DÍAS DESPUÉSCLARANo he podido llamar a mi familia. Aún continuo en la villa, y aunque mi tobillo parece estar mejor, no me siento capaz de correr. Cada vez que intento poner más peso sobre él, un dolor punzante me recuerda que todavía no estoy lista para escapar, aunque esa idea cruza por mi mente constantemente.Zayed se ha ausentado durante los últimos dos días, y por extraño que parezca, agradezco su ausencia. Sus constantes insinuaciones me han dejado en una montaña rusa de emociones, y lo peor es que mi cuerpo reacciona de manera traicionera. Siento como si estuviera perdiendo el control de mí misma cada vez que está cerca. El aire aquí es denso, el calor abrasador del mediodía está en su punto más alto, y la villa parece un paraíso que no logro disfrutar del todo.He comenzado a ver este tiempo como unas vacaciones forzadas, encerrada en un lugar de lujo al lado de un hombre arrogante y posesivo. Escuché algo sobre una cena importante con su familia esta noche. Al parecer, su
ZAYEDSu cuerpo tiene una capacidad para embriagarme que jamás había experimentado. Cada curva de su piel, cada temblor en su carne bajo mis manos, me consume de un placer tan profundo que amenaza con hacerme perder la razón. Aferrado a sus glúteos, los aprieto con más fuerza, sintiendo cómo se tensan bajo mi toque. Mi pecho se expande con una respiración pesada, el agua que aún cae sobre nosotros intensifica el calor que se arremolina entre nuestros cuerpos.—Quiero más —jadeo en su rostro, aún empapado por el agua. Mi voz es un gruñido bajo, casi animal, mientras mi cuerpo responde de inmediato al deseo, y mi miembro, ya endurecido, despierta con más fuerza que antes, reclamando lo que es suyo.—Yo... —intenta responder, su voz débil entre jadeos. Pero antes de que pueda completar la frase, Karim llega hasta el borde de la piscina, su silueta una sombra molesta en mi campo de visión.Mi primera reacción es cubrir a Clara con mi cuerpo, evitando que cualquiera, incluso él, pueda cont
CLARA Su boca devorando la mía me hace perder por momentos la voluntad. Lo que sucedió en la piscina hace unos instantes es una muestra de ello. Zayed es sensual, su cuerpo exuda virilidad y poder, y me hace sentir deseos que creía enterrados. Soy una mujer con un apetito sexual voraz, igual que él. ¿Cómo podría resistirme a sus insinuaciones cuando mi cuerpo está ardiendo en deseo? Cada vez que nuestras pieles se encuentran, es como si el mundo desapareciera y solo existiera ese espacio íntimo donde la lujuria gobierna. Zayed es un hombre que sabe lo que quiere y lo toma sin vacilar, y eso me excita, aunque no quiera admitirlo. Las estocadas de su cuerpo se vuelven más certeras, alcanzando lugares profundos que despiertan una cascada de placer en mi interior. Instintivamente, ruedo mi cuerpo hasta estar encima de él, tomando el control. Me muevo con rapidez, con una urgencia primitiva, sabiendo que estamos a punto de desmoronarnos juntos en la intensidad del momento. Cada vez que m
ZAYEDMis ojos no dan crédito a lo que ven. Clara Fontaine está ahí, radiante, con ese vestido que parece diseñado para torturarme. Un lado de mí quiere arrancárselo en un segundo, pero otro lado está ardiendo de pura ira. Es un fuego que empieza en el pecho y se extiende por todo mi cuerpo. ¿Cómo se atreve? Clara es un dolor de huevos constante, y ahora ha decidido hacer su jugada más descarada en medio de mi familia. Esta es la maldita cereza sobre el pastel.Mis pasos son rápidos, casi descontrolados, cuando cruzo la sala y la agarro del brazo sin miramientos. Siento la mirada fija de mis hermanos, que observan a Clara como si fuera agua en medio del desierto. Mis dos hermanos, como perros hambrientos, no quitan los ojos de encima. Incluso mi padre, aunque trate de mantener la compostura, no puede evitar que su interés se le note en los ojos. Pero mi madre… oh, su mirada es puro veneno. Es como si su piel se estuviera desmoronando bajo la presión de su desprecio. Para ella, Clara n
