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Capítulo 4 Confesiones

Francis era cantante de jazz, famosa y admirada por el medio artístico, provenía de una familia de músicos, sus padres habían fallecido en un accidente aéreo doce años atrás, siendo hija única del matrimonio Benoit heredó todos los bienes de la familia dentro y fuera del país, poseía una amplia mansión en España, tres departamentos en una isla del caribe y algunas propiedades más, solía ir de tanto en tanto por su mansión en España,  el resto del tiempo era alquilada para estancias y vacaciones, varios coches ocupaban su amplio garaje junto a los de sus padres. Poseedora de una amplia y basta colección de pinturas de la familia.

La joyería Benoit creada por su abuela, en manos de Francis era ahora una de las más reconocidas. Grandes personalidades eran clientes exclusivos de la marca, modelos, artistas, diplomáticos siempre hacían una escala en la gran casa de joyas.

Razón y motivos suficientes para Francis quien había creado un vínculo con Kamil hija de Denis y Cesar Dugarte Bertrand, grandes amigos de los Mendell era una hermosa chica y futura esposa para  .

Casarlo con Kamil era el deseo de sus padres, siempre lo habían planeado desde que eran adolescentes. Los Dugarte eran dueños de una firma de cruceros, yates de lujo, avionetas, Cesar era experto en Comercio Internacional, con varios postgrados que colgaban en su oficina. Kamil era la cara de varias marcas comerciales.

Estudiaba en la universidad derecho, escogió la carrera por consejo de su padre, no podía negar que le atraía, aunque el motivo principal de aquella decisión era estar a la par con Alan. Kamil era competitiva como arrogante, siempre llamando la atención donde quería que iba, motivo que Alan consideraba nada compatible con él. Era reservado, bajo perfil sin ningunas ínfulas de riquillo.

Francis se quedó por algunos segundos pensativa, mientras agitaba sus manos en señal de exclamar alguna idea que se le había cruzado en aquel momento.

-Hijo tengo una magnífica noticia que darte, ayer hablamos con Kamil creo que podemos fijar la fecha para matrimonio, ella se recibirá pronto y tú…deberías dejar ese trabajo de tan poca altura que tienes, eres un excelente abogado…no entiendo tu insistencia en seguir trabajando con ese hombrecillo Durman, todo un excelente abogado como tú, vendiendo propiedades…la verdad es que evito decírselo a mis amistades. No tienes necesidad de ese trabajo…cariño por favor díselo tú…tendrás todo nuestro apoyo, ella es la mujer perfecta para ti Alan, buena familia, buena posición, hermosa e inteligente-. Le miró esperando una respuesta de su parte.

-Inteligente lo coloco en duda… rica y caprichosa, gustos demasiados costosos, el dinero hay que cuidarlo…-.

-Cariño que cosas dices… todo pasará a manos tuyas y de tu hermana, hemos hecho todos los arreglos, posees una gran fortuna, que tontería es esa…gustos costosos, todo quedaría en familia-.

-Alan tu madre tiene razón-.

-Pero papá…-.

-Tu padre no ha terminado de hablar, escúchalo-.

Francis se servía su porción de fruta con miel, mientras miraba atentamente a Erwin.

Erwin tomaba una porción de manzana para untarla en miel.

-Creo que tu madre tiene razón en varios puntos de los que expone, Durman es un hombre muy inteligente y sagaz en el sector de bienes raíces, aunque no entiendo que te obliga a permanecer ahí-. Doblaba los informes que leía en aquel momento.

-Papá, invertí mis ahorros en la firma del señor Durman, me gusta trabajar con él, además que asesoro todos los negocios que se realizan, no solo soy bueno en derecho penal-.

-Te han ofrecido altos cargos, deberías pensar en trabajar para nuestras empresas…sé que siempre contamos contigo, pero no entiendo esa insistencia tuya…tu hermana y tú son nuestros herederos, todo esto pasará a ustedes cuando sea el momento-.

-Papá quiero lograr objetivos por mi propio trabajo no por mi apellido o fortuna…cuando llegue ese momento lo veremos, por ahora quiero hacer mi propio capital. Tengo lo que necesito, vivo cómodamente, pero sin excesos-.

-Como quieras, lo único que has aceptado es el departamento que te dimos por tu graduación-.

-Madre…no pude negarme, los abuelos hicieron bien su trabajo en engañarme-.

-Eran tan especiales y maravillosos-. Los ojos de Francis perdieron su brillo y encanto. Hubo un gran silencio.

Erwin exclamó.

-Estoy en algo de acuerdo con tu madre en el mismo punto, Kamil y tú ya deben ir fijando fecha para casarse, tu madre diseñará las joyas para la hermosa novia, una gran boda… no pienses que aceptaremos un matrimonio a puertas cerradas-.

-Papá, aún no he tomado la decisión de casarme…toda mi vida he estado estudiando, estudiando y estudiando…creo que quiero respirar un poco-.

En ese momento Karly la hija mayor del matrimonio ingresaba en el amplio comedor familiar.

