—¡Eres un hombre inteligente! ¡Por Dios, dime que después de tantos años todavía sigues siendo un hombre inteligente! —exclamó Sienna con los ojos llenos de lágrimas.—¡Sí, mi inteligencia alcanza para no creer en zorras como tú!—¡¿Pero prefieres creerle a la mujer que te está engañando?!—Pues no sería la primera vez ¿verdad?—¡Nate, por Dios, escúchame! ¡Tienes que abrir los ojos! ¡Siempre has sido de la misma forma, solo confías en Ranger!... ¡La única persona en el mundo en la que nos confías es en mí!—¡Pues será porque eres la única persona en el mundo que trató de encajarme a un hijo de mi hermano! —siseó Nate fuera de sí.—¡Pues ahora la zorra esa te está tratando de encajar a un hijo de tu mejor amigo! ¡Así que ella no es mucho mejor que yo! ¡Sé que me equivoqué, pero por Dios, recapacita! ¡Investiga las cosas por ti mismo! ¡Al final no tienes ni idea de cuáles pueden ser las intenciones de una pobretona como esa…!—¡¿Disculpa?! —gruñó Nate entre dientes mientras la miraba c
El paisaje era definitivamente hermoso, y a medida que subían por la falda de la montaña, los árboles estaban aún más nevados y el ambiente más invernal.Aunque Ranger decía que era una casa, la realidad era que se trataba de varias cabañas pequeñas.—Sé que no parecen la gran cosa, pero te juro que cuando encendamos las chimeneas esto realmente se va a poner muy cálido y agradable —le sonrió a Blair con una expresión reconfortante.Aún no le habían dicho a la señora Margo nada de lo que estaba pasando, pero al final era mejor así, dejarlo como unas lindas vacaciones de Navidad para todos, mientras se alejaban del mundo hacia un lugar en el que la muchacha pudiera descansar el resto de su embarazo.—¿Esto es tuyo? Realmente es muy bonito —murmuró Blair mirando el conjunto de cabañas.—Mi padre solía tener un coto de caza en estas tierras, él y sus amigos las construyeron para poder venir en temporadas de cacería —le contó Ranger—. No vengo mucho aquí desde que mi padre murió, pero te
Sienna Williamsburg tenía muy claro lo que quería: Embarazarse de aquel hombre; porque, aunque en aquel momento la odiara, sabía muy bien que era lo suficientemente buena persona como para no rechazar a su propio hijo. Y en aquel punto eso era lo único que podía conseguir que volviera a estar con ella.Por eso había tomado la decisión de drogarlo, y gracias a la vigilancia que tenía puesta sobre él, enseguida se había enterado de dónde podía encontrarlo.Obviamente, el hecho de que estuviera en un bar y ya se hubiera pasado de tragos fue todo un golpe de suerte para ella. Ahora solo tenía que conseguir que se dejara quitar aquella ropa y poder acostarse con él.Al día siguiente pondría el grito en el cielo cuando amaneciera a su lado, pero después de un embarazo, Nate ya no podría negarse a volver con ella, sobre todo ahora que había echado fuera de su vida a Blair y a su verdadero hijo. Lo único que Sienna necesitaba hacer era darle otro bebé para sustituir aquel vacío tan grande que
Nate podía jurar que jamás en su vida había esperado una sonrisa como había esperado ver esa. Un segundo después daba un paso hacia el interior de la casa y envolvía a Blair en el abrazo más apretado que había dado en su vida, y respiraba aliviado sintiendo cómo ella cruzaba los brazos detrás de su espalda por debajo del abrigo.—¡Dios, me estaba muriendo por hacer esto! —susurró en su oído antes de dejar un beso suave en su frente—. ¡Dime que estás bien! ¿Cómo está Nathalie, y cómo está el bebé? — preguntó apartándola solo un poco para ver su cara, y Blair le sonrió con suavidad.—Tranquilo, todos estamos bien. ¿Y tú?—¡Muriéndome, extrañándolas, odiando al mundo hasta por deporte! —rezongó Nate con un puchero mientras Blair tiraba de él para cerrar la puerta y quitarle el abrigo.—Pensé que ya no ibas a venir. ¡Se suponía que estuvieras aquí desde antes! —protestó ella, y Nate le acomodó un mechón de cabello detrás de la oreja antes de atreverse a inclinarse y darle un beso suave e
