Sí.La respuesta era simple y de dos letras, así que Nate no tuvo más remedio que soltarla porque esa era la pura verdad.—Sí, nena, ya sé que me volví loco — susurró tomando las manos de Blair y llevándola al rincón más alejado de la habitación—. ¡Pero te juro que solo se me salió! ¡Es que no podía soportar que mi madre estuviera diciendo todas esas atrocidades! ¡No puedo creerlo, por Dios, no puedo creerlo! —murmuró y la muchacha pudo notar tanta tristeza en su voz que solo tiró de su mano y se dejó envolver en aquel abrazo.Nate cerró los ojos apoyando la mejilla contra su cabello y Blair pudo sentir latido pesado de su corazón. Todo aquello estaba siendo demasiado para los dos, pero la verdad parecía más liviano solo por el hecho de que lo estaban enfrentando juntos.—Estuve hablando un poco con Ranger —murmuró Blair y Nate asintió.—Eso, tú habla con el único que tiene dos dedos de frente en todo esto, porque a todos los demás ya se nos achicharraron las neuronas —suspiro él y Bl
Quizás lo peor no fueron aquellos dos disparos, quizás no fue la adrenalina, o el riesgo, o el miedo.Lo peor de todo fue cuando aquella mujer se asomó al interior de la limusina y vio que la que estaba tirada dentro intentando respirar entrecortadamente no era Blair.Lo peor de todo fue cuando cuatro autos derraparon junto a ellos sin que supiera ni de dónde salían, y vio a cada uno de los chicos Vanderwood corriendo hacia la limusina mientras Elijah gritaba desesperado.Lo peor fue cuando el conductor de la limusina se bajó con el rostro desencajado para verla sosteniendo aquel revólver.Nate sentía que el corazón se le saldría del pecho, o que dejaría de respirar, o que el mundo se rompería de repente y alguna grieta hacia el infierno se abriría bajo sus pies.Aquella era una trampa para Sienna, una trampa para conseguir pruebas de que realmente quería lastimar a Blair y de que había planeado aquel accidente en el que él casi había muerto. Pero en lugar de eso la mujer que estaba a
Nate estaba tan pálido que Blair casi podía asegurar que se desmayaría de un momento a otro. Intentó despejarle la cara con las manos mientras lo hacía sentarse en el sofá y lo obligaba a mirarla.—Nate, ¿qué es lo que está pasando? ¡Dime qué es lo que está pasando!Se le estrujo el corazón cuando vio que los ojos de aquel hombre frente a ella se llenaron de lágrimas, porque era evidente que no tenía valor para decir lo que tenía que decir.—Fue... Fue mi madre, Blair —respondió Nate con voz quebrada y la muchacha se cubrió la boca con las manos, intentando ahogar aquel gemido de sorpresa que la hizo caer en un asiento frente a él.—¿Que tu madre qué, Nate…? ¿De qué hablas?...—¡Pensé que la que estaba detrás de esto era Sienna! —exclamó Ranger.A ver, no era como que el ex soldado jamás hubiera imaginado que Adaline les pasaba toda la información a las arpías aquellas, pero de ahí a ser la cabeza de aquellos atentados... ¡Eso sí que no lo había esperado!—¿Qué fue lo que pasó? ¡Habla
¿Qué se suponía que le dijera a aquel pobre señor que acababa de tener un ataque al corazón? ¿Que no? ¿Que no se casaría con Nate porque lo que tenían eran un arreglo de mentira?El médico había sido muy claro en cuanto que no podían estresar al pobre señor Vanderwood, y como si eso no fuera suficiente Blair sentía un genuino cariño por el anciano, porque desde el primer instante había tomado a su hija como su nieta y había hecho lo posible por protegerla y por hacerla feliz.—Tranquilo, señor Vanderwood, por favor...—No me digas así, hija, soy Rufus.—Pues no se ponga así, señor Rufus, lo que hace falta ahora es sacarlo de aquí y que esté bien para que pueda regresar con nosotros a la casa.-Lo sé, lo sé, pero es que no quiero que todo esto que ha pasado con Adaline consiga que te marches lejos de nosotros. Por favor, Blair, prométeme que te vas a casar con Nate.La muchacha respiró profundo pero terminó asintiendo.—Está bien, está bien, me voy a casar con él pero solo lo haré cuan
