Capítulo 73.

Al entrar, el lugar estaba oscuro, apagado, incluso el aire acondicionado lo estaba. Era como si la muerte de Ford se hubiese llevado todo lo que iluminaba ese lugar. Estaba muy diferente a cuando el día de su cumpleaños; ese día las luces estaban brillantes, el ambiente era cálido, prestigioso y, sin duda, elegante. Ahora se veía triste, vacío, tenso, había tanta tensión que me asustaba.

Subí por las escaleras de espiral paseando mis dedos por el barandal negro que me pareció tan hermoso en aquella noche. Tras llegar al segundo piso, noté el interruptor en la pared a mi izquierda así que lo presioné como una persona normal, pero este no hizo nada.

—Quizás los fusibles estén dañados —susurré a la nada.

No había visto est

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