-Demasiado paciente-. Pensó Kiki para sus adentros.
En aquel momento que ella navegaba en miles de conjeturas, Fred se despedía de todos los empleados mientras les obsequiaba una caja de donas con café para cada uno de los presentes.
-Pobre señor Fred, ella es maquiavélica que lo terminará arruinando por completo, debería buscar mejor compañía-.
-Dicen que el amor es ciego señora Pelton, por eso prefiero tener los ojos bien abiertos-. Kiki señaló con humor sus hermosos ojos.
-Mi experiencia del amor es maravillosa, abandona esas ideas…un día llegará el príncipe de tus sueños-.
-Si es igual que el señor Fred…prefiero un gato-.
Las dos mujeres reían en baja voz.
La señora Pelton tomó las prendas e ingresaba al taller con premura, Marga revisaba en aquel momento minuciosamente los detalles en las costuras, todos corrían de un lado a otro, dando los últimos toques para el gran evento donde Marga luciría perfecta y hermosa, ellas trabajarían como hormigas esclavas a contra reloj. Marga les daría media hora para comer a prisa, siempre que estos eventos se llevaban a cabo era lo mismo, todos miraban el reloj con ansiedad rogando que el tiempo volara para ir a sus casas a descansar.
Marga sonreiría dándose todos los créditos, ellos le mirarían entre cortinas con desaprobación, luego de unos minutos desfilarían para entregarle flores y aplaudirla como leales lacayos, mientras ella daría su mejor actuación, una mujer de lucha y constancia, jamás reconociendo que detrás de ella un equipo era quien realizaba el trabajo sucio… Eso sí, con una amplia sonrisa conquistaría a los presentes en el evento, para luego ver su rostro en las portadas del siguiente día. Un papel representa excelente y elegantemente perfecto. Al bajar del escenario, ella les gritaría con verdadera furia culpándoles de algún pequeño detalle, ellos solamente se cruzarían de brazos en silencio, para ofrecerle disculpas, luego para rematar su show les diría que se largaran a sus casas…verlos bostezar le era sumamente irritante.
Esa era Marga y su tan fracturado mal carácter.
Las horas serian largas y agotadoras, en especial para Kiki, quien siempre terminaba pagando los platos rotos, sin desestimar que la buena y humilde Pelton seria amenazada con perder su trabajo. La señora Pelton era tan paciente y serena, motivo por el cual Marga terminaba dándose por vencida.
Alan ingresó al estacionamiento del edificio con diez minutos de tiempo a su favor. Iría por un café, debía ir a su práctica de artes marciales al medio día. Nunca faltaba a su rutina de ejercicios y entrenamiento, nadaba tres veces por semana, jugaba con su amigo Carter baloncesto y un día a la semana recorría en su bicicleta veintiún kilómetros, era competitivo por naturaleza.
Algo le hizo girarse y no abordar el ascensor que abría sus puertas, la mirada de Erín el mensajero de la oficina se posó en Alan, quien en aquel instante le daba los buenos días
-Señor Alan…buenos días, quería decirle algo importante…quiero que usted revise…-.
-En otro momento le echaré un vistazo a tu carpeta, ahora voy de prisa-.
-Claro señor Alan, me gustaría que tenga en cuenta que estoy dispuesto a trabajar en el nuevo proyecto-.
-Que bien, lo tendré en cuenta-. Alan caminó en dirección a las escaleras, para ingresar en el despacho por la puerta lateral de las oficinas, evitando de manera directa la recepción.
Llegó a su oficina sin hacer ruido, una vez que descargó sus cosas sobre el escritorio se llevó la sorpresa de encontrar una nota sobre un ramo de girasoles insertados en una canasta llena de frutas.
La señora Minie ingresó con el café.
-Señor Alan buenos días, debo decirle algo de suma urgencia-.
-Señora Minie buenos días, su café es maravilloso-.
-Su madre se colocaría celosa si se entera-.
-Por eso mantengamos el secreto-. Su voz se tornó apagada.
La mujer bajó la voz casi a un pequeño murmullo.
-La señorita Kamil está aquí y quiere verlo, como usted hoy ingresó por la puerta lateral no tiene idea de su llegada… ¿Desea que haga algo? -.
-Si señora Minie…Dígale que llegaré tarde…No, mejor comuníquele que no estaré hoy… Ya me marcho, no será una mentira cruel, solo vine por unos documentos y para dejarle esta carpeta, tenemos que dar respuesta antes de las cinco…. tengo varios pendientes…la considero señora Minie-. Le guiñó el ojo mientras tomaba sus cosas para marcharse con cautela sin ser visto por Kamil.
