El resto del día transcurrió con tranquilidad. Cada uno se ocupó de sus obligaciones, intentando concentrarse, pero, inevitablemente, tanto Marco como Ámbar fueron a descargarse en sus respectivos "cable a tierra": el ejercicio y la danza.Él pudo escuchar la música que provenía del salón pero, esta vez, se contuvo de ir a espiar, concentrándose lo mejor que pudo en sus rutinas de pesas. Cuando ya estaba completamente agotado, fue a bañarse, subió a su habitación, se vistió y llamó a la cocina para pedir la cena y que le avisaran a Ámbar para que bajara al comedor.Ella había puesto esta vez una música más intensa, necesitaba sacudirse a un ritmo agitado y fuerte. Se movió con potencia, con saltos y giros hasta que sus pies y sus brazos se cansaron hasta casi el entumecimiento, hasta que se sintió atravesada por la euforia de la oxitocina y sus pensamientos se aclaraban levemente.Se dio un largo baño en su habitación, hasta que el agua se enfrió casi completamente. Esta vez, ya espe
Ámbar estuvo encerrada con la psicóloga durante un par de horas.Mientras tanto, Marco tuvo bastante tiempo de pensar en todo lo que había sucedido ese día. No estaba seguro de cómo seguiría todo a partir de ahora, pero sí era claro que sus planes tendrían que cambiar.Se dio cuenta de que no la conocía lo suficiente.Además, había sentido tanta rabia al enterarse, se había preocupado de tal manera que, tal vez, él mismo no tenía tan claros como creía sus sentimientos. Se sentó a esperar, luego de dar miles de vueltas como si fuera un león enjaulado.Cuando la psicóloga salió, y lo buscó, se puso de pie enseguida. -Señor Rizzo, lamento que haya tenido que esperar tanto. Comprenderá que estas cosas llevan su tiempo. De hecho, coordinaremos con la señorita Rice para tener una sesión semanal, a fin de apoyarla adecuadamente en la superación de su trauma infantil. Aparentemente, había estado bloqueado por bastante tiempo…-¿Pero ella estará bien? ¿Cómo… cómo debería proceder a partir d
Marco no sabía si sería oportuno, pero quería ver de nuevo a Ámbar. Así que decidió enviarle un mensaje."Hola Ámbar, ¿cómo salió todo?"Pocos minutos después, llegaba la respuesta."Muy bien. Fue maravilloso hablar con mamá. ¿Qué tal la oficina?""Aburridísima. ¿Ya almorzaste?""Aún no""¿Te gustaría que te pase a buscar para almorzar juntos?"Ella lo pensó unos minutos. Sí, deseaba verlo de nuevo, aunque sabía que no tenía el mejor aspecto. Los ojos hinchados, ropa casual."Me gustaría, pero no estoy muy presentable""Ok. Tenemos dos opciones. Te busco, compramos algo que te haga sentir cómoda y vamos a un lugar sorpresa que te fascinará, y que me recuerda a tí. O compramos comida rápida en cualquier lado""Pues me has enganchado con lo de la sorpresa. Estoy saliendo del hospital ¿le digo a Mario que vuelva a casa?""Si, llego en cinco minutos y vamos al centro comercial ""Te espero"Marco llegó enseguida, lo que le hizo pensar que en realidad estaba muy cerca del hospital cuando e
Los siguientes días transcurrieron sin tensiones. Marco había frenado sus acercamientos directos hacia Ámbar y ambos se concentraron en la convivencia tranquila, y sus trabajos y estudios respectivamente. Finalmente, el primer fin de semana con la familia de él, en todo su esplendor, llegó. Ella estaba muy nerviosa, pero la presencia de Marco era un efectivo calmante. Se lo veía seguro y confiado de que todo saldría bien, algo que lograba transmitirle. Preparó una valija con ayuda de Julia, quien estaba algo horrorizada de que no llevara más cosas, y viajaron juntos en una de las limusinas, conducida por el chofer. Partieron muy temprano en la mañana y la cocinera dispuso un abundante desayuno para llevar. El viaje era de poco más de tres horas, que pasaron fugazmente para Ámbar, debido a la novedad de viajar, observar el paisaje, y el exquisito desayuno.Cuando llegaron a la casa de campo, resultó ser una mansión enorme, con grandes extensiones de tierra rodeándola, un bosque ce
