Entre Martha y Bob se encuentra una de ojos azules como los de su madre. Su cabello rubio se encuentra recogido en dos colitas rosas que combinan con su pequeño vestido.
-Ella es nuestra hija Kaia, Kaia ella es Kara- nos presenta Martha. Me agacho ya que viene corriendo hacia mi. Salta encima mío y la cojo a tiempo para que no se caiga.
-Tu eres la que siempre habla mi papi- dice emocionada y me sonríe mostrando unos pequeños hoyuelos y sus dientes, los cuales tiene dos espacios por la caída de estos haciéndola más adorable aún.
-Cuántos años tienes?- le pregunto sonriente mientras tiene sus pequeñas manos en mis mejillas, aparta una y me enseña cuatro deditos indicando su edad.
El martes estuve esquivando a mi madre, la cual quería hablar sobre que dejara el boxeo. Aunque ambas sabemos que es una pérdida de tiempo que lo intente ya que amo con toda mi alma el boxeo y es algo que siempre he compartido con mi padre.En la tarde, después de trabajar en Matthew's, fui con Martha a su casa para cuidar lo que quedaba de tarde y en la noche de la monstruito de Kaia. Una vez me soltaron toda la charla y advertencias junto a la dirección de su escuela se fueron dejándome con la pequeña. Pasamos la tarde entre té, películas, deberes y muñecas. En la noche decidimos hacer una cabaña y me obligó a prometerle que en la próxima pijamada vendría Campbell ya que se pasó una hora pidiéndome que llamara a Campbell para que viniera pero logré convencerla, esta ni&
Entramos en su apartamento tras unos largos minutos de silencio. Las paredes son blancas y grises, pero un gris claro que hace que parezca más iluminado. Me arrastra a la cocina donde se sirve un vaso de agua. Observo todo curiosa y noto como me mira de reojo pero no le doy importancia. Sale de la cocina una vez se ha bebido todo y caminamos por un pasillos, no muy grande y entra en la habitación del fondo. A mi vista aparece una habitación con tonos grises y la colcha negra, la habitación es un poco simple y muy a su estilo.-Si ya has acabado de escanear la casa podemos coger mi pijama? Gracias- dice haciendo que ruede los ojos. Nos lleva hasta su armario donde coge dos pantalones de chándal cortos. Me tiende uno.-Gracias- le agradezco, el asiente y nos encamina hasta la cama donde dejo que pr
Estamos en el coche de Campbell rumbo a la universidad y aún no me ha dicho cual es su idea.- Me vas a decir de una vez cuál es tu idea?- pregunto un poco cabreada y el solo me mira burlón y niega con la cabeza para luego volver a fijar su mirada en la carretera. Resoplo enfadada y decido mirar lo que resta de camino la ventana.Cuando aparca me toca arrastrarme hasta salir del coche donde veo a Campbell aguantándose la risa pero fracasa y empieza a reír a lo que le doy un codazo cogiendo mi mochila.- Iremos a dos clases tuyas y dos mías.-Estudias?- pregunto, no sabía que el estudiara, y menos aquí, no es por el dinero es porque nunca me lo había imaginado estudiando.
Escuchamos la campanita de a puerta y nos giramos para ver si es el tío Bob pero me llevo una gran y no grata sorpresa cuando veo a la persona que hay situada en la puerta mirándome con odio, se acerca a mi y sin esperarlo recibo un golpe a mano abierta en mi mejilla, los anillos hacen que duela mucho más el golpe. Mi cabeza gira en el sentido del golpe adolorida. Pongo una mueca y la miro.- Eres una mal agradecida, una niñata insolente y por lo que veo una perra, tus cosas estarán en a puerta, no quiero a perras en mi casa que lo único que hacen es molestar- dice cabreada. Veo a Bob parado en la puerta de la cafetería mirando con sorpresa la escena.- Qué hice?, haber que yo sepa durante todos estos años desde lo que pasó solo te he complacido- digo empezando
Guardo los guantes de boxeo de mi padre junto a sus trofeos y recuerdos en la última caja abierta.-El avión sale en dos horas, tenemos que irnos- aparece mi madre en mi cuarto, asiento y sin nada más a decir sale. Cierro la caja y miro mi ahora antigua habitación recordando algunos momentos vividos en esta. Cojo la caja y una maleta que es lo último que queda y salgo de casa dejándolo en el maletero. Subo al coche y veo desde la ventanilla la casa y a mi madre hablar con la de la imobiliária y darle las llaves para luego subir al coche. Arranca el coche y veo como poco a poco nos alejamos de la casa hasta desaparecer de mi vista.-Cuando llegará todo al apartamento?-Mañana en la mañana- responde educada
-Oh, dios! Kara! Soy tu tía Rose, la hermana de Bob- exclama ella feliz. Un recuerdo viene a mi mente mientras me abraza.Recuerdo.....Quedaba poco para que empezara a entrenar con papá y el tío Bob. Voy corriendo con mamá detrás de mi y llego donde la tía Rose, está me abraza y me separa del suelo dándome algunas vueltas en el aire haciéndome reír .-Hola tía Rose- le correspondo el abrazo. Cuando nos separamos ésta me da unos caramelos a escondidas y me guiña un ojo cómplice.Fin del recuerdo...-Que grande estás hija- responde cuando se separa de mi sonriente. -Te hemos echado mucho de menos- dice con los ojos cristalinos.
Miro el reloj que marca las diez de la mañana, me levanto de la cama estirándome voy hacia el baño donde hago mis necesidades y luego me ducho tranquilamente. Menos mal que entro mañana a la universidad, sino ya hubiera llegado tarde. Salgo en toalla y rebusco en mi armario lo que me pondré hoy. Me decido por ropa deportiva, que consiste en, unas mayas negras nike, un top deportivo negro, una sudadera blanca y mis deportivas blancas. Peino mi pelo y me hago unas trenzas boxeadoras.Salgo de mi cuarto y voy directa a la cocina. Mi madre trabaja de siete a cinco de la tarde, así que tengo la casa sola. Decido hacerme un jugo de naranja y unas tortitas.Cuando acabo de desayunar veo que son las once, más que desayunar sería un almuerzo. Regreso a mi cuarto cuando escucho e
Cuando llego a la puerta del gimnasio casi no siento mi cara de lo congelada que está. Nada más abrir la puerta siento el calentito del gimnasio. Entro y la calidez me acoge. Me quito la capucha viendo a Rose en el mostrador, en cuanto me ve sonríe alegre, me acerco a ella y le abrazo.-Hola- saludo cuando nos separamos sonriente.- Hola pequeña, pasa, toma- dice y me da unos caramelos. Sonrío con nostalgia, la abrazo de nuevo y le doy un beso en la frente ya que soy más alta que ella. Entro en el gym comiendo uno de los caramelos. Está lleno. Me acerco a Bob que está entrenando a un chico moreno de ojos avellana, tendrá unos diecisiete años.-Hola- digo aún con el caramelo en la boca. Este me sonríe y