Alan extendía los documentos ante la señora Bounberry quien después de revisar minuciosamente firmaba las escrituras de su nueva propiedad, una maravillosa casa antigua la cual sería totalmente remodelada, dos pisos serian usados para su tienda y talleres. En la tercera planta quedaría su estudio y al fondo el departamento con terraza y jardín. La señora Bounberry era una diva de la moda conocida en el círculo de empresarios y magnates textiles.

Alan extendía su mano para darle un suave apretón de manos.

-Señora Bounberry le deseo éxitos en sus emprendimientos, de hecho; haré arreglos mañana mismo para el predio colindante con el suyo, la constructora iniciará en tres días trabajando a dos turnos-.

Ella agradeció a Alan estar al tanto de todo. Su secretario estaría disponible para lo que necesitara, se despedía dando las gracias y recordándole que ameritaba una cena junto a señor Durman.

En aquel momento en que abandonaba la oficina de Alan, la señora Minie ingresaba con un gran pa