Tras cerrar la puerta tomó los documentos sobre la mesa de entrada y con determinación caminó a su escritorio, tomando una taza se servía café para darle prioridad a varias cartas que debía responder.
La señora Minie escribía en el ordenador ágilmente.
Una figura aparecía en frente de ella.
-Señora… necesito que me anuncie en cuanto Alan llegue, soy su…-.
-Buenos días señorita Kamil. Lamento informarle, pero mi jefe tiene varios compromisos y no regresará, mañana quizás pueda verle-. Comenzó a cerrar los sobres y enumerarlos.
-Llámelo… dígale que lo esperaré aquí, no me pienso mover hasta que llegue en persona-. Volvía a su cómodo sillón.
-Creo que puede esperar, la oficina cierra seis en punto de la tarde, ahora con su permiso, Katrina nuestra recepcionista le atenderá, puede pedir lo que guste…café, té, jugo…-.
-Señora Minie déjese de juegos conmigo… ¿Usted no sabe quién soy? Cree que habla con la aseadora de aquí…prácticamente soy parte de esta empresa-. Le miró desafiante.
-Oh…que bueno saberlo, así se sentirá cómoda con la señorita Katrina, ella es muy amable y le atenderá como usted lo requiera. Me disculpo, tengo varios documentos y debo hacer varias diligencias para mi jefe el señor Alan…saldré en quince minutos, pero usted queda como en casa, si gusta llamarle puede hacerlo usted misma, como bien expresó es su prometido-.
-Usted es una atrevida, no es más que una simple secretaria o asistente o como quiera llamarse. Cuando me case con Alan usted será la primera en irse a su casa… por si no se ha dado cuenta, el que pretenda ser fina y elegante no le hace gozar de ningún privilegio, se ve ya mayor y vieja… puedo escoger entre mis amistades una persona más joven, leal y fiel en todo sentido…bella, rica y refinada, espero que le quede claro…usted es una majadera…-.
Katrina llegaba en aquel momento con varios sobres en su mano que dejaba sobre el amplio escritorio de la señora Minie. Esa mujer era insoportable y acosadora, todos los días solía venir a buscar al señor Alan, era hora que la mandara por un caño. Katrina se quedó junto a la señora Minie.
-La elegancia la heredé de mi madre y la inteligencia de mi padre, creo que son dos buenos complementos…vieja y eficaz-. Daba un golpe seco sobre el amplio escritorio con el gran libro de cuentas que tenía en sus manos.
-Buenos días señorita Kamil. Se marchaba sin mirarle.
Era una chica caprichosa e insoportable, pero ella era mucho más astuta.
Katrina se acercó a ella.
-Señorita si gusta un café o algo de comer no dude en ir a cafetería, allí le atenderán, yo no puedo dejar sola la recepción por orden del presidente de la compañía y claro del señor Alan quien es socio de esta firma y director ejecutivo…con permiso-.
Kamil se quedó sola sin que nadie más le diera atención, se sentía humillada, pero no se quedarían sin recibir su merecido.
Kiki caminaba algo desprevenida cuando el elegante auto frenó en seco, sus paquetes habían quedado regados por el suelo, se apresuraba a tomarlos, mientras que ofrecía disculpas al conductor del coche, quien le miraba desconcertado, el error era de ella quien cruzó sin mirar en dirección al semáforo, por suerte no había muchos coches en aquella hora por la zona.
Le pedía disculpas y cruzaba en dirección a un gran e imponente edificio.
-Que chica distraída-. Continuaba su camino mientras miraba por el retrovisor. En ese instante su teléfono repicaba, era Kamil.
-Alan… estoy en tu oficina, quería verte y tomar algo juntos, podemos almorzar donde gustes, yo te invito-.
-Kamil lo siento creo que lo dejaré para otro día, hoy tengo varias cosas que gestionar-. Parqueaba su auto.
-No te preocupes, nos veremos en la noche, iré en la noche y te haré de cenar algo exquisito-.
-No es necesario, mi asistente me ordena la cena todas las noches-.
-Lo haré yo, además es una función que debo aprender, seré tu esposa en el futuro, debo conocer todo de mi prometido…-.
-Debo colgarte Kamil, ingresaré a una junta, después hablaremos al respecto-. Colgaba en seco. Al descender del auto se cruzaba con el señor Durman, quien también llegaba en aquel instante, su auto de detuvo y uno de sus guardaespaldas abría la puerta del coche.