CLARASu amenaza no parece ser vacía. En esos momentos, Zayed me ha mostrado un lado tan oscuro y peligroso que es difícil recuperar la compostura. Apenas puedo creer que esa misma persona, momentos después, ha cruzado la puerta de la habitación donde me encuentro y ha reclamado mi cuerpo como si fuera de su propiedad. Lo escuché discutir con su familia, y aunque no entendí sus palabras, el tono y la furia en su voz me contaron todo lo que necesitaba saber. Era por mí, y eso lo hacía aún más aterrador. Cuando sus ojos se oscurecen y su mandíbula se tensa, puedo ver a un hombre a punto de perder el control. A veces siento que lo único que lo mantiene en línea es su voluntad de tenerme. Pero a qué costo…Después de la discusión, volvió, tan salvaje como siempre. Sus manos recorrieron mi piel con esa mezcla de rabia y deseo, y yo, a pesar de todo, me odié por la forma en que mi cuerpo respondía. No debería haber sentido placer, no después de todas sus amenazas, no después de todo lo que
ZAYEDDespierto sobresaltado, extendiendo mi brazo con el único propósito de atraer a Clara hacia mí. Mis dedos, ansiosos por su calor, solo encuentran el frío y vacío espacio de la cama. Inmediatamente me siento en alerta, mi corazón late con fuerza mientras mis ojos recorren el entorno de la habitación. Clara no está aquí.El miedo me invade. Un sudor frío recorre mi espalda al pensar que pudo haber cometido alguna locura, quizás intentando huir. No es su estilo, pero con Clara nunca se sabe. Me levanto de un salto, sin molestia en vestirme del todo, y comienzo a buscarla con desesperación.Recorro cada rincón de la casa, desde las habitaciones hasta la cocina, incluso salgo al jardín, pero no hay señal de ella. El desespero se apodera de mí como un fuego en mis entrañas cuando llego al límite de la propiedad y aún no hay rastro alguno de Clara. Los guardias, estúpidos y negligentes, ni siquiera parecen haberse dado cuenta.Regreso a la casa con la ira hirviendo en cada músculo de m
CLARA.Mi cuerpo tiembla al igual que mis manos por todo lo que sucedió. Yo maté a ese hombre, el que haya intentado abusar de mí no lo hace menos grave. Le quité la vida a alguien. Aunque trate siempre de verme fuerte y segura, esta vez es distinto. Me siento vulnerable y débil. El pánico y la adrenalina aún recorren mis venas, una sensación agobiante que me deja sin aliento.Zayed continúa interponiéndose entre los criminales y yo, creando con su cuerpo un escudo. Verlo llegar por mí me devolvió el alma al cuerpo y un alivio me recorrió, aunque me cueste admitirlo. No pensé bien en lo que sucedería al momento de huir, solo quería irme de su lado. Jamás imaginé que terminaría aquí, en esta casa miserable, con esos hombres peligrosos a mi alrededor.Él continúa apuntándoles con su arma, con una determinación que me sorprende demasiado. No está ni un poco nervioso a pesar de que solo somos dos contra al menos diez, o al menos esa es la cantidad que alcanzo a contar desde donde estoy. M
ZAYEDClara va adelante en uno de mis autos, custodiada por otros tres más, mientras mi motocicleta ruge por la carretera. Esa furia mecánica que se siente bajo de mí refleja mi propio estado: la ira hirviente, la rabia contenida que amenaza con desbordarse. Cada vez que pienso en cómo la vi, frágil e indefensa, siento que mi control se desmorona. Todo en mí grita por vengarla. Pero sé que actuar por impulso nunca es la solución. He llegado a donde estoy siendo calculador, metódico.Rashid Al-Mansour es un hombre peligroso, y el hecho de que esté involucrado en esto solo complica más las cosas. No es alguien que acepte desafíos, ni la derrota, sin buscar revancha. Lo sé, lo conozco. He lidiado con él por más tiempo del que me gustaría, y lo último que quiero es que Clara se vea en medio de una guerra que no le corresponde.Antes de desviarme con uno de los autos, el que lleva al miserable que tuvo la osadía de tocar a Clara, paso al lado de su ventanilla, y durante un segundo me permi