Cuando terminaron el refrigerio que habían preparado, algo ligero y refrescante para ese día de calor, Marco preguntó:-Y bien… ¿Tienen planes para hoy? Si no hay otra actividad prevista, me gustaría mostrarle los alrededores de la casa a Ámbar… el lago, el bosque…-Sí, precisamente, Julio está preparando los caballos para que todos hagamos un recorrido por las tierras… ¿Alguna vez has montado a caballo Ámbar?-Nunca… la verdad es que me da algo de miedo…Enseguida intervino Marco. -No te preocupes, tendrás tiempo de acostumbrarte en el futuro, no será la única oportunidad que tengas- y agregó acariciando su mano para transmitirle confianza- por hoy, iremos juntos en el mismo caballo, así te sostengo y no tienes miedo. ¿Estás de acuerdo papá?-Por supuesto, me parece una buena opción. -¿Tus niños vendrán hoy, Alex?- indagó ella para cambiar de tema. La idea de montar ya le estaba dando ansiedadAlex le sonrió con evidente falsedad. A Ámbar no le gustaba eso.-No, ellos tenían otros
Regresaron a la casa cuando el sol de la tarde empezaba a caer. Ámbar estaba verdaderamente agotada, pero había disfrutado cada momento de ese día mágico. Se había sentido como una princesa, dentro de un mundo onírico y sobrenatural. No podía imaginarse que pudiera ser más perfecto. Bueno, tal vez sí. Si su relación fuera real.Temía perderse en esa irrealidad, inconsciente de su verdadero lugar y de sus motivos para estar allí. Cuando llegaron, no era la única cansada, por lo que todos acordaron descansar unas horas en sus habitaciones hasta la hora de la cena, lo que hizo que volviera a ponerse ansiosa por estar a solas con Marco. Entró a su habitación deseando darse un baño, así que buscó ropa limpia, una bata de baño y lo miró a él, que se había sentado un momento en uno de los sillones, también visiblemente exhausto. Le dijo entonces:-Me daré un baño en la bañera, a menos que tú quieras ir primero…Él sonrió con picardía y respondió:-A menos que tú quieras compañía…Ella lo
Terminaron de cenar temprano, y tras un largo día todos deseaban retirarse a sus habitaciones para poder descansar, y estar listos para otro intenso día en la casa de campo.Ámbar y Marco entraron al dormitorio que compartían. Ella estaba visiblemente nerviosa por la idea de dormir juntos, y él lo notó. -Ámbar, no te preocupes tanto. No soy un acosador. Dormiré en el sillón, y sin tocarte. Sabes bien que no pasará nada que no desees, sobre todo después de lo que pasó en casa.-Lo sé… y lo siento. Me pone nerviosa estar cerca de tí y no logro evitarlo. Confío en ti… sólo… no entiendo por qué me pongo así…- no se atrevía a decir que era en ella misma y sus sentimientos en quienes no confiaba.-Está bien… sólo necesitas tiempo. Estamos cansados. Durmamos, mañana será otro día importante. -Sobre eso…-¿Qué sucede?-¿Crees que seguirán haciendo preguntas?-Es lo más probable, sobre todo Alex… ¿por qué?-No me quiero equivocar… así que sería bueno intentar que no me quede sola con ellos e
Entraron juntos al elegante comedor, donde los aromas deliciosos de la comida lo invadían todo. Ámbar nunca había visto tantos manjares juntos, y la emocionaba un poco el despliegue de lujos, pero a la misma vez pensaba en lo exagerado que era todo.Saludaron con cordialidad y sentaron uno al lado del otro y ella descubrió que estaba algo hambrienta. Le sirvieron café mientras elegía algo de la mesa, y todos comenzaron a desayunar.Marco preguntó:-Bueno, papá, qué planes tienes para esta mañana, ya que nos despertaste temprano…-Según he oído, ya estabas bastante despierto…Ámbar enrojeció y Marco se rió con ganas.-¿Puedes culparme? Ya me conoces. Susy no debería haber entrado. -Es verdad. Y no, quién podría culparte. -Entonces ¿Qué planteaste esta mañana?-Parece que habrá una exhibición de embarcaciones en la orilla norte del lago, con deportes acuáticos, una feria local, algo pintoresca, pero con un espectáculo de danzas, y supuse que a Ámbar le gustaría.A ella le brillaron lo