-Alan hemos llegado a tiempo, justo tenemos doce minutos a favor, el grupo Torelló debe estar haciendo su arribo-.
-Señor Durman buenos días, el ascensor nos espera-.
Tres autos hacían su arribo.
-Bien, en marcha-. En el ascensor hablaban sobre algunos puntos de la reunión y acuerdos que tratarían.
Alan decidió apagar su teléfono, de esa manera Kamil quedaba fuera de base, estaba seguro que dejaría su buzón lleno de mensajes. Era interesante no escucharla por varias horas, algo tendría que hacer para cancelar el tema de boda. No era la mujer que soñara llevar al altar, él quería una mujer completamente distinta, alguien que realmente tuviera pasión por la vida, Kamil la única pasión que tenia era el poder y el dinero.
Coby ingresó en la tienda para recoger el pastel de su madre, cumplía años y quería sorprenderle. Kiki llevaría el regalo de los dos, papá el vino y las flores, la tía Helen la cena, su cocina era exquisita. En ese momento Nita le entregaba la bella caja del pastel mientras el observaba la decoración. Se acercó al mostrador para entregar su recibo. -Denme unos minutos, ya llamo a la encargada de las entregas-. Esperó varios segundos, una chica a quien reconocía se acercaba con una gran caja en sus manos. Coby miró el pastel fascinado. -Me encanta…quedó perfecto, no sabias que trabajabas aquí-. -Hola Coby que gusto verte, llevo cuatro meses trabajando aquí, me gusta este lugar-. Su sonrisa era algo tímida. -Es casi la hora del almuerzo, te invito-. -Vaya… justo llegó mi turno, dispongo de una hora y media-. -Entonces invito yo-. Nita fue por sus cosas, al cabo de unos minutos se acercó a Coby para tocar su hombro quien miraba la gran vidriera llena de pasteles, salieron de la pas
En punto de las cinco de la mañana Helen preparaba una buena taza de café y se disponía a leer el periódico, de hecho, no había dormido nada bien pues estuvo limpiando en casa de su hermana dejando todo en orden hasta entrada la madrugada.Keili era muy afortunada en la vida, quizás no se daba cuenta por tener siempre todo a la mano.De hecho, Armand era un esposo magnifico.Ella se quedó meditando por segundos en esas palabras… -Armand un excelente esposo…-. El motivo por el cual Keili y Armand estaban distanciados era todo un misterio, la vaga posibilidad de una tercera persona en la escena cobraba fuerza, solo que eran rumores y conjeturas, en unos días vendrían los suegros de Keili y ya se imaginaba la escena, la señora Nora y el señor Neo parecían buenas personas, pero desde que la separación Nora había tomado distancia de su hermana. Algo debía saber, pero nadie se atrevía a tocar el tema.Terminaba la taza de café y tiraba el periódico sobre la mesita del costado, se iría a ves
Alan tomaba varias carpetas en mano de la mesa del comedor.Kamil le abrazaba rodeándole con sus brazos.-Nosotros no nos amamos…dejemos el juego, otro día seguimos en las adivinanzas…bien linda ahora suéltame, toma una taza y sírvete café, yo debo agilizar algunas cosas, debo ir a trabajar-.-No entiendo como un chico como tú con semejante fortuna trabaja-.-Porque el dinero no nace en árboles, mis padres hacen muy bien su labor de dirigir sus negocios, yo también-.-Yo no quiero llevar pesadas cargas, cuando nos casemos tu asumirás todo bebé…yo tendré el deber de ser tu esposa, imagínate…siempre impecable y elegante para que te sientas orgulloso de mi-.Alan le miró preguntándose si por casualidad sus padres notaban que todas las neuronas las tenía fracturadas, se apreciaba que ninguna le funcionaba.- ¿Crees que seré una maravillosa primera dama? -.-Dama de…-.-Como las esposas de los presidentes, si tú eres el heredero, es justo que seas el presidente de la compañía, y yo asumiré
La mujer miró en dirección a la mesa del fondo levemente iluminada por la luz, ella cerró su abrigo rojo mientras que aceleraba sus pasos con total donaire.Al llegar depositaba su abrigo sobre el respaldo del pequeño sillón.-Creí que no vendrías-.-Jamás te dejaría esperando, de hecho, llegué quince minutos antes, quería verte llegar, me dijiste que el rojo seria tu color hoy-.-Este color es irresistible…Y bien cariño… ¿Dónde iremos? -.-Me gustaría que cenáramos y tuviésemos una plática de las cosas que han pasado últimamente…-. La mujer levantó sus cejas.-Pasa algo…lo sé, mejor dímelo directamente sin estar con rodeos, tus ojos no son los mismos de antes, así que no pretendas tratarme como una ingenua colegiala…si es que te has cansado dilo sin dar más vueltas…-.-Qué cosas que dices querida, tú y yo colegiales, tienes sentido del humor y eso es lo que me atrae de ti, aparte de tus hermosos atributos, que fueron otorgados por el olimpo-.-Oh…Atenea puede lanzarme algún conjuro s