Nadie era siquiera capaz de describir la preocupación y la incertidumbre que se hacían una maraña en el cerebro de Nate Vanderwood; pero lo único que lograba darle cierta paz era estar en aquel lugar: sentado junto a Blair, en la alfombra frente a la chimenea, jugando con su hija.Faltaba una semana para Navidad, y él había preferido lanzar su teléfono en medio de la nieve para que nadie pudiera localizarlo, que irse de allí.Ranger estaba más vigilante que de costumbre, pero por suerte él se había asegurado muy bien de que no lo siguieran; y el resto de la tropa, que también eran bastante inteligentes, habían llegado sin mayor percance.Por suerte las cabañas eran suficientes para todos, aunque muy pronto se dieron cuenta de que los chicos tenían planeado celebrar una Navidad anticipada, y la señora Margo estuvo feliz por hacerse cargo de aquellas seis bestias hambrientas.Blair y Nathalie pasaron por el abrazo de todos los hermanos Vanderwood y Asher fue el último, que se inclinó fr
Abrir los ojos y verla allí era quizás una de las mejores cosas del mundo para Nate. Hacía años que realmente no despertaba con nadie, pero hacerlo junto a Blair era simplemente perfecto.Tenía un gesto suave mientras dormía y por alguna extraña razón le pareció un poco demacrada. Era normal que estuviera cansada después de todo lo que habían pasado en las últimas semanas, pero lo mataba saber que eso podía estar afectándola a ella y al bebé.La levantó con mucho cuidado para que no fuera despertarse y la llevó a la cama, cubriéndola con uno de los enormes edredones y apretándola contra su cuerpo mientras dejaba un beso suave en sus labios. Uno que la hizo sonreír inconscientemente y abrir los ojos poco después.—Tenemos mucho que hacer hoy, nena, así que a levantarnos —la provocó Nate acariciando sus nalgas con un gesto posesivo y ella arqueó una ceja, divertida.—¡Uf, me parece que todo eso va a incluir echar a tus hermanos de aquí! —se rio tirando de Nate para ponerlo sobre ella y
—¡Trágatelo! —había sido la única respuesta de Sienna a toda aquella verdad que su madre le había contado.Al parecer Paloma solo le había dicho la mitad de los hechos sobre lo que había pasado con Adaline hacía treinta años, pero la otra, la realmente interesante, no se la había contado hasta ahora.—¿Quién te entiende? ¡Pensé que te alegraría! —replicó su madre con molestia—. Esto abre todo un nuevo abanico de posibilidades.—¡No seas idiota! ¡Esto habría significado algo cuando estaba embarazada, no ahora! —espetó Sienna con molestia—. ¿No te das cuenta de lo que esto puede significar?—¿Que tenemos a la desgraciada de Adaline comiendo de la mano?—¡Y que si esto se sabe la hermosa fortuna de los Vanderwood se va a ir al demonio porque cada uno de esos hermanos va a tirar por su lado y ahí mismo se va a joder todo! Además... —suspiró con fastidio—, no puedo estar acostándome con Matt el resto de mi vida. Para empezar porque es un tierno, ¡aaagrrh! ¡Y para seguir porque pasaría el r
Nate se quedó literalmente mudo cuando vio a Blair de pie en la puerta, no era como si no le hubieran avisado que ellos iban a ir, pero una cosa era esperarla y otra cosa era que ni siquiera había imaginado que llegaría así.Iba enfundada en un vestido gris acero con una caída suave que le acentuaba sus pequeñas curvas, y en aquel momento lo único que podía pensar Nate era lo mucho que quería quitárselo.Jamás la había visto tan bonita, al punto de que realmente le había disparado el corazón en un solo segundo.La mayoría de los invitados no la conocían, pero se abstuvieron de murmurar sobre aquel nuevo chisme hasta que vieron a Nate sonreír de oreja a oreja al acercarse a ella, envolviéndola en un abrazo posesivo y besándola en la boca delante de todo el mundo.Detrás de Blair venía Ranger con la pequeña Nathalie en los brazos. Sobra decir que Rufus Vanderwood estaba que daba saltos como si fuera un niño al que le hubieran hecho el mejor regalo, y en cuestión de segundos ya le había