—¡Abre la puerta! ¡Abre la maldit@ puerta! —gritó Nate desesperado mientras llevaba a Blair desmayada en sus brazos, y Asher se apresuró a abrirle la puerta trasera de la camioneta para que su hermano pudiera acostar a la muchacha sobre el asiento.—¿Y qué demonios pasó? —lo increpó asustado, pero la verdad era que Nate estaba más nervioso todavía.—¡No lo sé, solo se desmayó! ¡Hay que llevarla al hospital! ¡Ahora! —sentenció y Asher lo empujó también a la parte de atrás.—¡Entonces yo conduzco, tú no puedes manejar así! —declaró y un momento después aceleraba para salir de la propiedad.Por el camino Blair comenzó a reaccionar, pero se sentía tan cansada y tan mal que no fue capaz de protestar porque la estuvieran llevando al hospital. Pocos minutos después los recibían en Urgencias y lo mismo el doctor que la muchacha trataban de calmar a Nate.—Es que no entiendes, amor, ¡esto es culpa mía! —replicaba él.—¿Cómo va a ser culpa tuya? ¡Las mujeres se desmayan por el embarazo! —intent
Nate se levantó de la cama y caminó despacio hasta la ventana mientras se restregaba la cara. Detrás de él Blair se envolvió en la sábana y trató de alcanzarlo. Imaginaba que estaría molesto y dolido, y sabía que aún le faltaba mucho para saber toda la verdad, pero antes de que pudiera decirle otra palabra tuvo que ahogar un jadeo de sorpresa cuando aquel hombre se arrodilló frente a ella y se abrazó a su cintura.—No me lo digas...—¡Nate!—¡Maldición Blair, ya no puedo más! ¡Ya no puedo con todo esto! Mi padre casi se me muere, mi madre es una asesina que en este momento está prófuga, ya mi familia sabe toda la horrible verdad de mi pasado, y hace nada casi las pierdo a ustedes también...—Nate, por favor —murmuró ella con el corazón encogido acariciando su cabello.—¿Me va a doler? —preguntó él con la cara oculta contra su vientre y Blair suspiró con tristeza porque ahora sí podía responder aquella pregunta.—Sí, te va a doler.—Entonces no me lo digas ahora, no me lo adelantes, so
Quizás era el instinto, o quizás fuera simplemente que Blair ya no tenías fuerzas para seguir escondiendo la verdad, y en cuestión de horas había dejado de ser fuerte y Nate era perfectamente capaz de percibir la debilidad a la que se estaba abandonando.—¡Nena, tienes que decirme qué pasa! —la increpó asustado mientras las horas en aquel avión se le hacían eternas—. ¿Por qué estás así? ¿Qué es lo que está pasando? ¿Esto es por el bebé? ¿Es normal que te pongas así porque el bebé se acerca? ¡Por favor, dime!Blair apretó su mano con cansancio, pero en ese momento lo único que quería hacer era dormir. El momento de las explicaciones, la negación y la desesperación ya no era ese; ahora lo que necesitaba era poder aguantar hasta llegar a Nueva York.—Ahora no, cariño —murmuró con cansancio—. Solo abrázame, ¿sí? Abrázame un rato; vamos a llegar a casa.Pero aquel desasosiego de Nate no iba a terminar cuando llegaran a Nueva York, al contrario. Las primeras palabras que salieron de la boca
—Cesárea… ¿cómo cesárea? ¿La van a meter al quirófano? —La mente de Nate era una madeja de cosas que no entendía—. Espere, espere... ¡Nuestro bebé todavía no tiene nueve meses!—Soy consciente de eso, señor Vanderwood, pero ya tenemos que sacar al bebé —le dijo la doctora como un gesto preocupado—. El cuerpo de Blair ya se ha desgastado demasiado con el embarazo, y ahora mismo están en riesgo. Tenemos que hacer esta operación con urgencia, ya no podemos esperar más.Los ojos del hombre frente a ella se llenaron de lágrimas mientras aquella opresión en su pecho apenas lo dejaba respirar.—No, no, esto no puede ser. Ellos... ¡Ellos estaban bien! ¡Ellos estaban bien!, ¡¿cómo puede estar pasando esto?! —gritó Nate desesperado, pero en el fondo era como si Blair siempre lo hubiera sabido—. ¡Dígame que esto es mentira, esto no puede ser!—Lo siento, solo le estamos informando de lo que va a pasar, tenemos que intervenir ahora o corren peligro de morir los dos.Nate sintió como si el mundo s