Francis tocaba la campanilla ante el ingreso de su esposo junto a su hija y Lenin su asistente. Era la hora de la cena y toda la familia estaría presente, en aquel momento en que todos llegaban al comedor a tiempo Francis notó que Alan no había llegado.-Alan quiere hacerme rabiar, le dije que no quería excusas, además los padres de Kamil vendrán, solo quería una velada familiar libre de temas laborales y negocios-.-Creo que llegará en media hora cariño, me llamó justo en el momento que salía de la oficina e iba rumbo al club de natación por Karly, su auto estará listo mañana-.Francis se acercó a su esposo para darle un beso, era tan considerado y caballero, amable y cálido hombre de familia, siempre al cuidado de todos-.-Creo que debemos ir reservando con tiempo para nuestras vacaciones en el Cairo-.-Quería ir con toda la familia lo que será muy difícil, Alan siempre tiene una buena excusa-.-Bienvenidas sean las excusas mi vida…contigo todo lugar es maravilloso-. Erwin abrazó su
Alan tomó las tostadas para dejarlas caer sobre la servilleta, justo el apetito se había ausentado, si no se apresuraba llegaría tarde a la oficina, por buena fortuna para él Kamil no se presentó en su casa.Una idea iba y venía, cambiarse de casa.Podía vender la propiedad para mudarse a otro lugar.Su madre colocaría el grito en el cielo.Su teléfono repicaba insistentemente, lo dudó para responder, pero terminó tomando la llamada.-Señora Minie gracias por su llamada llegaré en una media hora-.Colgaba en seco. Tomaba su portafolio, llaves y documentos.el auto avanzaba por la amplia avenida, una nueva llamada justo en el instante que el semáforo le indicaba detenerse.Ahora era su madre.-Alan esta noche habrá un coctel para todos los directivos de la empresa, empleados e invitados especiales, tu padre precisa que asistas…por favor hijo cuento contigo, no me falles-.Alan quiso argumentar que no estaría presente, pero su madre se adelantó colgando la llamada.-Siempre me hace lo m
Keili despertaba once en punto de la mañana, la habitación permanecía con las cortinas cerradas. Escuchó algo de ruido en la cocina y pudo percibir un rico olor a café, eso daba a entender que Armand no se había marchado.Se colocó la bata para ir directo por el desayuno.-Buen día Armand veo que estás al día con todo…pensé que te habías marchado-.-Desperté, regué las plantas y decidí hacer el desayuno-. Armand le acercaba el café para colocar todo en el comedor, en aquel instante su teléfono repicaba -Keili puedes responder por favor-. Armand entraba en la cocina para apagar la leche y traer el azúcar junto a la crema.Tomaba la llamada -Buenos días-. Hizo señal que nadie hablaba al otro lado de la línea.-Si…buenos días, por favor me puede comunicar con el…-.-Buenos días ¿Y quién es usted? Debo suponer que tiene nombre, yo soy Keili su esposa…ahora dígame ¿Quién es usted? -.-Soy una clienta del señor Armand, muchas gracias le llamaré después cuando él pueda atenderme-.-Qué mujer
La malvada acida y tirana Marga les retenía sin decir nada concreto, según se rumoraba había faltantes en los talleres. Todos estaban como en fila militar temblando de espanto, el reloj daba las cinco y media, Kiki solo contaba con dos horas o menos para darse un baño, cambiarse y tomar el estuche que debía entregar a la señora Francis Mendell.Marga se acercó con un cuaderno de notas en mano.-Y bien…exactamente el faltante en los talleres son veinte mil dólares que pagarán entre ustedes cinco dado que, son los que están todo el tiempo en el taller de armado, no quiero excusas, ni tonterías…los errores se pagan con dinero, además tengan en cuenta que dos de los trajes están echados a perder…-.-Pero señora Marga las modelos también deberían tener cuidado de no verter sus bebidas en ellos, quizás usted está…-.-Pretendes que les cobre a chicas de clase y hermosas porque sencillamente no estabas al corriente de tus funciones, señorita Mía-.-No señora-.-Lo pagaremos todo señora Marga-