-Veo que están en el mismo tema del matrimonio de Alan con Kamil, creo que son jóvenes, mi hermano se la ha pasado enclaustrado devorando libros, debe vivir la vida… así que mamá dale tiempo…yo en cambio sí quiero casarme, y ya tengo alguien en la mira…es un chico atractivo, trabajador, inteligente, y me gustaría que lo conozcan-.

-Piensas traer un don nadie…. Ni lo intentes creo que el hermano de Kamil es un buen pretendiente, por favor Karly, es un tema serio, no quiero hablar más al respecto -.

-Pero papá…es un buen…-.

-Dije que no, ha de ser algún vividor que quiere solo tu dinero, con el bueno para nada del esposo de tu tía es suficiente, no seguirás los pasos de Moly…piensa bien las cosas-.

-Ah papá…eres injusto-.

-Ni tiene trabajo, ni profesión ni nada-.

-Estudia, honrado, inteligente, responsable… además se ha portado amable conmigo, alguien quiso robarme la semana pasada, si no fuera por él habría pasado un mal momento, por favor papá… dale la oportunidad-.

-Bien, invítalo a casa, quiero darle las gracias y compensarle su buena acción…-.

-Papá te va agradar…recuerda que me prometiste un regalo por mi cumpleaños, mi trabajo en la empresa ha dado grandes frutos -.

-Eso no lo podemos reprochar, tenemos dos excelentes hijos en los estudios y los negocios-. Francis sonreía con orgullo.

-Te daré un buen regalo-. Erwin se retiraba en aquel momento, su asistente y secretario personal llegaba justo para indicarle que le esperaban en la empresa.

-Lenin… ¿Puedes llevarme en la tarde a la empresa? -.

-Con gusto señorita Karly estaré en punto de las dos-.

-Gracias Lenin-. Se giraba para unirse al señor Erwin y darle la agenda del día.

- ¿Mamá que te parece el secretario de papá? -.

-Oh…es un excelente secretario, siempre tiene todo al día, por eso es la mano derecha de tu padre, goza de nuestro aprecio-. Francis tomaba su bolso y llamaba a su prima Cáterin.

-Hola Cáterin buenos días. ¿Cómo amaneció hoy la tía Dora? -.

-Buen día Francis, ya se siente mucho mejor, fue un pequeño resfriado, ayer tomó la última dosis de los medicamentos, te envía saludos-.

-Iré a verla más tarde-.

-Nos vemos en la joyería, hoy llegan insumos que teníamos pendientes, estaré justo en media hora-.

-Nos vemos Cáterin, que haría sin ti-. Era su mano derecha y asistente personal, Cáterin era soltera y pasaba sus cuarenta años, motivo que para Francis era indicador de soltería a la vista.

Kiki corría a prisa colocando todo en su lugar, en diez minutos Marga llegaría revisando todo minuciosamente. Era difícil de complacer.

La señora Pelton tomaba su yogurt con cereal, la verdad era que la pobre nunca podía tomarse un desayuno con tranquilidad.

Mirando a todos los puntos importantes en la habitación, respiró con serenidad. Todo marchaba en orden.

Se escuchó el ruido de un auto que se estacionaba, era el señor Fred con un gran ramo de rosas amarillas. No era una buena señal.

-Señor Fred buenos días, perdone mi sugerencia… pero no es una buena idea las rosas amarillas…la señorita Marga las odia-.

-La verdad es que me encantan, tendrá que soportarlas hoy es un día importante, el desfile abarcará todos los medios, marga no tendrá tiempo de lanzar mis flores a la basura-.

-Oh ya entiendo-. No entendía en que cambiaba eso la situación, cuando tenían eventos marga era mucho más insoportable que de costumbre.

Marga ingresó como un torbellino lanzado algunos mostrarlos a los costados, varias piezas bordadas las cuales no le agradaban, y de paso arrojando las revistas sobre la impecable alfombra.

-Kiki tráeme otro café-.

-Marga de mi corazón, las rosas son hermosas ¿No crees? Así que las colocaré en agua, quedan bien con tu atuendo de hoy-.

Marga solo las miró por encima. -Detesto el amarillo floral-.

-Bien no te preocupes, las haré cambiar por un tono rosa pálido cariño, bien aquí está tu café-. Tomaba la bandeja de manos de Kiki antes que pudiera colocar las tazas sobre su escritorio.

-Kiki quiero a las modelos con tres horas de anticipación, pásame la paleta de colores, quiero elegir perfectamente todo-.

-Si señora, ya le traigo los mostrarlos-. En aquel instante que se cerraba la puerta, Fred se acercó a Marga para darle un dulce beso, le abrazaba para apaciguar su molestia, ella se soltó de sus brazos con algo de brusquedad.

-No tengo tiempo para abrazos y escenas románticas-.

-Claro cariño te entiendo, fue un día arduo para ti… me marcho, tengo varias cosas pendientes en la oficina, si necesitas algo solo llámame-.

-Ve a tus ocupaciones Fred, quiero realizar algunas llamadas personales-. Sacudiendo su mano le despedía.

Fred era paciente, amoroso y dedicado a Marga. Alto, atractivo, ojos verdes, cabello castaño medio. Siempre impecable y paciente.

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