lista para irme a la cama, me siento en la orilla y miro la entrada, esperando a que Alessio entre, afortunadamente no tarda en llegar, ya que me estaba durmiendo y me hubiera sentido mal haberme quedado dormida antes que él, cuando fui yo quien lo ha invitado.Alessio ha apagado las luces y se acuesta a mi lado, de forma tímida me he acercado a él, tirando con ligereza de su brazo para llamar su atención, el rey se ha sentado en la cama, acunando mi rostro entre sus manos, creo que le he preocupado. Susurro suavemente su nombre, no me atrevo a decirle lo que quiero, así que mejor le enseño, pegué mi espalda contra la cabecera de la cama, dando suaves palmaditas en mis piernas, para que el rey se acomode entre mis piernas.No dice nada, pero hace lo que le pido, mi corazón late con fuerza, al punto que me siento mareada, una vez que esta acomodado, acaricio su cabeza con mucho cariño y delicadeza, sin poderme resistir, besé su frente y le he deseado buenas noches. Ci
—Me alegro que se sienta cómoda señorita Ginebra, pero se le está haciendo tarde.Les he preguntado si ellas no irán al festival, la señora que vino primero hace una mueca de desagrado y me dice que ese tipo de cosas no le gustan, que prefiere quedarse en el palacio lejos de toda esa gente tan ruidosa y vulgar, la chica por su parte, me dice que no tiene permiso del rey para asistir, así que le toca quedarse aquí, aunque ella realmente disfruta de estar ahí. La tome de las manos y le pedí que me acompañara, sus ojos se abrieron de par en par, mirándome dudosa, pero le insistí tanto que al final aceptó venir conmigo.Las dos nos vamos hacia el festival, mientras andamos en la carroza me quedo pensando en cómo voy a decirle la verdad a Raulo, los dos estábamos tan emocionados por compartir una vida juntos, pero ahora.... tengo que compartir mi vida con el rey. Me siento bastante triste tener que dejar atrás a la persona que amo y de la que he estado enamorada desde hace tiempo, pero....
—¡Ginny! — Exclama tan fuerte que ha desafinado bastante. —M-Me alegro de que pudieras venir, creí que.... estarías muy ocupada.—Sabes que no me perdería por nada el festival.Nos miramos a los ojos por bastante tiempo, hasta que Raulo niega repetidas veces con la cabeza y me ofrece su brazo como de costumbre, poniéndonos enseguida en marcha hacia las atracciones. Recorremos cada puesto de comida que vemos, me cuesta mucho disfrutar del momento, estoy demasiado confundida y triste por todo lo que me está pasando, de lo agobiada que me siento, le pido a Raulo que nos sentemos en uno de los bancos que están por el parque, él accede a llevarme, todavía sigo agarrada de su brazo.Apenas tomamos asiento, empiezo a mover las piernas, él pone una de sus manos sobre mi pierna para que deje de moverla, se gira un poco hacia mí y me pregunta que me ocurre, que estoy distraída desde que empezamos a caminar por el lugar y que se nota que no lo estoy disfrutando. Bajo la mirada, avergonzada por t